La susodicha estaba afecta, según afirma, de un cáncer ovárico con metástasis óseas y pulmonares. En tal situación, el único tratamiento con posibilidades es la quimioterapia y, aún así, la regresión completa es infrecuente. Combinar la misma con determinada alimentación podrá seguramente contribuir a un mejor estado físico y superior tolerancia farmacológica, pero de ahí a atribuir a la semilla de lino o el brócoli su respuesta completa (desaparición de la enfermedad), media un abismo. Y sus declaraciones son exponente del nulo conocimiento de la tal Odile sobre oncología.
Su percepción es análoga a la de quienes combinan los tratamientos convencionales, de probada eficacia -no siempre, desafortunadamente-, con las ocurrencias más variopintas: desde la auriculoterapia a lavativas de café o la meditación trascendental. Pero atribuir a homeopatía o acupuntura los resultados terapéuticos, no resiste el mínimo rigor analítico.Una cosa es que, excepcionalmente, se hayan comprobado remisiones espontáneas -de causa aún por determinar con exactitud-, y curaciones en estadios avanzados de determinadas neoplasias (hay más 200 cánceres, según su orígen) merced a la medicina científica, y otra distinta atribuir a la cocina, como hace, su favorable evolución. Apostar por la cúrcuma o los alimentos crudos me parece muy bien como estrategia profiláctica -preventiva-, pero relacionarlos con la remisión de un tumor que ha metastatizado, es clara evidencia de que a esta médico general, por lo que hace a la oncología, le queda mucho por aprender. Y para empezar, que cuando las opiniones no tienen fundamento, mejor calladita y ponerse a estudiar.
[14 de enero de2018]
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