¡Todos somos culpables! ¡Hay urgencia!

Written by on 03/01/2018 in Critica, Literatura, Política, Sociedad - No comments
Literatura. Política. Sociedad. Crítica.
Por Blanca Acosta Rabassa.

Creative Commons

Creative Commons

Cito las definiciones de dos vocablos por la RAE:
 Responsabilidad

  1. f. Cualidad de responsable.

2. f. Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal.
3. f. Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado.
4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

Humano, na
Del lat. humānus.

  1. adj. Dicho de un ser: Que tiene naturaleza de hombre (‖ ser racional). U. t. c. s., frec. m. pl. para referirse al conjunto de los hombres. La relación entre un dios y una humana. El lenguaje de los humanos.

2. adj. Perteneciente o relativo al hombre (‖ ser racional).
3. adj. Propio del hombre (‖ ser racional).
4. adj. Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos.

En este momento me siento en un estado delirante, parecido a cuando, cobardemente, callaba verdades sobre la tiranía y se me ahogaban. No viene al caso, pero afortunadamente parece que se me notaba, porque aún siendo una excelente cumplidora de mis deberes, nunca a nadie se le ocurrió proponerme como “Ejemplar” para la UJC o el Partido, porque yo no era “ejemplar” en el sentido de ellos.

Pero ahora sí soy libre de gritar: ¡Hasta dónde va a llegar nuestra vesania irresponsable, ciega, mortal!
Los científicos más avezados advierten que si seguimos destruyendo el planeta, este se va a hacer invivible. YA LO ES. UN OSO POLAR, RESPONSABILIDAD NUESTRA, SE ARRANCA EL CORAZON POR HAMBRE. Una imagen de pesadilla, de aquelarre que ni Hieronymus Bosch imaginó. Somos salvajes.

Vamos a pensar por un momento en Corea, Trump, los totalitarismos, la desigualdad social, económica y de todo tipo. Vamos a pensar en los diamantes bañados de sangres, la posición de la mujer en casi todo el globo, el tráfico humano, las mortales drogas, la pornografía infantil y mucho más. NO ES SOLO ESO.

Hasta los que nos consideramos “buenos” estamos cometiendo un genocidio, terricidio; no existe vocablo para un fenómeno nuevo, un gran cataclismo y causado solamente por el ser humano.

No es quejarse de que este año el invierno se olvidó de Misuri, ni de las lluvias e incendios incesantes. ES TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO EN LO QUE ES NUESTRA RESPOSABILISAD (*).

Ciudadanos del mundo, nuestro futuro está en peligro, y el de toda la Creación que ha sido puesta en nuestras manos “inteligentes”. Hay que cambiar YA. Los cubanos no lo vieron (yo era muy pequeña para incluirme), y les arrebataron y destruyeron el país para siempre. Y generaciones y generaciones de personas nacidas en Cuba andan por todo el globo comiéndose diariamente el corazón por el hambre de una Patria.

En el comienzo de los Tiempos ya cometimos algo parecido, pero entonces no había “ciencia” ni “responsabilidad global”. El homo sapiens desapareció por inanición al Neanderthal; con su enorme necesidad de proteína animal extinguió a los mamuts.

Nuestro impulso avasallador, y entonces positivo, porque logró la diversidad humana y su diáspora por todo el planeta, hizo que no nos importen los obstáculos. Los nacidos en el África ardiente, vencieron en el Septentrión a quienes habían nacido allí y estaban más preparados para el gélido ambiente; no tenían la divina llama humana de conquistar el más allá. Eso nos convirtió en dueños del planeta, pero toda posesión conlleva una responsabilidad que nunca el ser humano asumió. Al contrario, lo movía el marfil, las especies, los linos y el oro. Solo unos cuantos, poblaciones aisladas, prefirieron quedarse en sitios adversos,  en los que no se daba la terrible carrera de conquista: los inuit, los habitantes del Amazonas, los nativos de las antípodas y otras tantas poblaciones aisladas, por cierto, los de verdad raza pura. Todos los demás somos “satos”.

No se puede negar que se ha avanzado mucho en reconocer derechos, territorios y libertades que antes se ignoraban o atacaban, pero continuamos con una conducta medieval.

Compramos 12 botellas de agua de la pila embotellada hechas de un plástico no degradable y que está matando a los mamíferos marinos. Tengo una botella, y la relleno. Esto hace, además, que en un aeropuerto no me puedan cobrar $5 por una botella de agua. Embarco una vacía y la lleno en un bebedero. Como soy cuasi abstemia (no tengo nada contra el alcohol en moderación, sencillamente no suelo beber), cuando quiero darme un gusto pido un agua mineral, y siempre que lo hago me imagino tomándola de una fuente parecida a la de El Principito; ¡sublime sabor!
Los que “podemos”, hemos olvidado los paseos y las bicicletas, y vamos, no, van, a solo dos cuadras en autos. El ideal no es una ciudad con un excelente transporte público conducido por profesionales, sino autos más “inteligentes” (lo cual no han logrado). Es mejor adquirir un perro “de raza” de un puppy mil que salvarle la vida a uno sin casa.

Todo lo hemos corrompido en aras del tintineante y falso BLING, como en los cuentos de hadas. Los deportes son un gran negocio, no “Mente sana en cuerpo sano”, y Michael Jordan tiene posesiones en cifras de billones, el yate más caro del mundo y no contento, anuncia ropa interior masculina barata. Los ejemplos son innumerables, por lo que no me extenderé en la estúpida y primitiva vanidad humana.

Yo creo en Dios, soy cristiana, episcopal. Pero si no hubiera Dios de todos modos lo íbamos a inventar para que nos ayudara en nuestra abrumadora incapacidad de comportarnos como humanos.
A estas alturas, todavía las mujeres, los negros (y todo aquel que no sea caucásico, aunque provenga, como los nativos de América, de civilizaciones mucho más antiguas que las europeas), los inmigrantes, los de sexualidad no heterosexual, y todo el que no conviene o es diferente es perseguido, torturado, abusado, esclavizado. REFLEXIONEN EN ESO POR UN MOMENTO.

Pero de todos modos los tiempos son distintos, y hoy día tenemos un peligro que por quedo y sin la más mínima publicidad ni oropel no es menos aterrador. Cuando se desarrolle más la Inteligencia Artificial, otro signo de irresponsabilidad en una especie que tiene más tecnología que sabiduría y madurez, no van a ser esclavos de los humanos (esclavas, con nombre de mujeres). Van a pensar, con pocas emociones aún, por lo tanto, con poca empatía, y nos someterán por dañinos e irresponsables.

Antes de terminar quiero aclarar que nada tengo de asceta, pero disfruto, sí, todavía disfruto mucho, responsablemente.

Muchos se reirán, pero el Armagedón no tiene un origen sobrenatural; lo estamos creando nosotros.


(*) Es la diferencia entre ir a Cuba a encontrase con seres queridos y lejanos o ir a hacer turismo cómplice de la tiranía.

©Blanca Acosta Rabassa. All Rights Reserved

About the Author

Blanca Acosta. Profesora y editora cubana. Fue editora en la Editorial José Martí, en La Habana, Cuba. Traductora literaria con dos premios, uno de la UNEAC y otro de la American Literary Translators Association; y también se ha dedicado siempre a la crítica literaria y teatral. En Estados Unidos trabajó como editora de prensa en la Universidad de Arkansas. En esa misma universidad, en Fayetteville, enseñó español y asimismo trabajó en los laboratorios de escritura de ese alto centro docente (1996 – 2000). A partir de ese año 2000, y hasta 2004, fue profesora en Tougallo College, en Jackson, Missouri. Desde el 2011, y hasta el presente, trabaja como profesora en la Lincoln University of Missouri, en Jefferson City.

Leave a Comment