Que si me faltas/Me quedo solo

Written by on 28/06/2022 in Critica, Literatura, Poesia - No comments
Literatura. Poesía. Crítica.
Por Waldo González López.

Cortesía del autor.

Si franquean el umbral del acogedor Monólogo de las confesiones, los lectores se complacerán con los versos de Ismael Sambra porque les invitan a sentir/vibrar con la genuina Poesía.

Cruzado de inicio a fin por un intenso amor que lo convierte, a un tiempo, en un haz de inveterados y novedosos textos, el volumen ya va por su tercera edición: la primera en la España de 1999 por la Editorial Betania y las dos siguientes: en inglés en la de Miami de 2019: en edición bilingüe (inglés y español), ambas por Alexandria Literary Publishing House, con el justo propósito de festejar el aniversario 20 de su primera publicación. Por ello, adjunto el siguiente fragmento de una crónica que publiqué tiempo atrás.

Tal aseveré sobre la primera edición de su poemario, galardonado en Cuba con dos lauros: el internacional Casa de las Américas y el nacional Heredia, «Sambra es un apreciable poeta que, por conocer el valor de las palabras —cuyo peso específico sabe medir y tomar su exacto pulso—, nos entrega la suya: poeisis o creación y conocimiento, según Platon. Entonces, los suyos, por definitorios resultan versos definitivos».

Mas, la autenticidad de su poética intimista-interiorista la explica, en el pórtico de su Monólogo…, el propio Sambra quien, tras percatarse de que cuando comenzó a escribir su poesía, era otra ad usum en la Cuba de los 70 y 80: seguida por muchos ¿poetas?, conducidos en pos de un pedestre coloquialismo, sobrecargado de motivos baladíes y carente del urgente magma de la Poesía. Por ello, Sambra apuntaría en las “Notas del Autor” de la tercera de las ediciones:

Fue como un retorno a la verdad, [pues] además de hablar de mí y mis situaciones personales, no dejaba de reflejar mi entorno político-social y mi temperamento crítico, aunque en formas muy vedadas debido a la terrible censura impuesta. Así declaro en mis versos: «¿quién le dijo que no a la palabra? / amiga, aquí te tengo aquí te reproduzco, aquí te alcanzo… / me busco por dentro hasta encontrarme / y salir de adentro / poesía de mí sobre la tierra» […] Estas confesiones poéticas de mi vida privada en mi traumático y convulsionado entorno social cubano. Estas no son poesías de evasión, sino de enfrentamientos.

Y claro: Ismael no olvidaría lo íntimo de su vida personal; por ello, por asumirla en sus introspectivos versos, reveladores de su existencia, la suya es también poesía social, pues el Hombre vive en la sociedad.

Así, desdeñando aquella ¿poesía? —o, mejor, para decirlo con Roque Dalton: peosía— que, desgastada por su continuo uso y abuso, dejaría un sinfín de ¿versos? sin reversos concebidos no por escritores, sino excretores sin ingenio (no ingenuos) enseguida olvidados como gastadas monedas—, Ismael se definiría con talento por la Poesía que, de Grecia a la fecha, del Siglo de Oro al XXI ha enrumbado el camino del mejor verso.

Justamente, muchos de los poemas de su Monólogo de las confesiones, en tanto conservan su inicial hálito, corroboran la necesaria lozanía que les dota permanencia, tal demuestro en los versos que siguen:

En «Mi cama», nos dice Ismael:

A las seis de la mañana
hay un barco que abre sus bodegas
en los muelles de Santiago

yo siento desde mi cama el destape
y el chirriar de las grúas

desde mi cama se siente también
el olor a mar

Cortesía del autor.

y como sé de memoria sus entrantes y salientes
saco mi cama a navegar a veces

«La puerta de mi casa» es otro de los variados textos que atrapan nuestra sensibilidad por sus versos de honda y fina raigambre, pues tocan la salvaje nostalgia con que Ismael pulsa las fibras íntimas de lo «humano, demasiado humano» que atesoran los lectores inteligentes:

el corazón de mi casa tiene la sangre densa
en su salida
densa y sola mi casa y yo y también mi corazón
de mi casa sus paredes de cal pintadas
con mis manos
sus paredes duras
inquebrantables
para que todo salga y entre solo
por la puerta de mi casa

En «Carta uno (única)» el poeta evoca la desunión con su anterior amada mediante versos antológicos y evocadores del poeta mexicano del amor, Jaime Sabines:

Me acostumbré a la perfección de tu cuerpo
a esa manera de caer despacio
como que no se quiere
y de pronto estallar en el mío

me acostumbré a ese reproche constante
cuando traía en las ropas un poco de calle
el tumulto de los parques
y un supuesto amor que nunca tuve
[…]
cómo nos fuimos hundiendo en cada culpa
cómo nos fuimos amando a no estar juntos
separándonos a querernos
son mis principios

ahora no encuentro refugio en esta casa dividida
sola
y en cada una de tus cosas me suenan tus adentros
no hay por donde pasar que no tropiece
con tu aire
no tengo para mirar que no te mire

no hay escape
como la mariposa que muere buscando
la luz que la mata
busco en los rincones tu abrazo
por las calles de mi casa
por los parques de mi casa
por la ciudad de mi casa
donde me he perdido

Foto tomada de la página web “Autores”.

En esta suerte de autobiografía poética, Ismael va narrando/poetizando distintos hechos de su entonces joven vida, cuando a fines de los 70, estudiaba en la universidad santiaguera y sugería, en sutiles versos acciones non sanctas del desgobierno castrista, sin dejar de confesar aspectos personales, como apunté antes. En consecuencia, «Historia de un hombre familiar» resulta un vademécum de su intrahistoria:

confieso estar solo
extrañarme de estar solo
dolerme

confieso haber encontrado tenido y mantenido un hogar
una cama caliente
una mesa grande y bien servida

confieso mi casa vacía
el librero robado
el escritorio que tanto anhelé y nunca tuve
la comida quemada
el plato roto
la sábana llevada a la tintorería
mi desnudo y el espejo
el día de fiesta
la ventana que ya no abro
la discusión fuera de tiempo y lugar
las noches de insomnio
el arañazo la mordida…

confieso y no me arrepiento
porque todo lo malo y bueno que ahora tengo
confieso haberlo vivido con estos pecados

En cada uno de sus numerosos textos, el poeta se duele de lo perdido en su vida íntima, como de lo que sucedía en la existencia cotidiana de aquella Cuba en constantes crisis sociales, provocadas por la tiranía, contra la que poco después se revelaría el poeta e iría a dar a la cruel ergástula castrista.

En tal sentido, «Estoy vivo» testimonia, combinándolos, las peligrosas y graves situaciones desvividas en su existencia, vida privada y social, durante la pésima sobrevida en la Cuba castrista. Leamos un fragmento:

y si digo de estos brazos que se ufanan por llevar
mis manos al hogar
digo entonces de mi libertad tan sorpresiva y amenazada
por los amigos del poder
la guerra y el exterminio hasta de sus propios amigos
[…]
de mi ventana perdida en un poema inacabado y perdido
y de que no andamos solos con nosotros mismos
mientras existan banderas que se bajen a media asta
por la muerte de un rebelde en el patíbulo

En fin, 36 textos le bastaron al poeta para permanecer durante varios años en el agreste presidio político que aun hoy continúa ahogando el reclamo de muchos, de tantos en aquella Cuba sin libertad.

He aquí, pues, el ejemplar legado del vibrante Monólogo de las confesiones con que el poeta y luchador cubano Ismael Sambra entrega sus excelentes poemas, como un canto individual y múltiple, al lector en la Cuba castrada y/o en el multiple exilio, donde vivimos y nos desvivimos miles de cubanos.

©Waldo González López. All Rights Reserved.

About the Author

Waldo González López (Cuba, 1946). Poeta, ensayista, crítico literario y teatral, antólogo y periodista cultural. Graduado de Teatro en la Escuela Nacional de Arte, donde creó el Archivo de Dramaturgia e impartió clases de Historia de la Literatura para Niños y Jóvenes, en la Cátedra de Teatro para Niños (cofundada por él) y de Historia del Teatro Universal y Cubano. Cursó estudios de Francés en el Instituto «Máximo Gorki» (1964-1966), Licenciado en Literatura Hispanoamericana (Universidad de La Habana, 1979), integró el Centro Cubano de la Asociación Internacional de Teatristas de la Infancia (ASSITEJ, de la UNESCO), las Asociaciones de Teatro y Literatura de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en sus Secciones de Crítica Teatral, Poesía, Traducción Literaria y Literatura para Niños y Jóvenes. Fue Asesor del Teatro Nacional de Cuba y de los dos Centros Iberoamericanos de la Décima (La Habana y Las Tunas). Sus versos han sido traducidos a varias lenguas y publicados en Francia, Estados Unidos, México, Colombia y Argentina. Ha traducido del francés a los poetas Jacques Prévert, Marie de France, Molière, Joachim du Bellay y realizó versiones para la antología Poesía polaca. Su labor como poeta, crítico teatral y literario, antólogo y ensayista ha sido reconocida entre otros, por las pedagogas y antólogas puertorriqueñas Flor Piñeiro e Isabel Freire de Matos en su volumen Literatura Infantil Caribeña; el profesor y ensayista jamaicano Keith Ellis, en su estudio Cuba’s Nicolás Guillén: Poetry and Ideology, y el antólogo y ensayista español Antonio Merino en el prólogo de su antología Nueva poesía cubana. Ensayos suyos fueron incluidos en las antologías Nuevos críticos cubanos, Acerca de Manuel Cofiño y Valoración múltiple: Onelio Jorge Cardoso. Prestigiosos ensayistas y críticos cubanos y de otros países se ocuparon de sus múltiples libros. Fue jurado consuetudinario en eventos literarios, teatrales y de periodismo cultural, y participó en Congresos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), foros y otros encuentros con especialistas de Cuba y otros países. Entre sus más de 25 libros resaltan los poemarios: Que arde al centro de la vida (1976), Salvaje nostalgia (1991), Casablanca (Colombia, 1994), Las palabras prohibidas, Estos malditos versos, Ferocidad del destino, El sepia de la nostalgia y Umbral de la nostalgia (libro de arte, con sus poemas ilustrados por la artista plástica Julia Valdés); los cuadernos para niños: Poemas y canciones, Donde cantan los niños, Jinetes del viento, Libro de Darío Damián y Voces de la querencia; las antologías poéticas (con selección y prologo suyos): Preciosa y el aire (textos de García Lorca, 1976), Los versos de tu amigo (textos de García Lorca para jóvenes, 1978), Que soy marinero yo (textos de Antonio Machado, 1984, Premio de la Crítica de libros para la infancia, 1985), Cazador de colores (poemas del cubano Emilio Ballagas; 1986), y para adultos: Paris at night (poemas de Jaques Prévert, traduc. y pról. suyos, 1993), Hasta que Dios queme el tiempo (poemas de William Butler Yeats, 1993), Añorado encuentro. Poemas cubanos sobre boleros y canciones (2001), Viajera intacta del sueño. Antología de la décima cubana (2001), Este amor en que me abraso (décimas de José Martí; 2003), De tu reino la ventura. Décimas a las madres (2003) y Que caí bajo la noche. Panorama de la décima erótica cubana (2004). Asimismo, es autor del volumen de ensayos Escribir para niños y jóvenes (1983) y de la antología La lectura, ese esplendor (ensayos de figuras internacionales sobre lectura y literatura (Campaña Nacional por la Lectura, Quito, Ecuador, 2009), Navegas, Isla de Oro. Panorama de la décima para niños (en colaboración con Mayra Hernández; 2009), Esta cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX (en colaboración con Mayra Hernández, en 2 tomos: 2009 y 2010). Como de los libros de crítica literaria: La décima dice más (2005) y La décima, ¿sí o no? (2006), ambos con reediciones; y las antologías La soledad del actor de fondo. Monólogos cubanos (1989) y Cinco obras en un acto (2001), así como el de crónicas Niebla de la memoria. En Cuba mereció las siguientes distinciones: Diploma al Resultado Científico por Colaborar con la nueva Historia de la Literatura Cubana, en tres volúmenes, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente; el Laúd y la Medalla del Cucalambé (Las Tunas); Diploma por la Labor Realizada en Apoyo a la Décima (Universidad “Camilo Cienfuegos”, de Matanzas); Reconocimiento como Escritor y Crítico Literario (Presidencia del Instituto Cubano del Libro) y Distinción por la Cultura Nacional. EN MIAMI Desde su arribo a Miami (julio de 2011), ha sido jurado en los Concursos Internacionales: de Poesía (2012) y «La vigencia de Tula» en homenaje al 200 Aniversario del natalicio de Gertrudis Gómez de Avellaneda, ambos de la Editorial Voces de Hoy), el Internacional de Poesía «Facundo Cabral» (2013, del Gremio de los Artistas Latinoamericanos, GALA). Asimismo, ha fungido como jurado de los eventos escénicos: 1er. Festival Internacional de Obras de Pequeño Formato (Compañía teatral ArtSpoken, 2011), 1er. Primer Festival Internacional de la Comedia (Compañía Havanafama, 2013) y de Teatro de los Miami Life Awards. Participó como ponente en el «Congreso Internacional de Dramaturgia y Artes Escénicas. Teoría y Práctica del Teatro Cubano del Exilio Celebrando a Virgilio Piñera, en su Centenario» (Universidad de Miami, 2012). Mereció el 3er. Premio de Poesía en el Concurso Internacional «Lincoln-Martí» (2011). Integró los Consejos Asesores del Festival Internacional de Monólogo “A una voz” y del Gremio de los Artistas Latinoamericanos (GALA).

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