Relato.
Por Julián Martínez…
María acaba de llegar a Madrid. No conoce a nadie. En el pueblo se ha dejado por un fin de semana a su marido, a sus tías, a sus primas, a sus vecinas y a un centenar de gatos a la puerta de la casa que maúllan su ausencia. Ella es la única que se acuerda de sacarles las sobras. El médico le ha recomendado nuevos aires “Un fin de semana sola en cualquier lugar, lejos de todo, te vendrá bien para calmar esos nervios que te traen por la calle de la amargura”, dice con sarcasmo el doctor, pues la calle donde vive su paciente se llama así, “A-mar-gu-ra”. Pero ahora María se encuentra en un hostal pequeño de la calle Hortaleza, justo en el centro de la capital a cientos de kilómetros del olor a Olivo y Jara. Sentada está la loca sobre la cama de la habitación con la maleta abierta, la cabeza abierta, la boca abierta, el destino abierto. Así pasan tres horas. A las diez y media María se cansa de estar abierta y se encierra en un vestido azul marino con un estampado de flores amarillas, se recoge el pelo con una pinza de plástico negro y pinta sus labios de color marrón. A los ojos verdes de La Mari, como la llaman sus tías, no les hacen falta más maquillaje que las calles madrileñas que los hinchan de luz y asombro una vez puestos de paseo. No se pueden creer sus pupilas semejante enjambre de gentes, tiendas, perfumes, edificios altísimos y coches, todo mezclado tentando su olfato desnudo y virgen. Otra hora pasó Mari Kuki, como la llaman sus primas cual farola en una esquina de la Gran Vía, sin saber por dónde ir. Al final María de las Angustias Cruz Pérez se llenó de valor y temblorosa comenzó a taconear toscamente la acera. Estaba sola y en Madrid no conocía a nadie. “¡Qué paz!”, pensaba la tonta como la llama su marido. Llegó a una plaza llena de bares y al azar eligió uno para entrar y tomar algo. Se abrió paso entre las Gardenias, Lolas, Jazmines, Topacios y Jancitos que llenaban el local y temblorosa de pies a cabeza zigzagueó por el maravilloso jardín. “La loca de la esquina”, como la llaman sus vecinas llegó indecisa a la barra. Lentamente se le acerca una Violeta y le susurra algo en uno de sus pétalos. La Jara extremeña sonríe por primera vez en 20 años y un pez de antaño le vuelve a aletear en el vientre.
Este cuento pertenece a su conjunto de relatos cortos Erótica de los nohombres, Araña Editorial
Julián Martínez nació el 17 de agosto de 1985 en Ciudad de La Habana, Cuba. Actor, autor, guionista y realizador. Estudió arte dramático en la Escuela Nacional de Arte de La Habana, Cuba (2000-2003). Fue miembro del consejo editorial de la revista juvenil La Edad de Oro en Nosotros, publicación trimestral de la EDITORIAL GENTE NUEVA del INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO que pretendía dar continuidad a la revista La Edad de Oro que creara José Martí en 1889. En ella publicó un relato, varios poemas y entrevistó a personalidades de la literatura cubana como Dora Alonso. A los 18 años viaja a Madrid donde arranca su carrera como actor, guionista y realizador. Colabora con la productora valenciana BESAFILMS en varios proyectos cinematográficos de la mano de la realizadora cubana Ana Victoria Pérez, de donde nacen cortometrajes como TUTÚ y BUENA VIDA. En Madrid funda su propia productora, MOLIENDO CAFÉ, con la que —dice— logra la autonomía de un pintor o un escritor a la hora de sacar adelante una idea, un guion, una imagen. La necesidad de crear, de hacer, de trabajar en el arte no debe limitarse a un presupuesto, a un número, a un “no puedo”. Cortometrajes como Nostalgia o Querer dan fe de ello. En 2011 publica su primer libro de relatos cortos Erótica de los nohombres bajo el cuidado de Araña Editorial y prólogo de María Castrejón e ilustraciones de Alexis Álvarez. Trabaja en teatro, cine, televisión y escribe sin poder evitarlo. NOHOMBRE hasta la médula, lucha —como dice Sayak Valencia— contra la violencia DEL GÉNERO. La imagen, el sonido y las palabras son sus armas indispensables.
©Araña Editorial y Julián Martínez. All Rights Reserved
2 Comments on "María"
Ibseniano, almodovariano, areniano… teatral, cinematográfico, tierno, subyugante, subversivo para una sociedad tan machista. Un golpe con gracia y arte. Un buen golpe. Enhorabuena.
Después de leer el comentario anterior ya no sé si podré aguantar hasta el momento de que salga a la luz el dibujo de arianeta. Por lo pronto la foto es preciosa, con ese tono de color que yo nunca me había atrevido a hacer y que queda de lujo (precisamente tengo preparada una foto con un reflejo que he coloreado un poco. Ya me diréis). Me gusta el acompañamiento musical. Si no has visto la película, hazlo (parece una orden). Es magnífica y la música Tú mismo la has elegido.