Política. Crítica.
Por José Luis Borja…
Mr. Donald Trump’s recent affirmations and generalizations about the Mexican immigrants and the Latin American community show us the greatness of the Constitution of the United States of America which protects Mr. Trump’s freedom of speech and his right to think whatever he wants, if in any way the process by which he produced these declarations can be considered as a thought process. Though Mr. Trump is legally entitled to say whatever he wants, he should have taken the time to reflect on the words that he used and how insensitive they are in the context of a multi-racial and multi-ethnic society considered as a melting pot. Mr. Trump probably comes from a different pot; the reader may decide which one. In any case, there are circumstances when it is better to keep one’s mouth shut and be considered an idiot than to open it and leave no doubt. This is especially important in the case of a person who wants to run for President of the United States of America. We can only thank Mr. Trump for saving us the bitter taste of doubt when casting our vote. We also have to thank him for showing us once again that all the money in the world cannot buy culture, good taste or intelligence.
[En español]
Las recientes afirmaciones y generalizaciones del Sr. Donald Trump acerca de los inmigrantes mexicanos y la comunidad latinoamericana muestran la grandeza de la Constitución de los Estados Unidos de América, que protege el derecho a la libre expresión del Sr. Trump, y su derecho de pensar lo que le dé la gana, si de alguna manera el proceso del cual se derivaron sus declaraciones tiene algo que ver con pensar. A pesar de que el Sr. Trump tenga legalmente derecho de decir lo que quiera, debería haberse tomado el tiempo de reflexionar acerca de las palabras que usó y darse cuenta de lo hiriente que son en el contexto de una sociedad multirracial y multiétnica que se considera un crisol, un pote en el cual se mezcla todo. El Sr. Trump probablemente proviene de un pote diferente; el lector decidirá de cuál. En cualquier caso, existen circunstancias en las cuales es preferible callarse y pasar por un idiota que abrir la boca y no dejar lugar a dudas. Esto es especialmente importante en el caso de una persona que quiere ser presidente de los Estados Unidos de América. Sólo podemos darle las gracias al Sr. Trump por no dejarnos con el sabor amargo de la duda al momento de votar. También debemos agradecerle por mostrarnos una vez más que, aun con todo el dinero del mundo, no se puede comprar ni la cultura, ni el buen gusto, ni la inteligencia.
Doral, FL
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