¿Racismo o caótica guerra contra el crimen en EE.UU.?

Written by on 06/05/2015 in Política, Sociedad - No comments
Periodismo. Sociedad. Política.
Por Jesús Hernández Cuéllar…

400 muertos a manos de la policía por año, presuntamente criminales… Los jóvenes negros tienen 21 veces más posibilidades de ser heridos de bala por las fuerzas del orden que los jóvenes blancos… Pero también, casi 50 mil policías fueron atacados en 2013… 127 policías murieron sólo en 2014… 38 han muerto en los primeros cuatro meses de 2015…: revista Contacto.

 

Arresto de Freddie Gray...

Como Ferguson, Los Angeles y Nueva York en 2014, la ciudad de Baltimore se convirtió en un infierno de protestas, saqueos e incendios en abril de 2015 luego del entierro de Freddie Carlos Gray, joven afroamericano de 25 años de edad que murió cuando estaba en custodia de seis policías. Los agentes, tres blancos y tres negros, ya fueron encausados por la fiscalía del estado de Maryland por delitos que van desde asesinato y homicidio involuntario, hasta asalto y arresto ilegal. Gray murió de graves lesiones en el cuello y la columna vertebral.

El joven fue arrestado poco antes de la nueve de la mañana del 12 de abril (2015), después de huir a pie al percatarse de la presencia de policías en su vecindario del oeste de Baltimore. Luego de una breve persecución, por lo menos dos de los agentes lo atraparon y lo acusaron de llevar una cuchilla plegable ilegal en su bolsillo. La fiscalía determinó que la cuchilla era perfectamente legal, de acuerdo con la ley del estado de Maryland. Las imágenes que se han podido ver muestran a Gray en el suelo, y luego de pie, con dificultades para caminar, cuando lo llevan hasta una camioneta policial. Su rostro reflejaba dolor.

Un testigo del arresto, Kevin Moore, de 28 años, declaró al diario The Baltimore Sun, que un policía tenía su rodilla sobre el cuello de Gray y el otro estaba doblando sus piernas hacia atrás. Aparentemente, en un momento dado Gray habría dicho a los agentes que sufría de asma y que necesitaba un inhalador. Funcionarios de la Policía de Baltimore dijeron en una conferencia de prensa el 20 de abril, que en ese momento los patrulleros que participaban en el arresto debieron pedir ayuda médica.

Las autoridades citan la negligencia de no haber puesto el cinturón de seguridad al joven, cuando fue colocado en una camioneta policial durante su arresto, y de no haber proporcionado ayuda médica cuando el detenido la pidió. También se ha dicho que el joven se habría golpeado él mismo dentro de la camioneta. Otro detenido que subió al vehículo más adelante, en el largo trayecto hacia la delegación policial, dijo haber escuchado algunos golpes por unos segundos, del lado donde estaba Gray. La camioneta estaba compartimentada y no se podían ver el uno al otro.

Por su parte, el abogado de la familia Gray, Jason Downs, refutó la versión oficial.

“Estamos en desacuerdo con cualquier afirmación de que Freddie Gray se quebró él mismo su columna vertebral… cuestionamos la precisión de los informes policiales que hemos visto hasta ahora, entre ellos el que dice que el Sr. Gray fue arrestado sin fuerza o incidentes”.

La respuesta del presidente de la Asociación de Policías de Baltimore, Gene Ryan, no se hizo esperar, en defensa de los patrulleros que participaron en el arresto del joven afroamericano.

“A pesar de lo trágico de la situación, ninguno de los policías involucrados son responsables de la muerte del Sr. Gray”, señaló Ryan, quien mediante una carta pidió que un fiscal independiente investigara lo ocurrido.

En la misma carta, Ryan expresó la preocupación de los policías de Baltimore ante un posible conflicto de intereses entre la fiscal estatal Marilyn Mosby, que anunció los cargos, y uno de los abogados de la familia Gray, Bill Murphy, quien habría sido uno de los principales contribuyentes a la campaña política de Mosby cuando ésta se postuló para ese cargo. Según Ryan, Murphy habría trabajado también en la transición de la fiscal, después de elegida, para llegar a la oficina de la fiscalía estatal en la ciudad de Baltimore.

Crímenes, Opiniones y Prejuicios

Una de las voces críticas de la conducta de la Policía fue la del famoso actor afroamericano Morgan Freeman, ganador de un Oscar, quién defendió los disturbios calificándolos de legítimos.

Morgan Freeman“La revuelta (en Baltimore) nada tiene que ver con terrorismo, excepto por el terrorismo que sufrimos a manos de la policía”, declaró el intérprete de 77 años a la revista Newsweek, a la que recordó el ejemplo del inmigrante guineano Amadou Diallo, quien en 1999 murió a manos de cuatro policías de Nueva York que confundieron su billetera con una pistola.

“Recibió 41 impactos de bala. Ahí fue que comenzamos a entender lo peligrosa que es la policía”, agregó Freeman.

Después de los sucesos de Baltimore, el director del F.B.I., James Comey, intentó explicar la mentalidad de los policías durante los patrullajes, que en muchos casos se llevan a cabo en condiciones de peligro extremo. El jefe de la policía federal norteamericana examinó la manera en que ciertas conductas policiales afectan las relaciones de los agentes con las personas a las cuales deben servir.

“Los policías que patrullan las ciudades de nuestra nación a menudo trabajan en comunidades donde los jóvenes de color cometen porcentajes de crímenes enormemente desproporcionados. Algo ocurre en la mente de esas personas que trabajan de buena voluntad en esas comunidades. Luego de años de patrullaje, los agentes no pueden ayudar (en cuanto a seguridad pública) sino que permanecen bajo la influencia del cinismo que sienten”, subrayó Comey.

“Un atajo mental se vuelve casi irresistible… dos jóvenes negros en un lado de la calle aparecen ante los ojos de un policía como muchos otros casos que ha visto antes. Dos hombres blancos del otro lado de la calle, inclusive con la misma ropa, no. El policía no hace la misma asociación con los dos jóvenes blancos, sin importar si el policía es blanco o negro. Y eso lo lleva a tener una conducta diferente. El policía se dirige a un lado de la calle y no al otro”, agregó el funcionario.

“Tenemos que aceptar el hecho de que ese tipo de conducta complica las relaciones entre la policía y las comunidades a las que sirven”, concluyó Comey.

Un estudio del portal de investigación periodística ProPublica, ampliamente divulgado en octubre de 2014, señala que los jóvenes negros tienen 21 veces más posibilidades de ser heridos de bala por la policía que los jóvenes blancos. Según este informe, “los 1.217 tiroteos mortales llevados a cabo por la policía entre 2010 y 2012, de acuerdo con datos federales, muestran que los jóvenes negros de entre 15 y 19 años, murieron a un ritmo de 31.17 por cada millón (de habitantes) mientras que solamente 1.47 por millón de jóvenes blancos de la misma edad murieron a manos de la policía”.

Cifras entregadas al F.B.I. por departamentos locales de policía revelan que casi dos veces por semana un policía blanco mató a una persona negra durante un período de siete años, que concluyó en 2012. Esas mismas cifras ofrecen un número escalofriante. Las policías locales de Estados Unidos han matado por lo menos a 400 personas por año, de las cuales un promedio anual de 96 han sido de la raza negra. Esas 400 personas han sido clasificadas por el F.B.I. como criminales de alto perfil (felons, en inglés).

La policía se defiende

Evidentemente, en un país en que según datos del F.B.I. se cometen unos 14 mil homicidios al año, las fuerzas policiales de todos los niveles (municipal, condal, estatal y federal) también tienen sus datos a mano para defender sus posiciones frente a las críticas. Las organizaciones y gremios de agentes del orden muestran otras cifras del F.B.I. las cuales indican que en 2013, un total de 49.851 agentes de la seguridad pública fueron atacados mientras patrullaban las calles. Veintisiete de esos policías murieron por estos ataques, de los cuales 26 se llevaron a cabo con armas de fuego.

En 2014, un total de 127 policías, entre ellos cuatro mujeres, murieron mientras realizaban su trabajo, 47 por armas de fuego y 10 durante asaltos a sus vehículos oficiales, lo cual representa un aumento significativo con respecto a 2013, según datos de la organización Officer Down Memorial Page.

La misma organización indica que en los primeros cuatro meses de 2015, ya habían muerto 38 policías, seis de ellos durante balaceras, uno durante un asalto y dos en medio de persecuciones a vehículos sospechosos.

Poco después de los disturbios de Ferguson en 2014, en un acalorado debate televisivo, Michael Eric Dyson, académico y conductor radial, acusó a la policía de tener una presencia abrumadora en los barrios negros, argumento que se ha escuchado mucho durante el debate sobre racismo en la policía de diferentes ciudades, inclusive Nueva York.

En medio de la controversia, el ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, respondió a Dyson de la siguiente manera: “los policías blancos no estarían allí si ustedes no se estuvieran matando unos a otros”, refiriéndose a los crímenes de negros contra negros. “Noventa y tres por ciento de los negros son asesinados por otros negros”, manifestó el político republicano.

Giuliani, a quien se atribuye haber reducido los niveles de criminalidad en los barrios pobres de Nueva York, insistió en que el corazón del debate debía ser cómo reducir el crimen en las comunidades negras. También aseguró que durante su gobierno, se hizo todo lo posible por tener un número proporcional de policías afroamericanos en las calles.

Durante los ocho años en que Giuliani fue alcalde de Nueva York, entre el 1 de enero de 1994 y el 31 de diciembre de 2001, los crímenes violentos se redujeron 56%. Los homicidios disminuyeron en casi dos tercios, los robos en 67% y los asaltos agravados en 28%.

En realidad, el informe anual de crímenes de 2013 en todo Estados Unidos, preparado por el F.B.I., revela que 83% de las víctimas de raza blanca fueron asesinadas por delincuentes de su misma raza, y el 90% de las víctimas afroamericanas fueron asesinadas por criminales de la raza negra, porcentaje similar al citado por Giuliani. El 14% de las víctimas blancas fueron asesinadas por afroamericanos y el 7.6% de las víctimas negras fueron asesinadas por criminales blancos.

El pulso de la opinión pública

Datos de la encuestadora Gallup recopilados entre 2011 y 2014 y divulgados poco después de la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco en la ciudad de Ferguson, en Missouri, revelan que el promedio nacional de confianza de los ciudadanos en la policía es de 56%, lo cual varía enormemente entre blancos y negros. Los primeros confían en la seguridad pública en un 59%, mientras que los segundos tienen solamente un 37% de confianza.

El tema de la raza salió a relucir de manera dramática tras la muerte de Brown. Un sondeo realizado por el Centro de Investigación Pew señaló en 2014 que 80% de los afroamericanos y 50% de los hispanos consideraba que la muerte del joven negro había puesto a debate temas importantes de carácter racial, mientras que sólo 37% de los blancos pensaba igual. El promedio nacional fue de 44%. Otra pregunta de esa encuesta fue si el tema racial estaba llamando la atención más de lo que merecía. El promedio nacional fue de 40%, el de los blancos fue de 47%, el de los afroamericanos 18% y el de los hispanos 25%. Las minorías étnicas pensaban y piensan que efectivamente el abuso policial a su gente sí merecía una atención especial.

Antecedentes y hechos de otros países

En Estados Unidos el término brutalidad policial se conoce desde la lejana fecha de 1872, cuando el diario Chicago Tribune reportó la golpiza recibida por un detenido en la estación policial de la calle Harrison. Dos años después, en 1874, la prensa reflejó un violento ataque de la policía de Nueva York contra una manifestación de obreros desempleados en el parque Tompkins Square.

Este fenómeno, por supuesto, no es exclusivo de Estados Unidos. En 1968, el Ejército y la Policía de México reprimieron violentamente a un grupo de estudiantes y activistas de izquierdas en lo que se conoce como la “Matanza de Tlatelolco”. Se calcula que por lo menos 300 jóvenes mexicanos perdieron la vida durante aquellos eventos.

En 1989, en China, se produjo la “Masacre de la Plaza de Tiananmen”. El 3 y 4 de junio de ese año, tanques y tropas del Ejército chino reprimieron brutalmente a estudiantes y jóvenes que abogaban por cambios democráticos. Las protestas se extendieron a 400 ciudades del país asiático. Se estima que hasta mil civiles habrían muerto durante la estampida represiva del gobierno.

En febrero de 2014, en Venezuela, 43 personas murieron también durante una serie de protestas estudiantiles que fueron reprimidas violentamente por la Guardia Nacional y turbas civiles organizadas por la policía política del gobierno del presidente Nicolás Maduro. Entre los muertos hubo también participantes oficialistas.

[Este artículo crítico de Jesús Hernández Cuéllar ha sido compartido de la revista Contacto con Palabra Abierta]

Jesús Hernández Cuéllar

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About the Author

Jesús Hernández Cuéllar es director y editor de Contacto Magazine. Desde 1981 ha trabajado en todo tipo de medios: agencias de prensa, diarios, radio, televisión, semanarios, internet, revistas y redes sociales. Fue redactor de la agencia EFE en Cuba, Costa Rica y Estados Unidos, así como editor metropolitano del diario La Opinión de Los Angeles, California, e instructor de periodismo de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA). Ha trabajado como periodista en las elecciones presidenciales de Estados Unidos desde la elección de Ronald Reagan en 1984.

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