Literatura. Poesía.
Por Alejandro Drewes.
MUSA
Pero sabes cuándo
ha comenzado
esta búsqueda?
.
Con qué palabras?
Me podrías decir acaso
acaso algo más?
Así habló la Musa
durante un largo segundo
Y luego
ella tan sólo
calló
para siempre
MELANCOLIA
I
Es noche cerrada y aúllan los perros, tristemente tus perros, Horacio.
II
Quise navegar este mar que me arroja a la cara en su viento otra vez rutilantes espejos ustorios.
III
Nada sino la sola sombra queda conmigo.
IV
En el sueño un delgado tañer de campanas, que no resiste siquiera el golpe ligero del alba.
V
Como en aquella carta de Rilke a Clara: todo aquí está lleno de Grecia.
VI
Se escribe el poema en la cornisa afilada de las horas, ese único acto puro.
VII
La soledad de otra noche iluminada: ahora en que uno de los maestros amados me dice algo al oído. Y calla.
VIII
Lleva lejos este viaje, entre el cieno y las estrellas.
***
Este cielo de la tarde
en su hora séptima y pura
como el cabo de una vela
se consume para siempre
una sentencia jamás
revocada, en el tiempo
de la casa que súbitamente
y frente al ojo de Dios
se hunde en la cíclica noche
BAJO EL CÍRCULO DE LUZ DE UNA LÁMPARA
A John Fogerty, tributo
Ahí, en algún lugar
de los huesos
de aquel mítico Sur
de ninguna parte
Una seca estación
un verano perdido
en el sucio polvo
de las carreteras
que llevan a Memphis
Y las botellas vacías
de whisky que alguien
arroja, largamente
El último concierto:
otra sala atestada
de humo y de gritos
y la sombra tuya
que inmóvil parece
bajo el círculo de luz
de una lámpara
como quien recordara
Has visto huir el tiempo
y a tantas muchachas
en la flor de la edad
habrás visto pasar
pero la música siempre,
fielmente, regresa
al oído como el agua
retorna a la fuente
de todo principio
Y en esta foto en blanco
y negro, en la exacta
medida de alcohol
que mata los mejores
sueños te vas yendo
como un día se fueron
de Irlanda, del hambre,
los lejanos abuelos:
a su modo parco
tan azules los ojos
y altivos, mirando
de frente a la tierra
amarga y común