Literatura. Poesía.
Por Carlos Penelas.
Al nombrarte evoco a mis amigos.
Te revelé en libros, en salmos,
en los hombres de ciencia, en páginas
de amor, confesiones o utopías.
En mi niñez se hablaba de ciudades,
de diásporas, de campos de concentración,
Y guerras, muerte, estepas; éxodos y estigmas.
También del escarnio, de la abominación.
En mis mayores escuchaba nombres venerados:
Gustav Landauer, Martín Buber, Salomón Rapoport.
Babilónicos, persas y romanos
invadieron tierras bíblicas en el emblema de la llama.
Luego el holocausto, el genocidio, el horror.
Pero hoy necesito recordar cenas, risas, bailes.
Madres que deciden un destino.
Rememorar rostros, candelabros.
Hoy siento símbolos; la menorá, las hamsás,
la cábala, el arca, el coraje.
En la paloma y la rama de olivo, el mito.
En el tiempo, en la tarde de una flor abierta.
Y el aire moviéndose en el cielo
desde el silencio amatista de la orilla.
Ahora estoy sentado en un banco de niebla.
Y el desamparo es una sombra en la mirada.
[Buenos Aires, 11 de octubre de 2023]