Literatura. Sociedad. Promoción. In Memoriam.
Por Armando Añel.
El libro puede adquirse en Amazon en español e inglés, de manera que los cubanoamericanos más jóvenes pueden leer esta historia de sus raíces en el idioma que habitualmente manejan. Los enlaces:
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El Instituto Edison, fundado en 1931 por la excepcional educadora y directora de la escuela, Ana María Rodríguez de Gutiérrez, y su familia, contaba con algo más de tres mil estudiantes cuando fue intervenido por el castrismo, y estaba valorado en tres millones de dólares de la época. Según el autor del libro, esta escuela puede servir de guía para quienes, ya en una Cuba libre, reconstruyan y extiendan el papel de la enseñanza privada en la formación de las futuras generaciones.
En el Instituto Edison no se descuidó absolutamente nada: el terreno académico, el deportivo, el intenso dominio del inglés, la música, el aprendizaje práctico del comercio, la banca y las finanzas, la radio, las artes plásticas… Había, naturalmente, un método de enseñanza, y era el que preconizaba John Dewey: aprender haciendo, no memorizando.
Carlos Alberto Montaner
Creo que lo que ocurrió en el Instituto Edison, y no quiero sonar exagerada, fue algo fuera de lo común. Por eso es tan difícil ponerlo en blanco y negro. Lo que adquirí allí no fue solamente un currículum, que era excelente con profesores excelentes, sino una visión de la vida que resulta sumamente difícil traducir en palabras. Una actitud ante la vida. Nos metieron en la sangre y el cerebro aquello de ser hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy, o no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy… Una experiencia que me ha servido durante toda mi vida.
Carmen Getán
La institución era una institución que representaba el orden. Un orden armonioso, eso sí, no un orden de imposición autocrática; por el contrario, se trataba de una imposición dialogante, abierta, en beneficio de todos, de la comunidad, del alumnado y del profesorado.
José Kozer.
En Instituto Edison: Escuela de vida asistimos a la reveladora cronología de la enseñanza privada en Cuba. Sobre todo, leyendo este libro puede comprenderse lo vital que resulta, de cara al futuro de la Isla, una educación independiente que libere la creatividad, y cultive la responsabilidad, de la juventud cubana. No sorprende entonces que, llegados al exilio en la década de 1960, la mayoría de los egresados del colegio triunfaran, destacaran o fluyeran en sus respectivos ámbitos profesionales.
Armando Añel
Cultivamos un tipo de alumno responsable, cooperativo, que actúa por sí mismo. Así logramos que la escuela llegue a ser verdaderamente la vida.
Ana María Rodríguez de Gutiérrez
El 4 de noviembre de 1931 la familia Rodríguez y sus colaboradores se reúnen en el número 25 de la calle Juan Bruno Zayas, en la barriada habanera de la Víbora, para inaugurar formalmente la escuela. Solo cuentan con cinco alumnos, pero la Dra. Ana María asegura, al cierre del acto, que, curiosamente, también son cinco los sentidos, cinco los continentes, cinco los dedos de la mano, cinco las puntas de la estrella en el triángulo de la bandera cubana. Instituto Edison: Escuela de vida narra los treinta años siguientes en el desarrollo del colegio, revelando una realidad minuciosamente escondida por el régimen que tiraniza la Isla: sin iniciativa individual, sin educación independiente, sin objetividad en la enseñanza, resulta inviable la Cuba de todos y para el bien de todos a que aspirara José Martí.