Literatura. Narrativa. Microrrelatos.
Por Amanda Rosa Pérez Morales.
Mi mano derecha está en una caja
Mi mano derecha está en una caja. Una caja cerrada y sin llave. Y está en una caja para evitar que con esa mano, pueda yo perforarme el pecho, agarrarme el corazón y apretarlo hasta que se detenga. La otra mano la dejaron fuera, porque saben que es inofensiva. Sin mi mano derecha, soy una mujer cobarde.
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Ir a la playa
Nadie nunca me lleva a la playa porque una vez intenté ahogarme. Me hundí en el agua fresca y respiré con toda mi fuerza. Cuando mi boca se abrió solté una burbuja enorme y dejé de respirar. Luego me sacaron. Supongo que me sacaron porque cuando volví a respirar estaba en la arena.
Yo no quería morirme. Yo solo quería respirar de una forma diferente a la establecida. Siempre me ha hecho sentir mal estar restringida a una especie determinada que respira de una forma determinada.
La respiración debería ser un acto de libertad.
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Observar a alguien
Una vez, alguien me dijo que luchaba contra las plagas como mismo luchaba contra una enfermedad. Las plagas en las plantas son tan voraces que pueden destruirlas en un brevísimo período de tiempo. Si no lo logran, las debilitan a tal punto que se quedan como muertas.
Plantas vivas que están muertas.
Pero si una plaga no mata a una planta, una plaga puede morir. O puede debilitarse tanto que se vuelve una plaga muerta. Muerta en vida. Las plagas y las plantas están en constante lucha por ver quién muere al último.
Una vez, alguien me dijo que luchaba contra las plagas como mismo luchaba contra una enfermedad. Ese alguien también está enfermo y lo que busca es encontrar un sentido en el debilitamiento del otro. Es más fácil, hay veces, encontrarle sentido a la muerte o al debilitamiento ajeno que al propio. Es más fácil entender la muerte y el debilitamiento ajeno que entender el propio. Es por ello que siempre hay tantas preguntas difíciles para nosotros mismos. Frente al otro no hay preguntas difíciles sino curiosidad.
Yo lo sé porque de esta forma observo a ese alguien que una vez me dijo que luchaba contra las plagas como mismo luchaba contra una enfermedad. Cada día lo veo más desgastado, cada día lo veo más débil, cada día lo veo más cerca de la muerte.
Yo le encuentro sentido a su enfermedad. Yo le encuentro sentido a su muerte. Lo observo con curiosidad. Lo observo detenidamente. Él no sabe que lo estoy observando, que lo estoy comprendiendo.
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