Literatura. Estampa. Por Roberto Álvarez Quiñones… Lo nada simpático era que anotar una carrera tenía su precio. Como no había cácher, la única forma de sacar “out” a quien corría hacia “home” era tirarle la pelota y darle en cualquier parte del cuerpo. Era literalmente fusilado. Había que “fundirlo” en su desesperada carrera por llegar a “home”.
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