Ser expectador o protagonista

Written by on 31/01/2024 in Cronica, Literatura - No comments
Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.

Cortesía del autor.

En gran medida cada uno de nosotros lo decide según las circunstancias. Muchos prefieren la mansa quietud de las aguas a las a menudo turbulentas, cuando se decide ser protagonista, no siempre, pero generalmente tenemos esas opciones, entonces solo valorar resultados, pues  no siempre se triunfa, ni tampoco desde la butaca quedamos totalmente satisfechos, a pesar de su comodidad, así de diversa y compleja es la vida.

Y esta reflexión me la incita un menudo trabajo que acabo de leer y me fue enviado por mi infatigable amigo, Antonio Cardoso, que diariamente hace un resumen de noticias y adjunta algo adicional, sean fotos o frases elocuentes, y en el día de hoy esto último estuvo relacionado con frases de estimadísima sabiduría expresadas por Charles Chaplin, quien a mi juicio más que cómico, fue un gran analista del comportamiento humano, comenzando por manifestar sus propias interioridades y abrir su corazón al mundo.

Estar sentado en la butaca cómoda es agradable, desde luego, y por otra parte sentir la adrenalina de la actuación, también excita y satisface, pero no por decidirnos a ser protagonistas significa que vayamos a triunfar, otro pero, quien no arriesga, no conoce los dulces sabores de las victorias o los amargos de las derrotas. Desde la butaca podemos apreciar no solo a nosotros mismos, sino también la vida de los demás, y si, valorar a los otros  es lo que comúnmente hace el ser humano, y como protagonista tenemos poco  tiempo para lo anterior, aunque durante la acción también nos fijamos en lo que hacen los demás.

Cortesía del autor.

Lo interesante de la película de la vida es que da una sola oportunidad, al menos hasta donde conocemos realmente, y lo más triste es ver a muchos de aquellos que prefirieron la butaca cómoda, renegar al final de no haber sido protagonistas, o también a muchos  que se decidieron por las acciones, renegar haberlo hecho mal por no haber obtenido los resultados anhelados, aunque siempre consuele haber hecho el esfuerzo.

Y así amigos desmenuzando esta mazorca de maíz paulatinamente nos llega la vejez y el momento de la evaluación, que hacemos nosotros mismos y los demás también, dígannoslo o no, de las grandes figuras es la historia quien abarca esos confines que como sabemos hasta el día de hoy ha sucedido, y para poner un ejemplo ya mencionado, la vida de Chaplin, la gran mayoría la aplaude, y no podemos tampoco olvidar las virtudes o no que tenemos al nacer, que nos permitirán además de las otras que aprendemos, a empelarlas en la batalla de la vida, máxime cuando optamos por ser protagonistas.

También queramos o no, en la vejez tenemos  una butaca cómoda, para aquellos que llegan desde luego, donde a menudo tenemos la posibilidad mental de ver y rever nuestros casetes anteriores desde la infancia, adolescencia, adultez, y hasta parte de la propia vejez, y por ahí anda este escribidor, oteando su vida, y por qué no, regocijándose en ella muchas veces, y algunas otras azotándose ante los protagonismos que ensayó y pudo hacerlo mejor, no obstante, satisfecho de la película de su vida, y aún faltan algunos capítulos, jajaja.

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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