Política. Sociedad. Medicina. Crítica.
Por Roberto Álvarez Quiñones.
No money, no doctor es la regla de oro que rige el “altruismo” y la “generosidad” de la Revolución cubana en materia de salud para los pobres del Tercer Mundo. Si no hay dinero para mí y mis cúmbilas, no hay médico que valga, me los llevo todos al instante, y si sus pacientes se agravan, o se mueren, me importa un pito.
Es lo que parece decir Raúl Castro al retirar enfadado a los 8,300 médicos explotados como esclavos en Brasil, según el pacto secreto que hizo en 2013 con la exguerrillera y presidenta entonces del país, Dilma Rousseff, y la complicidad de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Con la justa petición que le hizo a Cuba el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, de que mantendría a los galenos cubanos en Brasil si se les paga su salario íntegro y se les permite llevar a sus familias a vivir con ellos, el General caribeño se ofendió y lanzó las patadas que le enseñó su hermano. El exgángster Fidel: insultó y acudió al chantaje.
Ese pataleo de pura soberbia tocó las entrañas del castrismo y del partido de izquierda más grande y emblemático de Latinoamérica, el Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula da Silva en 1980, y gestor en 1990, junto con Fidel Castro, del Foro de Sao Paulo, para cumplir el sueño del Che Guevara de cubanizar toda la región.
Como fue denunciado por DIARIO DE CUBA el programa Más Médicos no fue una iniciativa de Brasil, sino de Raúl Castro, que él cocinó sigilosamente con su gran amiga Dilma, convoyada por su protector Lula da Silva y por la OPS.
El programa ha beneficiado a muchos brasileños, pero su objetivo en verdad fue abrir una vía legal a Brasilia para subsidiar al castrismo. Si los cientos de millones de dólares enviados a Cuba eran cargados directamente al Tesoro público sin beneficio para los brasileños sería rechazado por el Congreso, los partidos políticos y el pueblo.
Para evitar impugnaciones políticas y legales Dilma y Castro II acudieron a la OPS. Se acordó despojarle a cada médico cubano el 75% de su salario. Pero a la luz pública el esclavista no sería el Gobierno de Brasil ni el PT, sino la OPS. O sea, Brasilia no paga a los médicos cubanos, ni a Cuba, sino a la OPS, que es la que envía el dinero a La Habana.
Judas Iscariote; y “solo aceptamos médicos cubanos”
Por prestarse a esa infamia, la OPS recibe un 5% de comisión que le quita al ya exprimido salario de cada médico. Eso evoca las bíblicas 30 monedas de plata cobradas por Judas Iscariote por traicionar a Jesucristo. La OPS traicionó al pueblo cubano.
Un detalle que revela que el propósito no era tanto velar por la salud pública como el de subsidiar a los Castro es que, según testimonios, en muchos de los 1,575 municipios brasileños (hay 5,564 en todo el país) en los que trabajaban los cubanos, cuando médicos brasileños o de otros países se presentaban a ocupar una plaza de Más Médicos les decían: “No, solo aceptamos médicos cubanos”. Era la “orientación” que tenían. Y porque les pagaban menos.
Del total de los 18 mil médicos extranjeros contratados para Más Médicos, 11,400 fueron cubanos. Dos de cada tres. A ese otro tercio de contratados no cubanos les pagan sus salarios completos.
Puntillazo al ‘altruismo’ del castrismo
Creo que lo más significativo, además de que al fin un presidente para en seco a la dictadura cubana, es que Raúl Castro da el puntillazo al mito fabricado por su hermano Fidel de que la “potencia médica” no solo beneficiaba a los cubanos, sino que permitía brindar servicios médicos cubanos humanitarios en zonas inhóspitas de países del Tercer Mundo.
Pamplinas. Si la élite dictatorial no lucra, no hay médico. Y si al quedarse sin médicos los pacientes se agravan a o se mueren, allá ellos. Y nada importa la propaganda de la Mesa Redonda, Granma, Radio Rebelde, o la TV. Sin dólares para la Junta Militar, no hay médico. Y punto.
Es una ofensa a la decencia que el régimen cubano se venda al mundo como representante de los “trabajadores en el poder”, cuando los esquilma como no lo hicieron nunca los capitalistas tan vilipendiados por Karl Marx, cuando demonizaba la “plusvalía arrancada” a los obreros ingleses.
Fariseísmo de la izquierda brasileña
Igualmente ha quedado desenmascarado el fariseísmo de Lula, Dilma y el PT. Lula fue el paradigma y líder más admirado por la izquierda latinoamericana durante más de 14 años.
¿Cómo pueden pretender ser progresistas, defensores de los pobres y los trabajadores unos políticos sin escrúpulos que explotan a trabajadores como esclavos decimononos? ¿Cómo puede llamarse “De los Trabajadores” un partido que oprime a trabajadores?
La Dilma esclavista hace unos días (19 de noviembre) en una ruidosa reunión de partidos de izquierda, en Buenos Aires, dijo en un encendido discurso: “Necesitamos un frente democrático lo más amplio posible” contra “el neoliberalismo y el neofascismo”, y fue ovacionada, mientras aquel auditorio gritaba frenéticamente: “Lula libre“. La hipocresía y la indecencia del PT no tienen límites.
Pérdida de $332 millones, 2.4 veces más que el azúcar exportada
Según fuentes brasileñas a los galenos de la isla le han estado robando el 73% de su sueldo de $3,300. Es decir, le dan unos $890 pagados en reales brasileños, y la OPS les quita otros $45 de comisión. Al bolsillo del galeno van $845. Los restantes 2,410 dólares vuelan hacia Raúl Castro y su equipo, que dicen depositarle algo a cada uno en una cuenta que confiscan si no regresan.
Esas jugosas “ganancias” permitieron a Mariela Castro remodelar la bella piscina de su mansión amurallada y hacer compras en las tiendas más exclusivas de París, Roma y hasta en Nueva York.
Por eso el impacto financiero, al acabarse el trabajo esclavo en Brasil, será enorme. Según un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts, la isla perderá 332 millones de dólares anuales, cifra muy superior a las exportaciones de tabaco, estimadas en $259 millones.
Es más, como la zafra azucarera de 2018 fue de solo 1.1 millones de toneladas, la más baja en 124 años, y el país consume unas 700 mil toneladas de azúcar, al Gobierno solo le quedaron las 400 mil toneladas que anualmente le vende a China. Al precio actual del mercado de unos 340 dólares la tonelada eso arroja $136 millones. O sea, al terminarse el “negocio” con la OPS la pérdida del régimen es 2.4 veces lo obtenido con el azúcar exportada en 2018.
El chantaje del General a Bolsonaro
Para su chantaje a Bolsonaro, el general Castro se basó en dos factores. En primer lugar, al retirar súbitamente a todos los médicos, sin dar tiempo a que fuesen sustituidos, se afectarían muchos brasileños, y eso podría acarrearle problemas a Bolsonaro al asumir su mandato el 1 de enero.
En segundo lugar, Castro II sabe el poder grande del castrismo en materia de inteligencia, subversión y agitación política en Latinoamérica y, particularmente, en Brasil por medio del PT (13 años en el poder). Una evidencia de ello es que azuzados por el PT, muchos alcaldes ya exigen a Bolsonaro que se retracte y permita que los médicos cubanos se queden en Brasil y los sigan exprimiendo.
Pero un detalle apunta en dirección contraria a las intenciones raulistas. No parece que Bolsonaro sea fácil de chantajear. Enseguida ripostó a Castro II y declaró que al llevarse los médicos, “la dictadura cubana demuestra gran irresponsabilidad al no considerar los impactos negativos en la vida y la salud de los brasileños y en la integridad de los cubanos”. Y le subió la parada al General: dará asilo político a los que no deseen regresar a la isla.
Y lo que es peor, el Gobierno ya informó que rápidamente ha cubierto más del 90% de las plazas que dejan, o dejarán los cubanos.
Definitivamente, Castro II y su equipo no están acostumbrados a enfrentarse a quienes les desafían. Ningún presidente de la región lo ha hecho en mucho tiempo. Por eso los Castro han hecho lo que les ha dado la gana durante décadas, sin pagar precio político alguno.
Pero todo indica que, con Bolsonaro, el castrismo encontró la horma de su zapato.
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