La isla Santa Elena y Napoleón

Literatura. Crónica. Historia.
Por Mario Blanco.

Napoleón Bonaparte y Adolfo Hitler. Cortesía del autor.

Sucedió que hace un par de días viendo los magníficos programas de reportajes que hoy  abundan en la TV, y de paso  creo ya conforman un estilo o sector tal como las noticias, las películas, vi uno referido a la isla británica de Santa Elena, que enseguida me prendió el chispazo, por saber que allí “encarcelaron” y murió, Napoleón Bonaparte. Desde luego que esto emociona, pero además se presentan otros factores bien ilustrativos, es una isla en medio del océano Atlántico, entre el sur de África y Suramérica en línea recta entre Angola y Brasil, adonde el gobierno británico envió a principios del siglo XX a unos 5000 opositores sudafricanos, tanto negros como de origen neerlandés (países bajos) llamados bóeres o afrikáners, y que pereció la mayoría por enfermedades. El abastecimiento principal es por vía marítima desde Sudáfrica, y solo desde el 2017 se ha incrementado algo el turismo gracias a la construcción de un costoso aeropuerto que permite vuelos comerciales. Sus propios pobladores no son muy amantes del turismo, gustan de la tranquilidad del aislamiento, siendo su principal ocupación la pesca y los servicios. Desde luego que la casa que habitó Napoleón se encuentra como museo y se mantiene en bastante buenas condiciones, allí permaneció desde 1815 hasta su muerte en 1821. Pero vayamos a nuestro plato fuerte que es la figura de Bonaparte que, sin ser esto una biografía, trataremos de dar algunos datos significativos sobre este genio de la guerra y la política. Para ello me apoyaré también en una biografía que leí hace años sobre Napoleón, de E. Tarle, dónde como acostumbro señalé todo aquello que me pareció interesante y trataré de sintetizarlo.

Casa de Napoleón en Santa Elena. Cortesía del autor.

Napoleón Bonaparte nació en 1769 en Córcega, una actual isla italiana que entonces pertenecía a Francia desde 1768 vendida por la república de Génova. A los 10 años su padre un modesto abogado, lo envió a estudiar a Brienne en Francia y luego a los 15 a la escuela militar de Paris, y desde entonces inicia su carrera militar que muchos conocen, llegando a invadir y dominar con el ejército francés a la mayoría de los países europeos, unos incorporados al territorio francés, como los países bajos y Roma, los otros como vasallos y dependientes dónde Napoleón designaba al rey como en el caso de España. Con solo 16 años pierde a su padre de un cáncer de estómago, y se hace cargo de la familia siendo apenas un subteniente y entregaba casi todo el sueldo a su madre. Se hospedaba con humildad pero por suerte al lado de una librería de libros viejos, que el dueño le prestaba y se convirtió en un ávido lector a través de lo cual pudiéramos decir logró una instrucción en leyes y política extraordinaria, aspectos que consolidaron su apreciación de la Gran Revolución de 1789 y en específico su Declaración de Derechos. Se autoproclama emperador (rey de reyes) de Francia en 1804 y rey de Italia después de su golpe de estado en 1799 contra el gobierno francés acabando con la guerra civil existente, conocido como el 18 de Brumario. Inglaterra fue siempre su más poderoso enemigo por el dominio de los mares con su poderosa flota. Sus dos grandes derrotas fue su incursión en Rusia en 1812 después de que esta dejara de ser su aliada contra Inglaterra, y luego la famosa batalla de Waterloo en Bélgica en 1815. Fue deportado a la Isla de Elba de la cual más tarde se escapa, reconstruye un poco sus fuerzas pero vuelve a ser vencido y capitula ante un capitán de un buque británico. Es apresado en 1815 y deportado definitivamente a la ya mencionada isla de Santa Helena hasta su muerte. Implantó el Código Napoleónico en todos los estados creados el cual acababa con el feudalismo, estableciendo la libertad de culto y otorgándole una constitución con una declaración de derechos, la creación de un parlamento y estableció el sistema administrativo y judicial francés y un sistema educativo libre.

Napoleón se casó con Josephine de Beauharnais, ella viuda de un gran aristócrata guillotinado durante la Gran Revolución Francesa de 1789 y con dos hijos, pero no llega a darle el descendiente que el añoraba, por eso se divorcia y se casa con Maria Luisa, archiduquesa de Austria, hija del emperador Francisco I de Austria, era  una joven apenas con 19 años y el 41, y así se emparenta su familia con la nobleza de  los Habsburgo, y es de este enlace que nace su único vástago, Napoleón II al cual lo designa como  rey de Roma, pero que el mismo muere en Viena a los 21 años de tuberculosis, tronchando su ilusión de trascendencia por la vía sanguínea.

Algunos historiadores han hecho la comparación de Adolfo Hitler con la figura de Napoleón Bonaparte, y en esto  pudieran destacarse algunos puntos coincidentes como son : ambos llegan al poder uno por la vía militar a raíz de un golpe de estado, el otro imponiendo una ley absolutista en el parlamento alemán, uno en 1804 otro en 1933, 129 años después;  Invaden Viena, en Austria, Napoleón en 1809 y Hitler en 1938, 129 años después; Bonaparte invade Rusia en 1812 y Hitler en 1941, o sea 129 años de diferencia y ambos son derrotados; Napoleón tiene su Waterloo en junio de 1815 y Adolfo Hitler se suicida en abril de 1945; Bonaparte era de origen italiano, baja estatura y hablaba el francés con acento corso; Hitler era austriaco, de baja estatura y tuvo problemas de adaptación en Alemania; Napoleón soñaba con el imperio Carolingio, y Hitler con el Sacro Imperio Romano Germánico; Por último Napoleón se dice fue envenenado y Hitler  dicen se suicidó.

Pero aún hay algo más particular  y  difícil de encuadrar en el carácter bélico del corso Napoleón Bonaparte, y es su novela escrita en 1795  titulada, Clisson y Eugénie, que trata del amor interrupto de una pareja que después de casados y con hijos,  Clisson  como militar y buen soldado, debe retornar a  la guerra, es herido y envía una carta con un camarada que además de entregar la misiva, se constituye en amante de su esposa, y él defraudado planifica su muerte en el frente.

Y así fue a grandes rasgos la turbulenta vida de este personaje, uno de los más grandes de la historia, que entonces solo a caballo recorrió toda la Europa, e incluso  África del norte, Egipto y Siria, cuando a nosotros hoy para conocer algunos países del místico  continente, pasamos las mil y una dificultades,  a su vez y a mi juicio, en la comparación hecha con Hitler, el corso me resulta  muy superior  a éste por muchas razones, pero una de ellas, y dentro de otras  principales, el abarcar el mismo territorio de las acciones con tan diferentes medios de locomoción, es una gran proeza.

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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