Desempolvando archivos gubernamentales cubanos

Written by on 10/06/2021 in Cronica, Literatura - No comments
Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.

José Agripino Barnet y Vinajeras. Cortesía del autor.

Quizás un poco como homenaje a nuestra fecha reciente pasada, 20 de mayo de 1902, de proclamación de la república del colonialismo español, escribo hoy estas líneas. Y justo adosado a la dominación española y como algo rocambolesco, quisiera solfear las teclas de la historia, que más tarde esclareceré, pero para enrarecer un poco el ambiente de mis amigos lectores diré que, después de la liberación de España tuvimos un presidente español. ¿Qué cómo es eso? Ahí les expongo.

Sin haber sido un ferviente amante de nuestra historia, algo me preocupé en mi juventud por ella, y ahora después de viejo también lo hago a retazos. Creo que hay una etapa convulsa de la misma,  que los manuales revolucionarios no la detallan bien porque han querido enfocar en exceso, o como si fuera lo más importante, lo sucedido hasta 1902 y luego a partir de 1959. Pero vayamos sucintamente al grano de este artículo, y más bien situémonos brevemente en el medio de este período. Es depuesto Gerardo Machado en 1933 por varias razones, entre ellas, haber forzado inconstitucionalmente su segundo mandato o término, a pesar de tener a su favor la creación de grandes obras como la carretera central, el Capitolio, el malecón, paseo del prado, etc. Entonces el 4 de septiembre de 1933 cae Machado como todos conocen, se crea una pentarquía y en el período, desde este día hasta el 20 de mayo de 1936 que se realizan nuevamente elecciones y sale como presidente Miguel Mariano Gómez, son nombrados y depuestos alrededor de 10 presidentes. También diría como algo  sensacional, aunque no es el objetivo de este análisis  y bien vale un artículo completo y detallado al respecto, surge la figura de Fulgencio Batista a partir de Machado, como algo tan inusual y descabellado pero para la historia  tan extraordinario, que repito el régimen revolucionario actual ha evitado y soslayado, y es que, ¿quién se puede explicar con veracidad y contundencia, que un simple sargento iletrado, o con poquísimos conocimientos solo de taquígrafo y secretariado, hecho  en cursos militares que supo aprovechar al ingresar, tomara el mando del ejército, y tras bambalinas con el contrapeso de ese ejército, equilibrara la gobernación del país,  hasta que el mismo se postuló en 1940 y resultó elegido presidente? ¿Cómo fue posible aquello? ¿Qué magia tuvo ese hombre?, dicho sea de paso, tenía su arte oratorio, mucha sagacidad y don organizativo, y luego se cultivó con el paso de los años. Aunque justo es decir cometió mas tarde el gravísimo error del golpe de Estado  de 1952 que nos ha traído tantas desgracias.

Pero el personaje que nació español en 1964, en Barcelona, e hizo allí su infancia y luego sus padres cubanos lo llevaron a Cuba, lo nacionalizaron cubano, estudió y se hizo abogado en 1887, fue José Agripino Barnet y Vinajeras. Se fue a París después de su graduación y regresó en 1902, ligándose a las relaciones exteriores de la recién creada nación, y fungió como cónsul y embajador cubano en múltiples países hasta 1931 cuando regresa a Cuba, y comienza a trabajar en la Secretaria de Estado. A la caída de Machado en 1933, la Comisión Ejecutiva lo nombra subsecretario de Estado, siendo Ramón Grau presidente, y al cesar este, renuncia. Más tarde, otro de los presidentes provisionales nombrados, Carlos Mendieta, lo nombra secretario de Estado, y al renunciar Mendieta, es nombrado presidente, cargo que ejerce José Agripino, nacido español y devenido cubano, desde el 11 de diciembre de 1935 al 20 de mayo de 1936. Cuando se realizan elecciones constitucionales sale electo Miguel Mariano Gómez, que dicho sea de paso, solo duró también hasta diciembre de ese año, sustituyéndolo provisionalmente, al ser vicepresidente, Federico Laredo Brú hasta las elecciones de 1940, a las cuales se había postulado Fulgencio Batista, y gana las mismas ya bajo la égida de nuestra famosa nueva Constitución.

Nada amigos, así medio en juego y medio en serio, tuvimos un presidente nacido español después de dejar de ser Cuba colonia española en 1898. Murió en 1945 el señor Barnet, en la misma Barcelona donde nació.

 

 

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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