Capar o castrar, palabra trágica para los machos

Written by on 13/10/2021 in Cronica, Literatura - No comments

 

Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.

La castración como castigo en la etapa medieval. Cortesía del autor.

Cuando era niño solía ver en casa como el tío Emilio capaba los puercos sacándole los testículos, a sangre fría desde luego, y luego le echaba ceniza y creolina en la herida para que sanaran. Mas tarde supe de las capaduras de toros para convertirlos en bueyes  y también a  los potros para transformarlos en animales de tiro. No olvido tampoco cuando siendo aun pequeño mi perrito Conde perdió sus testículos con los alambres de púas de la cerca, huyéndole a unos perros feroces de un vecino por encontrarse husmeando indebidamente  en el patio ajeno.

Pero la castración tiene una historia en  la humanidad digna de repasarla. Se cuenta siglos atrás como a los niños con voces extraordinarias los castraban antes de la pubertad para que mantuvieran esa virtud, los llamaban “castrati”. Luego aprendí en los textos sobre los famosos eunucos, a los que le sacrificaban sus genitales en aras de evitar cualquier contacto sexual con sus emperatrices o reinas. De la misma manera la historia recoge la suerte de los vencidos en las batallas donde en muchos casos castraban a los vencidos para volverlos esclavos gentiles y hasta a los enemigos muertos en los combates los capaban en aras  de una venganza sin límites. Se añade a estas circunstancias el período de la esclavitud africana donde a  muchos esclavos también se les decapitaban sus testículos para volverlos inofensivos y más aptos para el trabajo, los cuales a su vez eran vendidos a mejor precio.

La castración como castigo en la etapa medieval

Es una práctica rutinaria hoy en día al comprar una mascota, tal como hicimos con nuestro último miembro de la familia, el querido y bello Milo, que la institución por ser animales de raza y en aras de evitar procreaciones clandestinas, los venden capados ya. En la actualidad la castración animal se hace  con anestesia, pero en muchas ocasiones en el campo le partían los conductos con unas pinzas o le daban golpes contra una piedra a esos propios conductos, sufriendo el animal intensamente. La proliferación de perros y gatos en muchos países ha conllevado también a la castración de muchos de estos animales .

Pero retornemos al reino humano, la castración también se ha hecho necesaria en algunos cánceres testiculares o traumatismos ocasionados por accidentes. Pero la historia también cuenta cómo en la antigüedad, y no tanto, algunas sociedades aplicaban la castración para supuestamente eliminar el homosexualismo. Los visigodos en la península ibérica entre el siglo  V y el X, aplicaban este supuesto método con los homosexuales. Pero no tan lejano  es el hecho del famoso científico y matemático inglés, Alan Turing, quien se hizo famoso descifrando los códigos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y que fue castrado en 1952 por su homosexualidad, siendo el primer ministro Gordon Brown quien le ofreció disculpas en el año 2009 en nombre del reino británico por tal brutalidad. Hablando de esta guerra, los nazis también en algunos campos de concentración  aplicaron esta degradante técnica a prisioneros judíos y rusos preferentemente.

La castración ha sido también objetivo judicial como pena en muchos casos de violadores y pederastas. también fue objeto de pena en la antigüedad cuando los judíos tenían relaciones con los cristianos.

Recuerdo anécdotas de amigos cubanos que pelearon en Angola cumpliendo con la nefasta egolatría del entonces dirigente de nuestro país, que llevó a esta guerra ajena a nuestra idiosincrasia a miles de cubanos, donde muchos regresaron heridos y otros quedaron en el campo de batalla,  a algunos de los fallecidos los enemigos los castraron con la fanática idea de que, comerle los testículos a un enemigo valiente les traspasaba los instintos de coraje.

Amigos  no se preocupen, hoy la ciencia utiliza la vasectomía como solución a muchos de nuestros problemas y conceptos sobre la procreación. Además también al paso de los años, la biología masculina se encarga de controlar nuestros ardores, evitando así sea la castración la solución a nuestros problemas.

 

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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