Literatura. Estampa. Por Dulce Sotolongo Carrington… Leonor se aleja. El alma de la madre se estruja como el pañuelo que lleva en la mano. No logra alejar los ojos grises del hijo. El mar oscuro presagia espanto. Si otra vez pudiera tomar el coche y salir en su búsqueda. Cada golpe de ola es un látigo, una voz que repite: Vamos, pronto, vamos, hijo.
Literatura. In Memoriam. Por Ismael Sambra… SIN POMPAS FUNEBRES. Recibí la noticia de la muerte de nuestro amigo Asdrúbal Caner Camejo. Su hij ...
Literatura. Crónica. Por Félix J. Fojo... Tengo un amigo escritor que no sabía que lo era. Ese amigo es un buen amigo —¿Se sonrojaría, santiagu ...
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