Sin pompas fúnebres

Written by on 28/09/2017 in In Memoriam, Literatura - No comments
Literatura. In Memoriam.
Por Ismael Sambra…

SIN POMPAS FUNEBRES.

Recibí la noticia de la muerte de nuestro amigo Asdrúbal Caner Camejo. Su hija, de quien siempre le oía hablar, pero que nunca conocí en persona, me envió la información el día 4 de agosto cuando ya su cuerpo había sido incinerado. Tuvo un paro respiratorio. Él tenía muchos problemas pulmonares y cardiacos. Nació el 14.9.1945.

En su breve información por email me dijo: “Soy Mariette la hija de Asdrubal. Con un profundo dolor te quiero comunicar que mi papá murió este 31.7. Yo pude verlo en el hospital antes de que se despidiese de este mundo y aunque estoy sumamente triste me alegra haber podido acompañarlo al final el día 3.8 mi Hermana y yo hicimos una pequeña ceremonia sólo nosotras y arrojamos las cenizas en su playa favorita en Ottawa. Un abrazo fuerte, yo sé que él te estimaba mucho”.

El poeta Asdrúbal Caner Camejo murió en el exilio sin pompas fúnebres y sin anuncios en la prensa sobre su vida y su deceso. Yo he tenido que esperar y recuperarme un poco para poder escribir unas palabras sobre quien merece todo un libro. Fue profesor de Economía Política en la Universidad de Oriente y fue un verdadero amigo con convicción de lo que significa la palabra Libertad. Por eso fue un contestatario y más tarde un disidente declarado.

Lo conocí en las tertulias de la UNEAC en Santiago de Cuba. Él las dirigía. Recitaba sus poemas llenos de lirismos, imágenes y mensajes subliminales con voz de locutor experimentado a la que agregaba emoción, espontánea tonalidad y conocimiento del tema tratado.

Cuando presenté el proyecto en la Televisión Tele-Turquino del programa cultural Haciendo Camino, no pensé en otro guía que no fuera él a pesar de que arrastraba un poco la letra Erre al hablar. Yo escribía el guión y lo dirigía. Él lo enriquecía con su talento y su natural carisma. Juntos hicimos en este género uno de los programas de mayor teleaudiencia. Salíamos al aire una vez por semana durante media hora y ya nos esperaban los concursantes y los interesados en acumular conocimiento y sabiduría. Comentarios sobre libros y obras de arte, notas históricas, pensamientos martianos, entrevistas a autores, música y poesía fluían con ritmo y absoluta amenidad. Sin dudas parecía que habría nacido para hacer esto y no para hablar de la absurda plusvalía y los principios marxistas en cada clase frente al aburrido estudiantado.

Teníamos afinidad de trabajo y de pensamiento. Cuando fundamos el primer grupo de escritores y artistas independientes en Cuba, conocido como El Grupo, él fue uno de sus miembros. Hacíamos recitales atrevidos desafiando la censura con poemas que salían luego publicados en nuestra revista El Grupo, a pesar de los escasos recursos, la falta de papel y los ataques de otros intelectuales y lacayos a servicio del régimen. Cuando me llevaron a prisión y me sentenciaron a diez años de privación de libertad por escribir artículos y proclamas contra la tiranía castrista, él siguió escribiendo el programa Haciendo Camino, intensificando sus comentarios a favor del pensamiento martiano y el concepto de patria y libertad, hasta que finalmente lo censuraron. Un día se atrevió a leer en la tertulia uno de mis poemas cuando yo cumplía sentencia. Después que se vio forzado a emigrar en agosto de 1994 en una rústica balsa a través de la bahía de Guantánamo, hizo campaña por mi liberación incondicional.

Siempre le profesé respeto, agradecimiento y cariño, y cuando fundamos en Toronto la asociación Cuban Canadian Foundation, él fue uno de sus vicepresidentes. Un hombre íntegro, siempre honesto y cordial. Pudo ofrecer su testimonio ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Canadiense, sobre los horrores vividos en la isla-cárcel. La mayoría de sus artículos, ensayos y trabajos literarios permanecen inéditos. Su libro Poemas disidentes busca editor. En ese proceso de preparación del libro estábamos cuando lo sorprendió la muerte a los 71 años de edad.

Para él también escribió José Martí, quien amó la libertad y definió la tiranía como “una misma en sus varias formas”, este pensamiento que podría realmente ser su epitafio. “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.

Ismael Sambra

Toronto, septiembre, 2017

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Selección de sus Poemas disidentes
Preguntas para el “hombre nuevo”

En qué lugar de la infamia
               dejaste la piedad,
qué hiciste del amor al prójimo
                   en qué árido fangal
olvidaste
              los santos mandamientos
bajo que perdidos pasos
                 quebraste las alas y el
arrullo de la paloma
en qué despavorida carrera
                       dejaste la decencia.
 
¿No sirvió la mezcla o los andamios
                se perdió la cuerda
o la balanza?
                  ¿Alguien se habrá
robado la arena o el cemento?
 
Escalando la cuesta del odio
y de la envidia 
acuclillado en la trastienda
                            del rencor
quemaste al redentor
                que tanto publicaste
y entre canjes y propinas
             se fue de tu tamaño
la tesis dos sobre Feuerbach
                     y tu verdad era
un rabioso lobo
          disfrazado de paloma
 
En pleno goce de mis asombros
               dónde fue a parar
la armazón
         de tu entelequia
la primorosa urdimbre
              de tu nombre
hombre nuevo
 
Bajo tu noche de escorpión
                                     y cachiporra
postrada de hinojos
                         y en harapos
agoniza para siempre
                         ante mis ojos
                     la dulce probabilidad
de la esperanza
 
El árbol fulminó todo el boscaje
            el bosque se hizo mal camino
y no sabes cómo salir de esta
                               incierta encrucijada
                cuando a ciegas
se marcha entre mentiras.
 
El ego traicionó tu trote codo
a codo
y te hiciste, más que un lobo
de la estepa
un androide purulento
y sin memoria
 
Ocurre que el río busca
su cause
aunque le obliguen a buscar
otros caminos
                   y sale del artificio
que obscuras manos
le crearon.

Isla, polvo de la rabia

Yo escribo sobre mi espalda
         poblada de innombrables dolores
Escribo
                 sobre mis manos pedregosas
y sus dedos solitarios
                            y malditos
            Escribo sobre mis pies
mis pies que perdieron el camino
             mis pies que se arrastran
         con cadenas por el fango
por el hambre 
                    por las llamas                 
            Escribo libertad sobre mis uñas
    mis uñas llenas de nubes
                     y hongos
mis uñas llenas de lágrimas
              mis uñas sin amores
mis uñas viudas
                 mis uñas sin encantos
Escribo palabras sin sentido
                        sobre
             mis huesos descarnados
y cansados
        y escribo
escribo
          sin ver el final tan esperado
Hablo de vaguedades
        de cosas sin importancia
de una isla
                 que se quema
como una caña sola
             como una caña sola
Me gusta escribir
                    sobre mis huesos
 filosóficas
                      insustancialidades
sobre los seres que pasan
            que huyen
            que vuelan
            que se esfuman
   como las tormentas 
                  polvorientas del desierto
Escribo sobre mi piel
              sin color
la existencia inexistente
                      de los perdedores
de los millones de transeúntes
               cuyos rostros han sido borrados
por el peor de los desamores
                      la indiferencia
Me gusta escribir sobre mi espalda
            mis manos, mis uñas,
     mis huesos
mi piel
          palabras sin sentido
                         insustanciales
    vacías
          que se irán en los fragmentos
de mi cuerpo    
                   en las cenizas del desastre
y el polvo de la indiferencia
          sin que nadie se entere
        y grite
                  y aúlle
isla, fragmentos
                       de la nada 
     la rabia
                     la rabia infinita.     

Lamento

Lamento haber descubierto
                tan joven
las reglas que me impusieron
                                  los intrusos
aquellos que se abrogaron
                         el infame derecho
de destrozar mi candor
                                 adolescente
Ahora, no sé si vivo o muero
                         porque vivo, voy
voy muriendo
No quiero caminar bajo
                                esas reglas
y no quiero medir
                            mis pasos
ni preguntar adonde me llevan
Quiero andarme fuera
                            de ese mundo
de máscaras y traiciones
                   no quiero sermones
ni fiscales
                 ni ojos detrás de mí
espalda 
             hurgando mis pasos
Rescatar el derecho
                    a sembrar mis lluvias
desde cualquier
                    promontorio de la ciudad
gritar mis poemas
                   desde el campanario de la
catedral
               y arremeter contra todo
lo que desprecio.
Colgado de un columpio
                   mirando como la estrella
regresa a mi frente
                           quiero ver el mundo
sin el malabarismo de
                           los guías designados
La libertad no necesita
                     campanarios ni trompetas
heráldicas
                 sino vivirla, sin cruces
ni cadenas
                y la inapelable decisión
de defenderla.
Es por eso que lamento
                     haber descubierto
tan joven
             a donde conducen estos
caminos
             antes caminados.

Algunas veces pienso que estoy muerto

 A veces pienso que estoy muerto
          y otras más las imagino
 tantas más las sueño
                        y muchas más las deseo
Se me fueron las estrellas
                   los pájaros
    las jutías
                    se acallaron las guitarras 
y las olas y la espuma
                  se llevaron las palabras
No sé dónde están las golondrinas
                   ni las gaviotas con sus nidos

A veces pienso que estoy muerto
                ¿será verdad?

Sandra, los extraños de la noche

                                                              Para las cubanas 
                                                                           forzadas a la prostitución.
Antes de conocerte
                me jactaba de haber
vivido y visto mucho
                de conocer casi todas
las guaridas del cinismo
humano.
                 Me las daba
pobre vanidad
                 de ser poco menos
que el ombligo del
planeta
             Como soy, entre otras
cosas menores, poeta
                   me creía imaginativo
y casi el próximo genio.
                 Pensaba haberlo descubierto
todo, hidalgo guardián
                                de la verdad absoluta
y sus críticos laberintos.
 
En mis largos soliloquios
                                   con Sócrates
me gustaba escuchar
                las siderales resonancias
de mi voz
                desafiando los obscuros
senderos de la razón
                                 y los axiomas
La Lógica era casi
                             un juego para mí
Yo entraba como sabio
                    en los cerrados jardines
donde Pitágoras cultivaba
                           sus rosas exotéricas
 
Absorto en los delirios
                              estéticos de los teoremas
cuánticos de Planck y
                del Enigma de Fermat
de pronto descubro
                             en esas calles de Dios
tu belleza errante y lozana
              tus nalgas sofisticadas
y espléndidas
              y la fragancia extravagante
de Nina Ricci y Paco Rabanne.
Toda la sabiduría
                          y la vanidad
se me fue a bolina
                y el animal saltó
como felino al acecho.
              Pobre de mí, Sandra
pobre sabio que descubre
              que no sabe nada
y aprende de ti la ilógica
                  de la rosa desnuda
los teoremas
                  de la rosa que llora
la física cuántica
                       de tus apremios
impúdicos
                 las irracionales razones
en la entrega
                 de tu protuberancia
trasera al mejor postor
                            que aparezca
en el mísero escenario
                    de tu apuesta.
En algún lugar
               hay una niña que
se amotina
               en su insólito desamparo
esperando a su madre.
 
No sabía
             que tus lágrimas tenían
sólo dieciséis años.
No sabía que bajo
                    tu piel de pétalo
reciente
              se escondía una
desvirgada anciana
                cuyos perfumes
sin mestizaje
                 incorpóreos
intangibles
          eran de una hembra de lujo
exclusiva para
                     foreigner investment
Oh Sandra
                no sabía que tu olor
incívico y transnacional
              eran efluvios sin patria
y sin amor.
              Y la locura me viene
y hablo de Rembrandt
                           o Paul Éluard
de que el mundo
                    no es una naranja
azul
sino roja y podrida
                y de un piloto francés
que amaba a una zorra
               y tú me preguntas
que quienes son esos tíos.
 
Y de súbito Sandra
                             mis ojos son polvo
como polvo son tus nalgas
                    como polvo son los lugares
más públicos de tu belleza
Oh Sandra
                cuántas hermosuras te
escamoteó la vida
                 y parece que naciste
en el peor de los tiempos
               y el peor de los lugares.
Y te veo cuando saltas el muro
                           del hotel en la playa
una vez
y luego otra
y otra…
           en busca de las caricias
con precios ya pactados
               y pienso en la apertura
de tus muslos
                bajo la lógica del mercado
Entonces imagino
                            tu inmensa soledad
tu soledad de vértigo
                   y no sé si sabes
que no tienes belleza
                    que la belleza real
pasó por tu lado
                    sin detenerse
como pasan los ricos
                    ante la mano extendida
del mendigo.
Sandra
                tú no tienes dieciséis años
sino la edad milenaria
                                         del comercio.
Cuántas veces me he preguntado
                           qué cosa es el desamor
Y tú, muchacha que saltas
                       una y otra vez ese muro
sin aromas del hotel
              eres la crónica urbana y
revolucionaria del desamor.
Adiós
         muchacha de la rosa muerta
del candor y la inocencia
                                     asesinadas
no preguntes nunca
                       por quién doblan las
campanas
                Doblan por ti.

 Quise ser un poeta

 Quise ser un poeta
                 de aquellos que escriben
sobre los avatares de la vida
                  de sus viajes, emociones
y embelesos.
             Un poeta común
                             como cualquier otro
en el resto del mundo.
                 Escribir de mis visitas
al Museo del Prado
                 de Velázquez o Goya
soñar con aquel cuerpo
                 desnudo de La Maja
imaginar que recorro su piel
                 como el pincel del pintor
o jugar con las niñas
                              de Las Meninas.
Leer mis poemas en algún lugar
                        a cielo abierto de la calle
Montparnasse
                    subir a la Torre Eiffel de Paris
y ver la agitada muchedumbre
                    desfilar por la bella avenida
de Les Champs-Élysées
                     o desandar la elástica y
nocturna avenida Corrientes
                                 en la patria de Gardel
sin tener que pedir
                              permiso a nadie
 
Quise tener algún
                              amor bonaerense
una fogosa aventura
                               en Río de Janeiro
o un doloroso amor
                           de esos que dejan estrías
en Montevideo
                    o la impronta de un hiriente
adiós en los jardines
                        del Parque del Retiro
Quise ser un poeta
                      de esos que escriben sobre
amigos famosos
                      y ponen en sus libros
los exergos
                  de antiguos filósofos
o admirados poetas.
                 
Salir en las fotos
                      con un grupo de jóvenes
y locos poetas
                       de la misma generación
y viajar al lanzamiento
                                  de mi libro
en una plaza histórica
                        del Perú de los incas.
 
Quise escribir
                      para revistas de renombre
y hablar en
                  simposios y congresos
leer mis poemas de amor
                  ante auditorios de bellas
mujeres
               escuchar sus suspiros y aplausos
y sentir el calor y el aprecio
                   de los lectores.
 
Pero recordé muy tarde
                                   que en mí país
esas eran quimeras
                                burguesas
sobre todo, para
                         un poeta en harapos
rehén sin pasaporte
                          que necesita que el
dueño de la isla
                          firme su salida
cosa que sólo podía
                           ocurrir en sueños
dada mi condición
                           de candidato a la
sospecha
                      por antiguas y presentes
huellas discrepantes
 
Quise ser un poeta
                       libre como los arrebatos
de mis sueños
                   y no un poeta de carroza
y cascabel
                una dócil serpiente
que se arrastra
strong>                        ante el poder.
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Asdrúbal Caner Camejo (1945-2017)

Estudió Economía en la Universidad de Oriente.

En 1980 se incorporó al Taller de Poesía José María Heredia de Santiago de Cuba. Publicó sus primeros poemas en El Caserón y luego en Taller, revista Revolución y Cultura, revista Santiago, revista El Grupo y otras publicaciones. Fue miembro de la directiva del Taller Literario del Palacio de Convenciones José M. Heredia, de Santiago de Cuba. Dirigió durante tres años el Taller Internacional de Poesía dentro del Festival Internacional del Caribe. Coescribió y condujo el programa de TV dedicado a las artes Haciendo Camino, durante cuatro años, hasta que fue expulsado del mismo por su posición disidente. En 1990 fue miembro fundador —junto al poeta y narrador Ismael Sambra y otros escritores— de El Grupo, un grupo crítico de escritores independientes, que fue suprimido, al igual que su revista, por el Departamento de la Seguridad del Estado y la UNEAC de Santiago de Cuba.

En 1994 fue forzado al exilio.

Entre 1998- 2002 realizó estudios de Master Degree in Arts en la Universidad de Ottawa, en la Especialidad de Español y Teoría de la Narrativa, donde se graduó con la Tesis: La focalización en la cuentística de Lino Novás Calvo.

En Otawa, Canadá, se incorporó al grupo de escritores hispanoamericanos El Dorado y, en su revista Alter Vox han aparecido poemas suyos. También publicó poemas en la Revista Hispano-Cubana (España). Otros poemas de su autoría fueron publicados en Boreal. Antología de Poesía Latinoamericana en Canadá (2002). La mayor parte de su obra permanece inédita.


©Ismael Sambra. All Rights Reserved

About the Author

Ismael Sambra (1947) Santiago de Cuba. Fue fundador del primer grupo de escritores y artistas independientes cubanos conocido como El Grupo. Ha publicado poesía, cuento, crítica, artículos y ensayos. Ha recibido premios y reconocimientos. Entre estos el internacional de poesía Casa de Las Américas y el Nacional de Poesía Heredia. Ha publicado, entre otros libros, Las cinco plumas y la luz del sol (cuento para niños), Hombre familiar o Monólogo de las confesiones (poesía), The art of growing wings (cuento para niños), Los ángulos del silencio (Trilogía poética), Vivir lo soñado (cuentos breves), Bajo lámparas festivas (poesía), El único José Martí. Principal opositor a Fidel Castro (ensayo), The five feathers (cuento para niños), L’histoire des cinq plumes (cuento para niños), El color de la lluvia (relato para niños, edición bilingüe), Cuentos de la prisión más grande del mundo (cuentos para adultos), Family man (poesía), Queridos amantes de la libertad (periodismo),  Monologue des confessions (poesía, edición bilingüe).  Es coautor con Manuel Gayol Mecías de la compilación y selección Cuentos erróticos (cuentos para adultos). Es Académico Correspondiente de la Academia de Historia de Cuba en elExilio y Miembro de Honor del PEN Club de Escritores de Canadá.

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