Literatura. In Memoriam.
Por Ismael Sambra…
SIN POMPAS FUNEBRES.
Recibí la noticia de la muerte de nuestro amigo Asdrúbal Caner Camejo. Su hija, de quien siempre le oía hablar, pero que nunca conocí en persona, me envió la información el día 4 de agosto cuando ya su cuerpo había sido incinerado. Tuvo un paro respiratorio. Él tenía muchos problemas pulmonares y cardiacos. Nació el 14.9.1945.
En su breve información por email me dijo: “Soy Mariette la hija de Asdrubal. Con un profundo dolor te quiero comunicar que mi papá murió este 31.7. Yo pude verlo en el hospital antes de que se despidiese de este mundo y aunque estoy sumamente triste me alegra haber podido acompañarlo al final… el día 3.8 mi Hermana y yo hicimos una pequeña ceremonia sólo nosotras y arrojamos las cenizas en su playa favorita en Ottawa. Un abrazo fuerte, yo sé que él te estimaba mucho”.
El poeta Asdrúbal Caner Camejo murió en el exilio sin pompas fúnebres y sin anuncios en la prensa sobre su vida y su deceso. Yo he tenido que esperar y recuperarme un poco para poder escribir unas palabras sobre quien merece todo un libro. Fue profesor de Economía Política en la Universidad de Oriente y fue un verdadero amigo con convicción de lo que significa la palabra Libertad. Por eso fue un contestatario y más tarde un disidente declarado.
Lo conocí en las tertulias de la UNEAC en Santiago de Cuba. Él las dirigía. Recitaba sus poemas llenos de lirismos, imágenes y mensajes subliminales con voz de locutor experimentado a la que agregaba emoción, espontánea tonalidad y conocimiento del tema tratado.
Cuando presenté el proyecto en la Televisión Tele-Turquino del programa cultural Haciendo Camino, no pensé en otro guía que no fuera él a pesar de que arrastraba un poco la letra Erre al hablar. Yo escribía el guión y lo dirigía. Él lo enriquecía con su talento y su natural carisma. Juntos hicimos en este género uno de los programas de mayor teleaudiencia. Salíamos al aire una vez por semana durante media hora y ya nos esperaban los concursantes y los interesados en acumular conocimiento y sabiduría. Comentarios sobre libros y obras de arte, notas históricas, pensamientos martianos, entrevistas a autores, música y poesía fluían con ritmo y absoluta amenidad. Sin dudas parecía que habría nacido para hacer esto y no para hablar de la absurda plusvalía y los principios marxistas en cada clase frente al aburrido estudiantado.
Teníamos afinidad de trabajo y de pensamiento. Cuando fundamos el primer grupo de escritores y artistas independientes en Cuba, conocido como El Grupo, él fue uno de sus miembros. Hacíamos recitales atrevidos desafiando la censura con poemas que salían luego publicados en nuestra revista El Grupo, a pesar de los escasos recursos, la falta de papel y los ataques de otros intelectuales y lacayos a servicio del régimen. Cuando me llevaron a prisión y me sentenciaron a diez años de privación de libertad por escribir artículos y proclamas contra la tiranía castrista, él siguió escribiendo el programa Haciendo Camino, intensificando sus comentarios a favor del pensamiento martiano y el concepto de patria y libertad, hasta que finalmente lo censuraron. Un día se atrevió a leer en la tertulia uno de mis poemas cuando yo cumplía sentencia. Después que se vio forzado a emigrar en agosto de 1994 en una rústica balsa a través de la bahía de Guantánamo, hizo campaña por mi liberación incondicional.
Siempre le profesé respeto, agradecimiento y cariño, y cuando fundamos en Toronto la asociación Cuban Canadian Foundation, él fue uno de sus vicepresidentes. Un hombre íntegro, siempre honesto y cordial. Pudo ofrecer su testimonio ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Canadiense, sobre los horrores vividos en la isla-cárcel. La mayoría de sus artículos, ensayos y trabajos literarios permanecen inéditos. Su libro Poemas disidentes busca editor. En ese proceso de preparación del libro estábamos cuando lo sorprendió la muerte a los 71 años de edad.
Para él también escribió José Martí, quien amó la libertad y definió la tiranía como “una misma en sus varias formas”, este pensamiento que podría realmente ser su epitafio. “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.
Ismael Sambra
Toronto, septiembre, 2017
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Selección de sus Poemas disidentes
Preguntas para el “hombre nuevo”
En qué lugar de la infamia
dejaste la piedad,
qué hiciste del amor al prójimo
en qué árido fangal
olvidaste
los santos mandamientos
bajo que perdidos pasos
quebraste las alas y el
arrullo de la paloma
en qué despavorida carrera
dejaste la decencia.
¿No sirvió la mezcla o los andamios
se perdió la cuerda
o la balanza?
¿Alguien se habrá
robado la arena o el cemento?
Escalando la cuesta del odio
y de la envidia
acuclillado en la trastienda
del rencor
quemaste al redentor
que tanto publicaste
y entre canjes y propinas
se fue de tu tamaño
la tesis dos sobre Feuerbach
y tu verdad era
un rabioso lobo
disfrazado de paloma
En pleno goce de mis asombros
dónde fue a parar
la armazón
de tu entelequia
la primorosa urdimbre
de tu nombre
hombre nuevo
Bajo tu noche de escorpión
y cachiporra
postrada de hinojos
y en harapos
agoniza para siempre
ante mis ojos
la dulce probabilidad
de la esperanza
El árbol fulminó todo el boscaje
el bosque se hizo mal camino
y no sabes cómo salir de esta
incierta encrucijada
cuando a ciegas
se marcha entre mentiras.
El ego traicionó tu trote codo
a codo
y te hiciste, más que un lobo
de la estepa
un androide purulento
y sin memoria
Ocurre que el río busca
su cause
aunque le obliguen a buscar
otros caminos
y sale del artificio
que obscuras manos
le crearon.
Isla, polvo de la rabia
Yo escribo sobre mi espalda
poblada de innombrables dolores
Escribo
sobre mis manos pedregosas
y sus dedos solitarios
y malditos
Escribo sobre mis pies
mis pies que perdieron el camino
mis pies que se arrastran
con cadenas por el fango
por el hambre
por las llamas
Escribo libertad sobre mis uñas
mis uñas llenas de nubes
y hongos
mis uñas llenas de lágrimas
mis uñas sin amores
mis uñas viudas
mis uñas sin encantos
Escribo palabras sin sentido
sobre
mis huesos descarnados
y cansados
y escribo
escribo
sin ver el final tan esperado
Hablo de vaguedades
de cosas sin importancia
de una isla
que se quema
como una caña sola
como una caña sola
Me gusta escribir
sobre mis huesos
filosóficas
insustancialidades
sobre los seres que pasan
que huyen
que vuelan
que se esfuman
como las tormentas
polvorientas del desierto
Escribo sobre mi piel
sin color
la existencia inexistente
de los perdedores
de los millones de transeúntes
cuyos rostros han sido borrados
por el peor de los desamores
la indiferencia
Me gusta escribir sobre mi espalda
mis manos, mis uñas,
mis huesos
mi piel
palabras sin sentido
insustanciales
vacías
que se irán en los fragmentos
de mi cuerpo
en las cenizas del desastre
y el polvo de la indiferencia
sin que nadie se entere
y grite
y aúlle
isla, fragmentos
de la nada
la rabia
la rabia infinita.
Lamento
Lamento haber descubierto
tan joven
las reglas que me impusieron
los intrusos
aquellos que se abrogaron
el infame derecho
de destrozar mi candor
adolescente
Ahora, no sé si vivo o muero
porque vivo, voy
voy muriendo
No quiero caminar bajo
esas reglas
y no quiero medir
mis pasos
ni preguntar adonde me llevan
Quiero andarme fuera
de ese mundo
de máscaras y traiciones
no quiero sermones
ni fiscales
ni ojos detrás de mí
espalda
hurgando mis pasos
Rescatar el derecho
a sembrar mis lluvias
desde cualquier
promontorio de la ciudad
gritar mis poemas
desde el campanario de la
catedral
y arremeter contra todo
lo que desprecio.
Colgado de un columpio
mirando como la estrella
regresa a mi frente
quiero ver el mundo
sin el malabarismo de
los guías designados
La libertad no necesita
campanarios ni trompetas
heráldicas
sino vivirla, sin cruces
ni cadenas
y la inapelable decisión
de defenderla.
Es por eso que lamento
haber descubierto
tan joven
a donde conducen estos
caminos
antes caminados.
Algunas veces pienso que estoy muerto
A veces pienso que estoy muerto
y otras más las imagino
tantas más las sueño
y muchas más las deseo
Se me fueron las estrellas
los pájaros
las jutías
se acallaron las guitarras
y las olas y la espuma
se llevaron las palabras
No sé dónde están las golondrinas
ni las gaviotas con sus nidos
A veces pienso que estoy muerto
¿será verdad?
Sandra, los extraños de la noche
Para las cubanas
forzadas a la prostitución.
Antes de conocerte
me jactaba de haber
vivido y visto mucho
de conocer casi todas
las guaridas del cinismo
humano.
Me las daba
pobre vanidad
de ser poco menos
que el ombligo del
planeta
Como soy, entre otras
cosas menores, poeta
me creía imaginativo
y casi el próximo genio.
Pensaba haberlo descubierto
todo, hidalgo guardián
de la verdad absoluta
y sus críticos laberintos.
En mis largos soliloquios
con Sócrates
me gustaba escuchar
las siderales resonancias
de mi voz
desafiando los obscuros
senderos de la razón
y los axiomas
La Lógica era casi
un juego para mí
Yo entraba como sabio
en los cerrados jardines
donde Pitágoras cultivaba
sus rosas exotéricas
Absorto en los delirios
estéticos de los teoremas
cuánticos de Planck y
del Enigma de Fermat
de pronto descubro
en esas calles de Dios
tu belleza errante y lozana
tus nalgas sofisticadas
y espléndidas
y la fragancia extravagante
de Nina Ricci y Paco Rabanne.
Toda la sabiduría
y la vanidad
se me fue a bolina
y el animal saltó
como felino al acecho.
Pobre de mí, Sandra
pobre sabio que descubre
que no sabe nada
y aprende de ti la ilógica
de la rosa desnuda
los teoremas
de la rosa que llora
la física cuántica
de tus apremios
impúdicos
las irracionales razones
en la entrega
de tu protuberancia
trasera al mejor postor
que aparezca
en el mísero escenario
de tu apuesta.
En algún lugar
hay una niña que
se amotina
en su insólito desamparo
esperando a su madre.
No sabía
que tus lágrimas tenían
sólo dieciséis años.
No sabía que bajo
tu piel de pétalo
reciente
se escondía una
desvirgada anciana
cuyos perfumes
sin mestizaje
incorpóreos
intangibles
eran de una hembra de lujo
exclusiva para
foreigner investment
Oh Sandra
no sabía que tu olor
incívico y transnacional
eran efluvios sin patria
y sin amor.
Y la locura me viene
y hablo de Rembrandt
o Paul Éluard
de que el mundo
no es una naranja
azul
sino roja y podrida
y de un piloto francés
que amaba a una zorra
y tú me preguntas
que quienes son esos tíos.
Y de súbito Sandra
mis ojos son polvo
como polvo son tus nalgas
como polvo son los lugares
más públicos de tu belleza
Oh Sandra
cuántas hermosuras te
escamoteó la vida
y parece que naciste
en el peor de los tiempos
y el peor de los lugares.
Y te veo cuando saltas el muro
del hotel en la playa
una vez
y luego otra
y otra…
en busca de las caricias
con precios ya pactados
y pienso en la apertura
de tus muslos
bajo la lógica del mercado
Entonces imagino
tu inmensa soledad
tu soledad de vértigo
y no sé si sabes
que no tienes belleza
que la belleza real
pasó por tu lado
sin detenerse
como pasan los ricos
ante la mano extendida
del mendigo.
Sandra
tú no tienes dieciséis años
sino la edad milenaria
del comercio.
Cuántas veces me he preguntado
qué cosa es el desamor
Y tú, muchacha que saltas
una y otra vez ese muro
sin aromas del hotel
eres la crónica urbana y
revolucionaria del desamor.
Adiós
muchacha de la rosa muerta
del candor y la inocencia
asesinadas
no preguntes nunca
por quién doblan las
campanas
Doblan por ti.
Quise ser un poeta
Quise ser un poeta
de aquellos que escriben
sobre los avatares de la vida
de sus viajes, emociones
y embelesos.
Un poeta común
como cualquier otro
en el resto del mundo.
Escribir de mis visitas
al Museo del Prado
de Velázquez o Goya
soñar con aquel cuerpo
desnudo de La Maja
imaginar que recorro su piel
como el pincel del pintor
o jugar con las niñas
de Las Meninas.
Leer mis poemas en algún lugar
a cielo abierto de la calle
Montparnasse
subir a la Torre Eiffel de Paris
y ver la agitada muchedumbre
desfilar por la bella avenida
de Les Champs-Élysées
o desandar la elástica y
nocturna avenida Corrientes
en la patria de Gardel
sin tener que pedir
permiso a nadie
Quise tener algún
amor bonaerense
una fogosa aventura
en Río de Janeiro
o un doloroso amor
de esos que dejan estrías
en Montevideo
o la impronta de un hiriente
adiós en los jardines
del Parque del Retiro
Quise ser un poeta
de esos que escriben sobre
amigos famosos
y ponen en sus libros
los exergos
de antiguos filósofos
o admirados poetas.
Salir en las fotos
con un grupo de jóvenes
y locos poetas
de la misma generación
y viajar al lanzamiento
de mi libro
en una plaza histórica
del Perú de los incas.
Quise escribir
para revistas de renombre
y hablar en
simposios y congresos
leer mis poemas de amor
ante auditorios de bellas
mujeres
escuchar sus suspiros y aplausos
y sentir el calor y el aprecio
de los lectores.
Pero recordé muy tarde
que en mí país
esas eran quimeras
burguesas
sobre todo, para
un poeta en harapos
rehén sin pasaporte
que necesita que el
dueño de la isla
firme su salida
cosa que sólo podía
ocurrir en sueños
dada mi condición
de candidato a la
sospecha
por antiguas y presentes
huellas discrepantes
Quise ser un poeta
libre como los arrebatos
de mis sueños
y no un poeta de carroza
y cascabel
una dócil serpiente
que se arrastra
strong> ante el poder.
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Asdrúbal Caner Camejo (1945-2017)
Estudió Economía en la Universidad de Oriente.
En 1980 se incorporó al Taller de Poesía José María Heredia de Santiago de Cuba. Publicó sus primeros poemas en El Caserón y luego en Taller, revista Revolución y Cultura, revista Santiago, revista El Grupo y otras publicaciones. Fue miembro de la directiva del Taller Literario del Palacio de Convenciones José M. Heredia, de Santiago de Cuba. Dirigió durante tres años el Taller Internacional de Poesía dentro del Festival Internacional del Caribe. Coescribió y condujo el programa de TV dedicado a las artes Haciendo Camino, durante cuatro años, hasta que fue expulsado del mismo por su posición disidente. En 1990 fue miembro fundador —junto al poeta y narrador Ismael Sambra y otros escritores— de El Grupo, un grupo crítico de escritores independientes, que fue suprimido, al igual que su revista, por el Departamento de la Seguridad del Estado y la UNEAC de Santiago de Cuba.
En 1994 fue forzado al exilio.
Entre 1998- 2002 realizó estudios de Master Degree in Arts en la Universidad de Ottawa, en la Especialidad de Español y Teoría de la Narrativa, donde se graduó con la Tesis: La focalización en la cuentística de Lino Novás Calvo.
En Otawa, Canadá, se incorporó al grupo de escritores hispanoamericanos El Dorado y, en su revista Alter Vox han aparecido poemas suyos. También publicó poemas en la Revista Hispano-Cubana (España). Otros poemas de su autoría fueron publicados en Boreal. Antología de Poesía Latinoamericana en Canadá (2002). La mayor parte de su obra permanece inédita.