“Para una poética de la conciencia”, de Manuel Gayol Mecías

Written by on 01/03/2021 in Critica, Ensayo, Literatura - No comments
Literatura. Ensayo. Crítica.
Por Carlos Penelas.

Es un libro para poetas. O para aquellos que amen la poesía. Pero tampoco es eso, es un libro escrito por un poeta, un ser culto, sensible, que busca lo poético en la realidad, en el misterio, en la conciencia. El autor nos dice que “en realidad, la conciencia individual es nuestro verdadero yo”. Y que “…es la puerta invisible a los espacios sagrados de la ubicuidad presencial, donde podemos encontrar a Imago como reino de todos los resplandores…”.

Manuel Gayol Mecías nos manifiesta esa viva e invisible forma de expresar el misterio de la creación, el espíritu del arte, la manera de divulgar y acrecentar el interés por el mundo de la palabra poética. Pero también nos señala los escollos y problemas para el hombre y su destino; una búsqueda afanosa que permita el acceso a los estratos más hondos de su existencia. Nos induce a pensar en una facultad de representación del otro y de las cosas, las intuiciones puras del espacio y el tiempo. Entonces surge la imaginación como facultad de intuir un objeto sin la presencia de éste, la fórmula en la “deducción transcendental” o el rico aporte existencial en una cosmovisión de carácter emotivo, como atributo del fundamento cósmico.

Señala: “Tú eres la otredad, la energía del mundo que me piensa; eres el poema creado para mí”. Nos lleva a la mitología del saber y del sentir, a ese universo que es clave en el mundo del sueño y del origen, del ver, el mundo del bosque. “El bosque fue el refugio del pensador; allí el hombre se sentiría menos solo que en la ciudad. Era su lugar de soñar”. La creación, la amada, la fugacidad, lo irrepetible, se manifiesta en el bosque, en la simbología de la mujer, en el sueño latente, en el secreto de lo sagrado.

El cosmos de Bachelard aparece una y otra vez en las páginas de Gayol Mecías. Gaston Bachelard, un creador fundamental para el poeta, un filósofo interesado en la ciencia moderna y al mismo tiempo en la creación literaria y poética. La imaginación, la fantasía y el ensueño se elevan por sobre la cotidianeidad de lo concreto; la contribución epistemológica une el sendero de la ciencia. Huésped del mundo pero colmado, rodeado, de otro espacio: melancolía que nace entre dos mundos; el que impone estar en la naturaleza y el otro, demorado en la lejanía interior.

No es casual entonces que en este itinerario surja la figura de uno de los grandes pensadores de nuestra época: Pierre Teilhard de Chardin, el hombre que pensó como nadie la filosofía biológica, la grandeza poética elaborada sobre la ortodoxia religiosa y científica; Theilard de Chardin, el creador de la liturgia cósmica. Gayol Mecías nos lleva –gracias a su literatura, a su estilo- a través de un orbe donde habita el ensueño, la ciencia, la conciencia, el amor, la felicidad. Siempre con una mirada que abarca lo individual en relación con lo social, de lo antropológico a lo social, político o psicológico. Dice bien al escribir que “…la felicidad es fragmentaria y relativa en determinados momentos de la vida. Además, habría que establecer disímiles patrones modernos que puedan explicar el hecho de a qué se le llama felicidad”.

Sobre el final del libro nos hablará de lo irracional, del poder, la ambición, el miedo, el fanatismo religioso, la falsedad y la degradación en la que el hombre está sumergido. Nos trae el pensamiento de Yuval Noah Harari. Vale la pena una digresión. Harari expone cómo en la sociedad actual el epicureísmo es la filosofía dominante; indica que “en los tiempos antiguos mucha gente rechazó el epicureísmo, pero hoy en día se ha convertido en la opinión generalizada”. También argumenta que las estructuras políticas o sociales competidoras pueden ser vistas como sistemas de procesamiento de datos.

Para una poética de la conciencia es un libro necesario para una sustentación del hombre interior, sigue un sendero que lleva al centro del alma hacia donde mana todo ser. Es ir develando significados, dualidades, rupturas. Hay un mundo histórico, civilizaciones detrás de nosotros, un espacio gravitando en cada uno de nosotros. Eso y la lluvia sideral nos acompañan en esta visión humanista y bella.

(Palabra Abierta Ediciones / Neo Club Ediciones / Columbia / EEUU / 2020 )

[Palabras del destacado poeta argentino Carlos Penelas sobre el libro de Gayol Mecías, publicadas en el dossier que Puente de Letras le dedicara al autor cubano, y después aparecidas en Galicia Digital, el 2 de marzo de 2021]

 

 

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About the Author

Carlos Penelas nació el 9 de julio de 1946 en la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y reside en Buenos Aires, capital de la República Argentina. Es Profesor en Letras egresado de la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, y es en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires donde cursó Historia del Arte y Literatura. Obtuvo primeros premios y menciones especiales en poesía y en ensayo, así como la Faja de Honor (1986) de la Sociedad Argentina de Escritores —de la que fue en 1984 director de los talleres literarios— y otras distinciones. Fue incluido, por ejemplo, en las antologías Poesía política y combativa argentina (Madrid, España, 1978),Sangre española en las letras argentinas (1983), La cultura armenia y los escritores argentinos (1987), Voces do alén-mar (Galicia, España, 1995), A Roberto Santoro (1996), Literatura argentina. Identidad y globalización (2005). Publicó a partir de 1970, entre otros, los poemarios "La noche inconclusa", "Los dones furtivos", "El jardín de Acracia", "El mirador de Espenuca", "Antología ácrata", "Valses poéticos", "Poemas de Trieste", "Homenaje a Vermeer", "Elogio a la rosa de Berceo", "Calle de la flor alta" y "Poesía reunida". A partir de 1977, en prosa, fueron apareciendo los volúmenes "Conversaciones con Luis Franco", "Os galegos anarquistas na Argentina" (Vigo, Galicia, España, 1996), "Diario interior de René Favaloro", "Ácratas y crotos", "Emilio López Arango, identidad y fervor libertario", "Crónicas del desorden" y "Retratos", etc.

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