Literatura. Poesía.
Por Alejandro Drewes.
DE ALICIA EN EL PAÍS
Pero qué secreto
callan los labios
qué oscuro latido
súbito raya el cristal
de ese mundo de pronto
Atávico gesto de pausa
entre dos tazas de té
falda abajo, falda arriba
Y luego esa rara
seducción de ingrávida
luna, en la niebla
el paso tuyo que cruza
ese último espejo
Pues ella y tú saben ya
de aquel otro país
que fulge al centro
de altísima noche
Del viento que sopla
su cuerno y del tiempo
que vuelve dos sombras una
(2009)
SMILA
esa lisa y pura
percepción de la nieve
-eso que ha pasado
como el rápido ensueño
en algún lugar
de Dinamarca-
queda una sola figura
de mujer, otra estrella
tiembla en el viento polar
-pero qué aguardan tus ojos
y qué miran, más allá de la noche?
Acaso una ligera sombra
flotando en el azul
de las fuentes heladas
una palabra justa
en memoria, una huella
que ya no se borre
detrás de tus pasos.
(2011)
AL PADRE
Aquí llueve o ha llovido
y dentro los líquidos cumplen
sumarias leyes de costumbre.
Seis diminutos pájaros
negros, detenidos
pájaros en el mudo laberinto
del cráneo. Se siente de pronto
el afuera, un espasmo de ruidos.
Gira una luz otoñal todavía
-un puro espectro de oro
recorre ahora tu cuerpo-
Tiempo queda y la sombra
de Albine vuelve otra vez
con nosotros. Un quedo
desfile pasa de rostros
que no ves y algo te pierde
por el blando bosque
del sueño. Entretanto
se ha vuelto el cielo del parque
una sola gasa suave de niebla.
Cierto silencio hay que al fin
se derrama y que ya todo lo cubre
con el agua más espesa de la noche.
(2010)
ET ITUR AD ASTRA
aguas que afluyen
del espejo de la noche
como alas de pájaros, o palabras
Aún esa imagen presente
los gestos antes de toda
batalla, luz hasta el fondo
mismo de las cosas.
mientras oyes gemir fuera los perros
en el invierno de Tracia
Se ha tomado nota sin prisa
de las bajas, como quien
velara al borde del ocaso
y viera un concierto
de llamas en el cielo
y todo girando de pronto
en torno a los astros.
(2007)
MEMORIA PARA INGE (1973)
Yo que tampoco he sabido
de otro mundo mejor
ni alcanzar tus palabras
la cima entre nubes
heladas que matan
incluso los ecos
y aún camina tu sombra
por la augusta senda
de Roma. De frente
al camino de todas
las devastaciones
vestida de negro te fuiste
tan lejos, hermana. Y era
densa la red de la noche,
era el cáliz de la Historia
lo que bebiste. Se desliza
la patria como un desgarrón
bajo el viento de las constelaciones:
cómo dar otro paso
contigo al oculto
lugar del Silencio
Inzwischen, seh’ ich
die Ort deines Todes:
in gebranntem Haus.
Erst dann war es möglich
für dich, deine Ruh‘
auf Erden zu finden?
(2005)
OBSESIONES
Ni la oscura noche y su cíclica sombra
o la dormida ciudad, adúltera y triste
con su multitud de perros hambrientos
Ni la barca lunar encallando en Occidente
ni el extraño que ahora toca a la puerta
ni la azulada legión de las horas
que invade ya los pastizales últimos
Ni la niebla perdida de una mirada
en viejas fotos – nada es más real
que el recurrente país de los sueños
ENTTREVISIONES
I
Nombres de los barcos
un puerto que atardece
proas al horizonte
ondulación de luz
en la mar estrellada
(1987-1994)
UN CUADRO DE HALS
Duplicada sonrisa
en un azogue triste
-hacia dónde miraban
tus negros ojos, hacia
qué país viajarían
entonces, y quién
ceñiría tu talle
para el tiempo inminente
del olvido, muchacha?
Pero a cambio nos dejas
algún íntimo gesto
chispa sobre las plazas
oscuras de Haarlem
el fino contraluz
del alba en las Aduanas
(1994)
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