¿Palabritas para la distinción?

Written by on 22/08/2022 in Critica, Literatura - No comments
Literatura. Crítica.
Por Gustavo Catalán.

Cortesía del autor.

A través de las palabras se puede llegar a la felicidad o, por el contrario, acabar en la desesperación. Así dijo más o menos Freud y en el caso de los diminutivos, las palabritas a que voy a referirme, si no enfado cuando menos incomodidad por esa infantilización a que nos someten, lo que en servicios sanitarios y por parte de enfermería (en boca de médicos/as es menos frecuente) suele ser costumbre extendida. Quizá se deba a la creencia de que de ese modo disminuye la ansiedad del paciente, aunque, siquiera en la percepción de algunos, sólo consiga acercar la ridiculez a la cama del hospitalizado o sillón de la consulta.

Cortesía del autor.

“Le voy a poner una gotita: abra bien el ojito”. Así me decía en cada ocasión la encargada de prepararme para la revisión del oculista. Nunca oí ojazo —lo que hubiese interpretado como término admirativo—, ojillo u ojete, éste último por razones obvias. Con parecidas formas, si acostado/a, “Levante un poco el culete para la inyeccioncita” y, al igual que con el ojito (aunque en este caso el sufijo “ito” por lo visto no procede), jamás culote, culo o culazo. “Mueva un poco la cabecita”, el piececito, este dedito… Reducciones todas con efecto impostado y que, más allá de la supuesta intención amable en su elección, algo tienen de falta de respeto para con un receptor que bastante tiene con aguantar la situación para encima verse con órganos y apéndices minimizados.

Cortesía del autor.

Cortesía del autor.

Considero un error el orillar el nombre de las cosas cuando el interlocutor está obligado a asumir cuanto le venga encima y, por prudencia, se guardará de responder como haría si sentado en el bar. Así que ya iría siendo hora de dejarse de traseritos, muslitos o boquitas y tratar al necesitado/a de ayuda como se haría en otras circunstancias, empleando las palabras corrientes, sin reduccionismos u, otras veces, tecnicismos propios de un idiolecto que la población general no alcanza a entender porque no son empleados en el lenguaje cotidiano. En resumen, y en las relaciones entre profesionales y enfermos o presuntos, acabemos con las niñerías o términos sólo inteligibles por los enterados. De esto último ya comenté tiempo atrás en otro post.

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About the Author

J. GUSTAVO CATALÁN Nacido en Guipúzcoa. Licenciado y Doctor en Medicina (1990) por la Universidad de Barcelona. Especialista en Oncología y Endocrinología. Diplomado en Metodología Estadística por la Universidad de París y en Sanidad (Escuela Nacional de Sanidad,1982). Tras ocupar la subdirección del Centro Regional de Oncología de Baleares, jefe de la Sección de Oncología del Hospital General de Mallorca hasta 2002 y, posteriormente, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Son Llàtzer (Ibsalut) hasta 2011. En la actualidad, ejerzo en el ámbito privado. Autor o coautor de más de 100 artículos y diez libros sobre la especialidad. Miembro electo de tres sociedades científicas nacionales y dos internacionales (European Association for Cancer Research y European Society for Medical oncology). He formado parte del comité editorial en cuatro revistas profesionales y becado por trabajos de investigación en ocho ocasiones. En 1987 obtuve el Premio Ciudad de Palma en el área de investigación científica. EN CUANTO A LAS LETRAS… En 1993, el primer libro de relatos: "De una cierta desmesura" (Edit. Prensa Universitaria. Palma de Mallorca) y, en 1997, el segundo: "Mi Giovanna por tres horas". Otros cuentos en volúmenes colectivos (1996, Edit. Noesis, Madrid; Edit. Ergon en 2005 y 2007…). Autor de las novelas “No habrá quien nos pueda separá más nunca” (Edit. Olañeta, Palma de Mallorca, 2000), “La fosa común” (Edit. Huerga y Fierro, Madrid, 2001) y, en la misma Editorial, “Tiempo de Despedidas” (2006) y “Frente a mí” (2014). También colabora en prensa con asiduidad. Autor de la columna semanal “Polvo de Letras” en la revista “Illespress” hasta su extinción y, desde hace 17 años, los domingos, columnista de opinión en “Diario de Mallorca”. Colaborador asimismo de la revista digital "Palabra Abierta", de Eastvale, California. En 2013 inició el blog “contar es vivir (te)” (http://gustavocatalanblog.com).

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