Mitad de la fuerza laboral de Cuba está desocupada

Written by on 18/09/2023 in Critica, Literatura - No comments
Literatura. Crítca.
Por Roberto Álvarez Quiñones.

Sancti Spíritus se enfrenta a una creciente demanda de empleos, pero las industriales se ven obligadas a cesar plazas por falta de producción ante la escasez. (Captura). Foto omada de “14YMedio”.

En mi caso, primero eliminaron todas las ventajas y, una vez que ya no dio más el dinero, empezaron a sacar gente“.

Así explicó hace unos días al diario cubano independiente 14yMedio el espirituano Fernando, trabajador de una industria estatal en Sancti Spíritus, el avance incontenible de la desocupación en Cuba, y específicamente en su provincia. Agregó que todas las empresas están aplicando el mecanismo de reducción de plantilla.

Cierto, es tan abrumador el auge del desempleo que en mayo pasado la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) reconoció que solo en los dos últimos años en Cuba se perdieron 231 mil empleos, y de ellos 194,689 en el sector privado, es decir, el 84% del total.

Aunque la ONEI no lo aclara, en esa cifra se engloban los cuentapropistas y sus empleados, cuyos negocios han quebrado, los que se han cansado de tanto abuso y los que han emigrado.

Poco antes Á

La ENE informa que hay en Cuba 9.363,826 personas mayores de 15 años, de las cuales 4.680,928 trabajan, a las que se agregan 84,700 personas que buscan trabajo, y ambas cifras sumadas arrojan una Población Económicamente Activa (PEA), de 4.765,628 ciudadanos. Aunque la encuesta no lo menciona, queda claro que en la tercera década del siglo XXI hay en Cuba 4.6 millones de personas aptas para trabajar que no tienen un empleo formal.

No solo eso, la encuesta muestra que el 53% de los jóvenes entre 15 y 35 años no trabaja, y no aclara qué porcentaje de ellos estudia, pero economistas y periodistas independientes reportan que un gran porcentaje no está estudiando, sino “resolviendo” en la calle. La consigna de la UJC es “Estudio, Trabajo y Fusil”. Hoy suena a broma, huele a ridiculez.

¿Cómo no va a haber una devastadora crisis económica? Cuba es un país en el que la mitad de la población en edad laboral no trabaja, ni para el Estado, ni para el sector privado permitido. Se asume que muchos están sumergidos en el mercado negro, pero nadie tiene cifras al respecto. Ni aproximadas siquiera.

Venden “por la izquierda” lo que pueden, negocian, o “resuelven”

Claro, una parte del limbo laboral cubano lo conforman amas de casa, jubilados, estudiantes, ancianos abandonados a su suerte, o enfermos crónicos incapacitados. Eso es normal en todo país igualmente normal.

Pero es sumamente anormal que el “Ejército Industrial de Reserva” (EIR), como despectivamente lo llama Marx en El Capital, lo conformen la mitad de toda fuerza laboral de la nación, obligados a “inventar” y comerciar “por la izquierda” para poder comer y sobrevivir. Venden lo que pueden, roban, o negocian con agricultores privados y empleados estatales. También forman parte quienes reciben remesas del extranjero, viajeros y “mulas” que nutren el mercado negro.

Resulta triste ver en las fotos e imágenes que llegan de Cuba las calles y parques repletos de personas que conversan, hacen cuentos, juegan dominó en la acera, o en la calle, o retozan con el perro, bien flaco además. Simplemente no trabajan, o mejor dicho no tienen un empleo formal, pues eso incluye a quienes andan por las calles porque están en el “bisne pa’resolver”. Es impensable ver algo parecido, no ya en Suiza, o Nueva Zelanda, sino en ningún otro país de América Latina.

La cifra exacta del desempleo en Cuba no es posible conocerla. No hay cómo. La dictadura ofrece una reducida alevosamente por motivos políticos. Pero a juzgar por los propios datos sueltos que a desgano da el régimen, todo indica que actualmente la tasa de desempleo en Cuba no baja del 37% o 40%.

Más burócratas y empleados sociales que gente produciendo

Compárese eso con el 11.3% de Colombia, la tasa más alta de desempleo en América Latina en julio de 2023, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), o con el 3.3% que hay en México. En Brasil es de 8.2%, Chile (8.3%), Argentina (7.6%). En España (11.7%), Alemania (3.0%). En Estados Unidos en julio pasado (2023) fue de un 3.5%

Es más, el propio FMI precisa que la mayor tasa de desempleo conocida a nivel mundial en junio de 2023 era la de Sudáfrica, con 35.6%. Es decir, hay en Cuba más desempleo que en el país campeón global en materia de desocupación.

La encuesta de ENE también permite constatar la perniciosa macrocefalia burocrática e improductiva típica del sistema comunista. Siendo Cuba un país pobre, agrícola y subdesarrollado, laboran en los campos unos 780 mil trabajadores, y en el descomunal aparato burocrático del Partido Comunista y del Estado, y en la gratuita Salud Pública y Educación, trabajan 1.4 millones de personas, cifra que duplica a la de quienes producen (o debieran producir) para proveer alimentos y de todo lo que consumen, o usan, sus coterráneos no vinculados a la producción material.

En fin, insistir en que la economía cubana marcha hacia un colapso no es ninguna exageración. No es cuestión ya de si va a ocurrir, o no, sino cuándo. Y ojalá que ya no hayan dejado también en la calle al espirituano Fernando.

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About the Author

Roberto Álvarez Quiñones (Cuba). Periodista, economista, profesor e historiador. Escribe para medios hispanos de Estados Unidos, España y Latinoamérica. Autor de siete libros de temas económicos, históricos y sociales, editados en Cuba, México, Venezuela y EE.UU (“Estampas Medievales Cubanas”, 2010). Fue durante 12 años editor y columnista del diario “La Opinión” de Los Angeles. Analista económico de Telemundo (TV) de 2002 a 2009. Fue profesor de Periodismo en la Universidad de La Habana, y de Historia de las Doctrinas Económicas en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Ha impartido cursos y conferencias en países de Europa y de Latinoamérica. Trabajó en el diario “Granma” como columnista económico y cronista histórico. Fue comentarista económico en la TV Cubana. En los años 60 trabajó en el Banco Central de Cuba y el Ministerio del Comercio Exterior. Ha obtenido 11 premios de Periodismo. Reside en Los Angeles, California.

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