Merced al virus, ¡viva la siesta!

Written by on 31/03/2020 in Critica, Literatura, Sociedad - No comments

Vector cartoon illustration of half moon with stars and sun among clouds looking to each other and smiling. Horizontal format.

Siesta, que no fiesta. La pandemia está propiciando una cuarentena de ámbito mundial y, sabido que no hay mal que por bien no venga, las siestas en edad laboral, muchas veces posibles incluso en nuestro país sólo los fines de semana, pueden ser estos días incorporadas a la rutina, poniendo en pausa la disciplina que marca la alternancia de sol y luna. En consecuencia, poder dormir a la luz del primero y que sean las sombras quienes presencien nuestro despertar. Así, y para quienes en circunstancias normales han de vivir dando el callo desde la salida del astro rey hasta su puesta, el virus les permite ahora mejorar su salud con base a dejar la conciencia en suspenso tras la sobremesa, sea en la cama o el sofá del salón.

¡Bien haya quien inventó el sueño!, decía Sancho Panza, y entregarse a él en plena digestión, es buena solución cuando estamos de mierda hasta el cuello. En dicha tesitura y contradiciendo a Brecht, dormir se antoja mucho mejor que cantar, dado que no están los tiempos para según qué. Encerrados en casa las 24 horas, el reloj ha perdido protagonismo, y si unas semanas atrás detener el despertador por la mañana sólo estaba al alcance de unos pocos privilegiados sin hora de entrada al trabajo, poder prescindir hoy de cualquier alarma -siempre que no sea la dictada por el Gobierno- es merecida compensación por la que nos ha caído. Y más apreciable si cabe ahora que se ha alargado el día.

La siesta subraya que la vida es sueño y, tras semanas de encierro, permitirá hacer plausible aquella voluntad beckettiana, en otras ocasiones tan cuesta arriba, del “No puedo seguir. Voy a seguir”. Por fortuna, de día y con la barriga llena, dormir está hoy al alcance de muchos más que antaño. Dormir y soñar, acaso, que el coronavirus sólo fue un mal sueño, aunque ya se encargarán los noticiarios de volverlo real nada más abrir los ojos.

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About the Author

J. GUSTAVO CATALÁN Nacido en Guipúzcoa. Licenciado y Doctor en Medicina (1990) por la Universidad de Barcelona. Especialista en Oncología y Endocrinología. Diplomado en Metodología Estadística por la Universidad de París y en Sanidad (Escuela Nacional de Sanidad,1982). Tras ocupar la subdirección del Centro Regional de Oncología de Baleares, jefe de la Sección de Oncología del Hospital General de Mallorca hasta 2002 y, posteriormente, jefe del Servicio de Oncología del Hospital Son Llàtzer (Ibsalut) hasta 2011. En la actualidad, ejerzo en el ámbito privado. Autor o coautor de más de 100 artículos y diez libros sobre la especialidad. Miembro electo de tres sociedades científicas nacionales y dos internacionales (European Association for Cancer Research y European Society for Medical oncology). He formado parte del comité editorial en cuatro revistas profesionales y becado por trabajos de investigación en ocho ocasiones. En 1987 obtuve el Premio Ciudad de Palma en el área de investigación científica. EN CUANTO A LAS LETRAS… En 1993, el primer libro de relatos: "De una cierta desmesura" (Edit. Prensa Universitaria. Palma de Mallorca) y, en 1997, el segundo: "Mi Giovanna por tres horas". Otros cuentos en volúmenes colectivos (1996, Edit. Noesis, Madrid; Edit. Ergon en 2005 y 2007…). Autor de las novelas “No habrá quien nos pueda separá más nunca” (Edit. Olañeta, Palma de Mallorca, 2000), “La fosa común” (Edit. Huerga y Fierro, Madrid, 2001) y, en la misma Editorial, “Tiempo de Despedidas” (2006) y “Frente a mí” (2014). También colabora en prensa con asiduidad. Autor de la columna semanal “Polvo de Letras” en la revista “Illespress” hasta su extinción y, desde hace 17 años, los domingos, columnista de opinión en “Diario de Mallorca”. Colaborador asimismo de la revista digital "Palabra Abierta", de Eastvale, California. En 2013 inició el blog “contar es vivir (te)” (http://gustavocatalanblog.com).

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