Política. Literatura. Crítica.
Por Roberto Álvarez Quiñones.
Cumplir 60 años es llegar a una edad tan respetable que en muchos países es la edad requerida para la jubilación. Por eso es llamada la “tercera edad”. En tiempos pretéritos no eran muchos los que lograban celebrar ese cumpleaños, y todavía en el siglo XXI muchas personas no llegan a sexagenarios.
Pues bien, esa es la edad que acaba de cumplir la dictadura castrista, la peor del hemisferio occidental en la historia moderna. Muchos cubanos nacidos luego del día de Año Nuevo de 1959 no llegaron a la tercera edad. No conocieron más que escasez de todo, atropellos, falta de libertad, pobreza y desesperanza.
Desde la independencia en 1902 la República duró 56 años y 7 meses. Los hermanos Castro han gobernado Cuba ya más tiempo que los ocho presidentes elegidos democráticamente entre 1902 y 1952 (Tomás Estrada Palma, José Miguel Gómez, Mario García Menocal, Alfredo Zayas, Gerardo Machado, Fulgencio Batista, Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás) más dos dictaduras y otros mandatarios que, entre 1933 y 1940, cuando el general Batista era el verdadero poder, ocuparon la presidencia por períodos muy breves.
La pesadilla comenzó cuando el reincidente dictador Batista huyó del país el 1 de enero de 1959. Solo dos semanas antes, cuando ya el ejército nacional estaba en desbandada y sus jefes se resistían a pelear, fue que Fidel Castro bajó al fin de las montañas, en las que permaneció dos años bien guarecido en su comandancia de La Plata, acompañado por su secretaria y confidente, Celia Sánchez.
Fidel, un cómodo jefe guerrillero
Porque Castro I fue un jefe guerrillero bien cómodo. Tuvo su pareja femenina todo el tiempo, buena comida, excelentes tabacos, una biblioteca, una emisora de radio a su lado para hacer propaganda, y recibía a periodistas extranjeros, hasta de “The New York Times”, a quienes les mentía sin pudor alguno.
La guerra de guerrillas se caracteriza por la constante movilidad de sus destacamentos, que atacan y se repliegan. No pueden ocupar territorios fijos porque no tienen cómo defenderlos ante un ataque de un ejército convencional. Pero Fidel llegó a la Sierra Maestra a mediados de diciembre de 1956, y ya no bajó hasta el 18 de noviembre de 1958, para la toma de Guisa (a 20 kilómetros de Bayamo), cuando casi toda la provincia de Oriente estaba en poder de las guerrillas. Participó también en los combates de La Plata, Arroyo del Infierno, Uvero, Pino del Agua y el Jigüe.
Pero el resto de los comandantes y capitanes rebeldes participaron en decenas de acciones militares, muchos de ellos en más de 20 y 30 combates. Unos murieron y otros fueron heridos. Fidel no se alejó de su refugio montañoso. En el Moncada, pese a ser el jefe, tampoco combatió. Pero él no arriesgaba la vida porque fuera cobarde, sino para preservarse y cumplir su sueño de ser el amo de Cuba con carácter vitalicio.
“Los rebeldes son muy católicos…”
Luego de entrar en Santiago de Cuba, el 31 de diciembre de 1958, sin disparar un tiro, y lanzar sus primeros discursos, Castro I recorrió el país por carretera con sus barbudos hasta La Habana. Los testigos recuerdan que al pasar la “Caravana de la Libertad” por sus ciudades veían a muchos combatientes con rosarios colgados en el cuello y la gente comentaba: “Qué bueno, los rebeldes son muy católicos…”. No lo sabían, pero estaban presenciando el relevo de un dictador por otro mucho peor que sería el campeón mundial de los tiranos modernos. Sin que nadie lo sospechara en la singular apoteosis de júbilo (al irse Batista), se escenificó aquello de “¡Ha muerto el rey, viva el rey!”,que adaptada a Cuba fue: “¡El dictador huyó, viva el dictador!”.
“No me importa ningún cargo público”
Al llegar a la capital, Fidel aseguró a la prensa: “Yo no soy un aspirante a presidente de la República… no me importa ningún cargo público, no me interesa el poder”. En la Sierra Maestra ya le había dicho al periodista de The New York Times, Herbert Matthews, el 17 de febrero de 1957: “Después de la victoria quiero regresar a mi pueblo a continuar con mi carrera de abogado”.
Pero a los 35 días de entrar en La Habana, el 13 de febrero de 1959, abolió la Constitución de 1940, la sustituyó por una “Ley Fundamental” redactada por él mismo, y 3 días después asumió como Jefe de Gobierno con el cargo de Primer Ministro, pues con la ley mencionada el presidente de la República quedó subordinado al Consejo de Ministros por él presidido. El jefe de Estado, entonces Manuel Urrutia, pasó a ser una figura protocolar sin poder ejecutivo.
“No he sido nunca ni soy comunista…”
Fidel se burlaba de todos, todo el tiempo. El 13 de enero de 1959, en el Club de Leones de La Habana, Fidel dijo a los medios: “No somos ni seremos comunistas. Nuestra revolución es genuinamente democrática, genuinamente cubana”.Antes, en mayo de 1958 en la Sierra Maestra, había asegurado: “No he sido nunca ni soy comunista…nunca ha hablado el Movimiento 26 de julio de socializar o nacionalizar la industria. Ese es sencillamente un temor estúpido hacia nuestra revolución… nuestra filosofía política es la de la democracia representativa”.
Y antes también en la Sierra Maestra, cuando el periodista norteamericano Andrew St. George le preguntó a Castro I si era comunista, este le respondió como habitualmente hacía, con otra pregunta:
“¿Desde cuándo luchar por el derecho del pueblo a elegir sus gobernantes, el derecho a pensar y escribir libremente, el derecho a la vida y a la integridad de la persona humana y los derechos individuales establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, es ser comunista?”. Y esa respuesta hipócrita fue la que salió en el reportaje, publicado el 14 de abril de 1958, en la revista Life.
Finalmente, en vez de convocar las elecciones presidenciales tantas veces prometidas, el 1 de mayo de 1960 se quitó la careta y lanzó la consigna de “¿Elecciones para qué?”.
Dictaduras totalitarias de 60 años ha habido muy pocas
Las dictaduras totalitarias sexagenarias son seis en total. En América la castrista, en Europa la soviética (74 años), y cuatro en Asia, la campeona entre otras cosas porque en China, Corea, Vietnam y Japón ha prevalecido durante siglos una cultura confuciana del poder, que prioriza el culto a una autoridad fuerte (el Estado) y la armonía social por encima de las libertades individuales, la separación de poderes y los derechos humanos. La dictadura de China tiene casi 70 años (desde 1949). Las de Vietnam y Corea del Norte tienen 75 años y la de Mongolia duró 66 años, hasta 1990.
En Latinoamérica ninguna autocracia duró tanto como la cubana. En el siglo XIX, Juan Manuel de Rosas en Argentina, 20 años; José Rodríguez de Francia en Paraguay (26) y el mexicano Porfirio Díaz, 31 años en dos períodos, hasta 1911. Las dictaduras más cercanas a la castrista fueron las de los Somoza en Nicaragua, 43 años (1936 – 1979); Alfredo Stroessner en Paraguay, 35 años (1954 – 1989); Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, 31 años (1930 – 1961); y la dinastía Duvalier, en Haití, 29 años (1971 – 1986).
Una “familia real” marxista-leninista
¿Se imaginó Karl Marx que los regímenes marxistas terminarían siendo dinastías como las monarquías absolutas de siglos ha? ¿Lo previó Lenin?
Castro I, un marxista-leninista hasta la muerte, como él proclamaba, instauró una monarquía tropical el 13 de febrero de 1959. Ese día, en que enterró la Constitución de 1940, nombró a su hermano Raúl como “número dos” de la nación, como jefe de la Comandancia General del Ejército Rebelde. Un mes antes ya había dicho que si algo le pasaba, ahí estaba Raúl para continuar la Revolución. Nació así la “Çasa Castro”, tal y como hablamos de la Casa Borbón en España, la Casa de Windsor en Gran Bretaña, o la Casa Grimaldi en Mónaco (fundada en 1160).
Con esa jugada Fidel, le pasó por encima al comandante Camilo Cienfuegos, el héroe más destacado en la guerra, quien el pueblo esperaba sería el segundo jefe militar y político más importante del país. Fue Camilo quien ocupó la guarida dictatorial de Columbia en La Habana y despojó del poder político al grupo de militares que había sustituido a Batista.
El 16 de octubre de 1959, al crear el MINFAR y nombrar a Raúl como ministro, Fidel volvió a pasarle por encima a Camilo, su rival más peligroso por la colosal popularidad que tenía. Doce días después, Cienfuegos “desapareció”. Luego creó cargos en el Gobierno y el Partido Comunista, que hicieron de Raúl Castro el número dos vitalicio. Y la dinastía se materializó el 24 de febrero de 2008, cuando Fidel le entregó la jefatura del Estado a su hermano.
La “familia real” de los Castro supera los 21 años de la monarquía haitiana (1804 -1806; 1811 – 1820; 1849 – 1859); los dos imperios en México (Iturbide 1822 – 1823; y Maximiliano 1864 – 1867); los 46 años de los Somoza (1933 – 1979) y los 29 años de la dinastía Duvalier (1957 – 1986).
Raúl no disparó un solo tiro en la acción del Moncada
A decir verdad, Raúl Castro combatió poco en la Sierra Maestra. Y como jefe del Segundo Frente Oriental (Sierra Cristal), se dedicó más a cobrar impuestos y a organizar a los campesinos que a arriesgar la vida. Por algo el comandante Ramiro Valdés dijo en un exabrupto que el menor de los Castro era un cobarde.
Castro II tampoco se arriesgó mucho, cuando tomó el Palacio de Justicia en el ataque al cuartel Moncada en 1953. Según testigos, al llegar a la azotea del edificio, se toparon con un muro de cinco pies de alto que casi impedía disparar contra el Moncada. El jefe del grupo, Léster Rodríguez, había inspeccionado el lugar con antelación, pero no subió a la azotea.
Contra el Palacio de Justicia estaba disparando una ametralladora calibre 50 desde el Club de Oficiales del Moncada. El policía Genaro Quintana dijo a los asaltantes que no resistieran porque era inútil. Léster ordenó la retirada y Raúl Castro salió de allí sin haber disparado un solo tiro.
“Revolución” que insta a gritar “Abajo los derechos humanos”
Es oportuno recordar que en Cuba hoy llevar encima la Declaración Universal de Derechos Humanos puede costar varios años de cárcel por “propaganda enemiga”. Turbas lanzadas por el PCC gritan: ¡“Abajo los derechos humanos”!a quienes los defienden. Y, peor aún, esas turbas, que evocan las “camisas pardas” nazis, llevan a niños para que rompan en público el texto de la DUDH. Hay fotos dramáticas al respecto.
Ninguno de esos movilizados conoce un solo artículo de la DUDH, porque leer o promover el conocimiento de dicha declaración humanística, conquista de la civilización, en la isla es un delito, un acto subversivo orientado por el “enemigo imperialista”. ¿Qué se puede esperar de un régimen con semejantes credenciales?
Miles de fusilados, o enviados a morir en guerras ajenas
La Revolución nació ya tinta en sangre. En las montañas orientales, según el investigador Armando M. Lago y Giberga, en 1957 hubo 46 fusilamientos de campesinos o combatientes, y en 1958 fueron 49 los ejecutados, varios de ellos personalmente por el Che Guevara, quien en una carta desde la propia Sierra Maestra le confesó a su padre: “Me gusta matar”.
Al llegar al poder, los hermanos Castro hicieron de lo ocurrido una orgía vampírica, que duró mucho tiempo. Según María Werlau, directora del Archivo Cuba, el régimen ha causado la muerte de 7,899 opositores políticos, de los cuales 3,084 fueron fusilados. Y han sido encarcelados o enviados a campos de trabajo forzoso cientos de miles de cubanos.
Para colmo, el castrismo ha hecho sufrir además a otros pueblos. En Venezuela, en Centroamérica y varios países sudamericanos ha intervenido militar y políticamente, ha provocado crisis y guerras civiles, con decenas de miles de muertos y una dramática devastación. Los interventores cubanos castristas asesinan hoy en Venezuela y Nicaragua.
El castrista es el único Gobierno de América Latina que ha enviado cientos de miles de soldados a otros continentes (África y Medio Oriente). En Angola la intervención castrista duró 13 años (1975 – 1988). Unos 427,000 cubanos, con unos mil tanques de guerra y otros carros de combate, e incluyendo 50 mil civiles, fueron enviados a Angola. Hubo momentos en que navegaron hacia Angola hasta 15 barcos cubanos con tropas y la Marina mercante quedó paralizada.
Dice el régimen que en Angola murieron 2,077 cubanos, pero los investigadores aseguran que fueron entre siete mil y 10 mil los muertos. Castro I también envió 40 mil soldados cubanos a Etiopía, en guerra contra Somalia. Su delirio de grandeza estaba tocando ya las nubes. Además, murieron cubanos inútilmente en Somalia, Namibia, Argelia, Marruecos y la isla de Granada.
Como resumen, en su 60 cumpleaños, nada mejor que otear algunos de los récords internacionales de la “obra de la Revolución”.
Quince récords internacionales del castrismo:
1.- Es la dictadura más larga en la Historia de América: 60 años.
2.- Fidel Castro es el “hombre fuerte” que más tiempo ha tiranizado a su pueblo en esta era moderna: 52 años.
3.- Es la dictadura que en América más personas ha fusilado, encarcelado, torturado, hostigado y arrestado.
4.- La única en Occidente que ha expropiado sus viviendas con todo adentro, a cientos de miles de familias que emigraron.
5.- Cuba es el país occidental con más tiempo sin elecciones libres: 70 años.
6.- Único país occidental que es hoy más pobre que hace 60 años y tiene una cartilla de racionamiento de alimentos desde hace 56 años.
7.- Único país del hemisferio donde llevar encima la Declaración Universal de Derechos Humanos conduce a la cárcel.
8.- Único Gobierno latinoamericano que fuera de sus fronteras ha provocado miles de muertos en guerras civiles, guerrillas, sabotajes y atentados terroristas.
9.- Único régimen que ha ocupado permanentemente otro país latinoamericano: Venezuela.
10.- La cubana es la única economía del hemisferio que solo subsiste con subsidios extranjeros. Es incapaz de autosustentarse.
11.- Sus nacionales no pueden tener capital, ni invertirlo. Único caso en el mundo si se excluye a Corea del Norte.
12.- Único país del mundo que exporta médicos como si fueran propiedad estatal.
13.- Raúl Castro es el único político en el mundo que ha sido vicepresidente o presidente de un país durante más de medio siglo: 59 años.
14.- El de Cuba es el único régimen en el mundo que siendo militar se presenta como civil y así es aceptado.
15.- En Cuba, constitucionalmente, el “número uno” de la nación no es el presidente, sino un general casi nonagenario sin cargo alguno en el Gobierno.