El Sexto. Un artista rebelde en peligro de muerte

El artista del performance, Danilo Maldonado (El Sexto), ha estado en una cárcel cubana desde diciembre de 2014, y ha llevado a cabo un ayuno desde principios de septiembre de 2015 en una celda de castigo.

En diciembre de 2014, Danilo Maldonado (El Sexto) se preparaba para llevar a cabo en La Habana un performance titulado Rebelión en la Granja, el mismo título de la novela de George Orwell. Una verdadera alegoría de la realidad cubana. Para ello tomó dos cerdos y les pinto en su cuerpo las palabras “Fidel” a uno, y “Raúl”, al otro. El performance nunca se pudo realizar. Agentes de la Seguridad del Estado (policía política) lo encerraron en una cárcel acusado de cometer el delito de “desacato”.

En su informe de 2014-2015, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional subrayó sobre el caso de Cuba que “las críticas al gobierno siguieron reprimiéndose y castigándose de forma casi sistemática mediante diversos procedimientos, como detenciones breves y arbitrarias, “actos de repudio” (manifestaciones encabezadas por simpatizantes del gobierno en las que participaban agentes de seguridad del Estado), intimidación, hostigamiento y procesamientos penales por motivos políticos. El sistema judicial siguió bajo un firme control político, lo que socavaba gravemente el derecho a un juicio justo ante un tribunal independiente e imparcial”.

Para ver el informe de Amnistía Internacional sobre Cuba

En una carta reciente, en medio de una huelga de hambre que comenzó a principios de septiembre de 2015, “El Sexto” dijo estas palabras: “si muero, moriré feliz de llevarme un rasguño de mi tiempo como (la que fuera la líder de las Damas de Blanco) Laura Pollán o (el líder disidente) Oswaldo Payá, que dejaron huella de su existir, de su generación, de su responsabilidad de dejar tras sí un legado a los suyos, una enseñanza: la de amar lo que se hace y dedicar su vida a ello”.

La oposición cubana acusa al gobierno de los hermanos Castro de haber provocado las muertes de Pollán y Payá.

Dibujo de sí mismo hecho por “El Sexto” en la prisión de Valle Grande, Cuba.

En el momento de escribir esta columna, “El Sexto” había estado 21 días en huelga de hambre, en una celda de castigo, con solamente 60 kilos de peso. A sus 32 años de edad, Maldonado es apenas un ejemplo que otorga un fuerte grado de razón a aquellos que critican el acercamiento del gobierno de Barack Obama a la dictadura de los hermanos Castro, sin pedir nada a cambio. Este muchacho, que nunca debió ir a la cárcel, fue arrestado nueve días después de que se anunciara la normalización de relaciones entre Washington y La Habana. La segunda reunión entre Obama y Castro, el 29 de septiembre de 2015 en Nueva York, ocurrió cuando el ayuno de “El Sexto” se encontraba ya avanzado.

Para muchas personas, resulta un tanto difícil digerir la decisión de Obama de sólo escuchar lo que pide el dictador cubano en lugar de convertir el proceso en una verdadera negociación. Estados Unidos no necesita nada de Cuba, pero los cubanos, atrapados en los laberintos represivos de un régimen dictatorial durante los últimos 57 años, necesitan algo muy elemental: libertad y respeto a su dignidad individual. También resulta difícil de digerir el hecho de que el carismático papa Francisco no se haya reunido con opositores pacíficos cubanos que querían compartir sus penurias con él. El sumo pontífice, sin embargo, visitó a criminales comunes en Estados Unidos.

Cierto. Hay muchas dictaduras en el mundo, con las cuales Washington y la Santa Sede mantienen relaciones diplomáticas. Pero sonreírle en silencio a una dictadura más, es moralmente una pésima idea.

[Este trabajo de Jesús Hernández Cuéllar fue tomado de Contacto Magazine.com, el 30 de septiembre de 2015]