Bolivia: el Jardín de las Delicias de los discapacitados

Literatura. Política. Crítica.
Por Claudio Ferrufino-Coqueugniot…

Discapacitados. Bolivia

Pocas palabras para describirlo. Rotundas imágenes: un rengo que corre a duras penas en medio del gas lacrimógeno; un mutilado semidesnudo en franca estampa medieval. Silla de ruedas contra bastón policial, gritos contra la fortaleza concreta del poder.

Ya había sucedido, hace unos años, en situaciones similares: los discapacitados pidiendo un bono de hambre para engañar la angustia. Entonces, los esbirros del gobierno aplicaron bastones eléctricos al metal de las sillas de ruedas. Una suerte de ejecución con no tanto voltaje para matar pero con el suficiente para causar dolor. Práctica nazi.

Ayer escuchaba al imbécil de Pérez Esquivel, premio Nóbel de la Paz, defendiendo lo indefendible. La artrosis mental de la izquierda no deja resquicio para el razonamiento. Este cura infame, como infame fue Xavier Albó defendiendo las pateaduras masistas contra dirigentes indígenas del Tipnis, afirma que el revocatorio en Venezuela no es una buena opción. Considera que en el pueblo donde se muere de hambre hay revolución. El fascismo de los ciegos de la izquierda desbalancea su semejanza con aquellos de la derecha. Al menos en aquel oprobio (del otro lado) no se miente, o no tanto. Pérez Esquivel se presentó como un marrano a sueldo, mientras que Mujica, el venerado, mostró su matiz cobarde al defender con retruécanos una reelección, la de Morales, que un momento antes dijo despreciar en su país. Típico del pensamiento colonial, como decir que entre indiecitos sabrán qué les conviene aunque mucho no puedan discernir.

Quisiera enviarle algunas fotografías al que se sienta en el Vaticano sobre el Gólgota actual de los discapacitados bolivianos. No hay embeleso ideológico que haga pensar que esos lastimeros esperpentos fueran la punta de lanza del imperio o el capital. Terrible para el MAS que exista prensa libre, porque en pleno siglo XXI mostrar la represión contra los inválidos parece historia inventada, o mal recordada del infierno retratado en viñetas donde se cocina gente en cacerolas o se desmembra individuos ante la sorna de los verdugos.

Mientras Evo Morales convierte a su país en un cuadro de El Bosco, él pasea su humanidad millonaria y vanidosa por el jet set internacional. Es una diva, no hay que quitarle mérito, pero una diva no gracias a talento sino a expensas de la miseria de los más, tierra allá. Aparece ahora con propuestas de mundial de fútbol y utiliza su avión como si fuera micro de la línea D. Le dará soponcio si no llega coronado al 2025, no para emular al zombie de La Habana, Fidelito, porque él solo puede estar a la altura de un Dalai Lama ¡y eso! Bienaventurados los ricos porque de ellos será el reino de la tierra.

Entre los vivos, el más fraterno, parecido, similar, es Kim Jong-un. Pena que Morales no tiene cohetes. Al menos, por ahora, el campesinado boliviano parece rozagante y bien comido. Todavía no se ven entre la disyuntiva de devorarse una pierna o comerse crudos a los hijos (Corea del Norte). Pronto, tengan paciencia, que esta destrucción de la Madre Tierra prostituida por el capital en “la Bolivia de Evo” no es espiral sin fin y va a cobrarse el estupro.

Pol Pot debe revolcarse de envidia en la tumba. Ni a él se le ocurrió este festival dantesco de apalear discapacitados, gasificarlos, electrocutarlos, tirarlos por el piso para que se arrastren. No oigo las voces de Francisco I rey del carnaval vaticano ni del inefable Albó. O estos espectros que saltan en una pata son jugarretas tecnológicas del demonio Obama o nos dieron cocaína adulterada…

Mujica y Pérez Esquivel rebuznarán a su modo, que es el modo equivocado.

[Este trabajo ha sido tomado del blog Le Coq en Fer, del autor, 7 de junio de 2016]

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About the Author

Nació en Cochabamba, Bolivia, en 1960. Poeta y novelista, ha publicado la colección de prosas breves "Virginianos" y las novelas "El señor don Rómulo", Mención Casa de las Américas 2002, y "El exilio voluntario", Premio Casa de las Américas 2009. "Diario secreto", su tercera novela, ha ganado el Premio Nacional de Novela 2011. Mantiene, desde 1984, columnas periodísticas en diversos diarios del país. Vive desde 1989 en Denver, Colorado.

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