Una crónica feliz. Para Amir Valle y Manuel Gayol Mecías

Written by on 03/12/2020 in Cronica, Literatura - No comments
Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.

Amir Valle

Manuel Gayol Mecías

Mi amigo Manuel Gayol me hace llegar una reseña que le hace Amir Valle sobre su último libro, 1959. Cuba, el ser diverso y la isla imaginada. Un escrito sobre el cual le dije a Manuel, esas letras redactadas por la poderosa pluma de Amir Valle, es como si hubieras recibido un Nobel. Indiscutiblemente que las palabras en esa reseña son maravillosas y muy elocuentes, y, ¿qué cosa que escriba este guantanamero, nacido en la década del 60, que estudió en la Universidad de Oriente y Ciudad de la Habana, que ha ganado múltiples premios y escrito más de dos decenas de libros, no resulta ingeniosa?, con su verbo fácil y una hilaridad tremenda. Junto a esto hay más información aun sobre Amir, su blog, y algo poco usual, la oferta gratuita de un compendio de cuentos que no conocía, y que raudo y veloz me puse a leerlos.

Pero tengo una deuda con Amir, sin que él lo sepa, después de haber leído su fantástica novela, Jinetera, y yo, que acostumbro a reseñar y plasmar mis criterios cuando leo algo bueno, entonces no lo hice, quizás inmerso en mis avatares de encausar a mi familia aquí en Montreal, y desde luego una vez leído estos cuentos, pues como decimos, ahora mato dos pájaros de un tiro. Cuando leemos a autores así, cubanos, cuanto orgullo sentimos, y este rezago nacionalista quizás vaya a contracorriente del origen de estas palabras que Amir expresa sintetizadamente sobre el libro de Gayol con una frase, “Un antídoto contra la idiotez nacionalista”. Pero indiscutiblemente que la nacionalidad y la idiosincrasia identifica, y en lo personal siento un poco de vanidad cuando leo a Montaner, Padura, a Valle y a tantos otros, larga la lista, y lo expreso sin ambages y con orgullo patrio.

Pues bien a lo que íbamos, en Jinetera, Amir es descomunal en su narrativa que no solo es imaginativa sino muy bien fundamentada, demostrando un vasto conocimiento del submundohabanero, y en este caso también una clara denuncia de la “profesión” supuestamente erradicada en nuestro país, pero a la cual muchos jóvenes se han dedicado para garantizar la subsistencia de su familia, y soñar con, “pescar un yuma”, que te lleve fuera del país. Pero lejos ya de la trama real, el estilo y gracia de la escritura de Amir aprisiona, en sus cuentos te obliga a estar atento a cada párrafo para no perder el sentido del asunto, no son historias para conciliar el sueño, no, hay que estar bien despierto para no perder el hilo de la urdimbre que se relata. Gusta también de describir e insertar las emociones eróticas, y, ¿quién puede discutir que son estas una de las sensaciones más enigmáticas del quehacer humano?, sobre todo las descripciones de la belleza femenina y sus reacciones sexuales tan divinas.

No conozco personalmente al amigo Amir, pero siendo un admirador de su prosa, provenir ambos del Oriente cubano que tanta historia ha dado a nuestro país, haber optado por la emigración como opción salvadora para poder expresarnos en libertad, y amar la literatura, entonces, cómo no llamarlo amigo, y lástima que soy mucho mayor y no haber tenido la oportunidad de conocernos en ese Santiago de Cuba, del cual salí cuando aún él no había llegado a estudiar.

Sirvan estas breves palabras para agradecerle a Manuel Gayol con su envío, el poder saldar mi deuda con Amir, y de paso decirle a otro santiaguero que prologó este libro de cuentos de Valle que acabo  terminar de leer, al caballero Alberto Garrido, radicado en República Dominicana, que en ningún momento desee terminar su prólogo para empezar la lectura del libro, la apreciación que expresa de Amir es frondosa como la ceiba del Árbol de la Paz de nuestra ciudad que lamentablemente un ciclón derribó, pero que su imagen perdurará en nuestras mentes, tal como este prolífico prólogo hecho por él.

 

 

 

 

 

 

 

©Mario Blanco. All Rights Reserved

About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

Leave a Comment