Nos rodean los acrónimos: esa sima poblada de mayúsculas a veces repetidas, otras separadas por puntos, que interrumpen la plácida lectura obligando a la traducción u, otras veces, a preguntarnos si acaso llamar a las cosas por su nombre, también sobre el papel, no haría nuestro mundo más sencillo y amable. ¿Han parado mientes en su proliferación? Cualquiera diría que se añora la taquigrafía para especialistas mientras los significados, para la mayoría, han pasado a ser, demasiadas veces, un juego de adivinanzas.
Los hay con acepciones duales. PC: ¿Partido Comunista o Personal Computer? OCB: ¿Obra Cultural Balear o acaso Orquesta Ciudad de Barcelona? DUE: ¿Diccionario de Usos del Español o Diplomado Universitario de Enfermería? Algunos me responderán que se trata de entender a tenor del contexto, aunque uno pueda preguntarse por qué fiar al mismo la comunicación, con tal de ahorrarse unas letras y es que, de seguir, apaga y vámonos. PN puede referirse a un Partido Nacionalista o a la Policía Nacional; FC aludir a los Fondos de Cohesión, los Ferrocarriles Catalanes o quizá a la Frecuencia Cardíaca y, por no seguir, PVP ser el Precio de Venta al Público o simplemente la Polivinilpirrolidona que también existe, no vayan a suponer otra cosa. Todo lo anterior por no mencionar algunos novedosos y todavía en las tinieblas para muchos de nosotros. El TTIP es el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (aunque la C, en castellano, se haya ido a tomar viento), y las APAs son ahora APiMas o AMiPas, a gusto de cada colegio.
Se escriben y mencionan algunos que producen vergüenza ajena. Así ocurre con PENENE, Pene de Nene para los menos avisados. Otros precisan de doblaje aunque no estemos hablando de actores en versión original (CC.OO, EE.UU…), y se me ocurren algunos utilizados a espaldas de la obviedad, porque PGC podría no ser Puesto de la Guardia Civil sino, por más acorde con los tiempos, Poco Ganamos Compi.
En cuanto a la SEAT, nada de Sociedad Española de Automóviles de Turismo sino, también referido a esos vehículos, “Siempre Estamos Al Taller” (en versión idiomática propia del área catalano-balear). En la misma línea, cabría sugerir algunos para la época que nos ha tocado: CyPE (Corrupción y Política Equiparables), SEUM (Somos el Último Mono)… y PIB no referirse en exclusiva al Producto Interior sino, seguramente aplicable a la mayoría de exposiciones economicistas, Puras Ideas de Besugo. En conclusión: convendrán conmigo en que la dichosa manía de las siglas se las trae. Y ni les cuento el día que empiece a utilizarse un acrónimo que sin duda llegará: SUPERCALIFRAGILÍSTICO. Todos tan anchos y los boquiabiertos será que no están en onda. Dinosaurios (otro acrónimo de futuro), vamos.