La guarajira se rompió en las crismas [1]

Written by on 23/09/2014 in Comentario critico - No comments
Periodismo. Comentario crítico. 
Por Blanca Acosta…

Spanglish 4

 

Spanglish

La sombra del spanglish no solo se manifiesta en el léxico, también ha invadido la gramática

El presente artículo no pretende ser un estudio sobre el spanglish que llevaría más tiempo, bibliografía e investigación. Se trata solo de una breve reflexión sobre el tema.
Por no tratarse de una indagación profunda omitiré el origen étnico de algunos vocablos del futuro idioma. En Texas se usan expresiones diferentes a las de Miami pero me mantendré en el uso generalizado del spanglish.
Este existe, ya está aquí[2], bien que nos duela a los que sufrimos un ataque al oído cuando escuchamos las ya plenamente generalizadas “aplicar” por “solicitar” o “forma” por “formulario”.
Desafortunadamente también personas cultas las usan, como “printear”, “tratar” (probarse algo); la más generalizada entre personas cultas es “asumir” por “suponer”. Confieso que la tuve que buscar en el diccionario para cerciórame de que no significaba lo segundo. Hay algunos vocablos más populares, y en ocasiones marginales como “la yarda”, no la unidad de medida del sistema inglés sino “patio” o el sitio a donde dejan estar a los presos unas cuantas horas al día.
La sombra del spanglish no solo se manifiesta en el léxico; también ha invadido la gramática. El español hablado en los Estados Unidos va perdiendo el dativo y usando el pronombre posesivo del inglés, escuchamos entonces “Lavé mi cabeza” por “Me lavé la cabeza”.
¿Qué nos molesta? ¡Cuánto lo siento por nosotros!
Así mismo debe haber molestado a los patricios romanos la jerga que hablaban los soldados romanos con las tribus locales y de las cuales nacieron todas las lenguas romances según el sitio geográfico. No olvidemos que también el provenzal, catalán y gallego son lenguas romances. Si se me queda una me rectifican, por favor.
Los idiomas son organismos vivos y la ley general de su desarrollo es la vía del menor esfuerzo.
El spanglish es un fenómeno posmoderno. No se puede negar que gran parte del spanglish se debe a la hibridación, diaria, tenaz, natural.
La población de habla española en Estados Unidos crece en progresión geométrica. ¿Por qué?
La mayoría de los latinos inmigrantes son jóvenes, con bajo nivel de escolaridad y poco conocimiento de la planificación familiar y provienen de áreas rurales donde las familias numerosas son comunes.
Precisamente, por el bajo nivel de escolaridad o la naturaleza marginal de la sociedad de la cual que provienen, muchos inmigrantes tienen serias lagunas en el español; lo hablan a un nivel bajo educacionalmente o por la rémora marginal que acarrean.
Son presas fáciles. Si nunca han oído la palabra “seguro” ni han tenido que ver con asegurar algo no es difícil entender que si escuchan “insurance” surja el vocablo “aseguranza”.[3]
El fenómeno se complica aún más. Estas familias tienen hijos nacidos en Estados Unidos, con un aura inglesa y española bien deficiente, por lo tanto adoptan el spanglish como lengua materna.
Los pequeños negocios de personas de habla hispana no están exentos del nuevo híbrido, ni las “traducciones”.[4]
En particular las traducciones, como sé que han sido pagadas, y que muchas se encuentran en edificios estatales, federales, hospitales, etc. me causan malestar. Malestar perdido.
El spanglish, es aún un español/inglés mal hablado producto del contacto de dos culturas con diferentes idiomas.
Por el momento; iría contra la historia general del desarrollo de las lenguas modernas ignorar que a la larga será una lengua propia, como el patois haitiano o el jamaicano, diferente del español y del inglés. Tendrá formas literarias y gramáticas propias, en el caso de esta última cabe prever, una vez más por la línea del menor esfuerzo, más simple. Las lenguas romances perdieron en su gramática la incómoda declinación del latín.
Quizás algunos cambios morfológicos serían, recuérdese que también los anglo parlantes serán participantes dinámicos de esta transformación, como los abajo citados, todos ejemplos son tomados de la realidad:
a.- La pérdida del género para los objetos y los sustantivos abstractos: “no problemo”, “el foto”.
b.- La pérdida de la concordancia en género y número: “Me gustan las botas amarillo”.
c.- El uso del presente progresivo con significado futuro: Jloo está llegando a nuestra ciudad el mes que viene. [5]
d.- La pérdida del uso del dativo y su sustitución por el adjetivo posesivo: “Los cabellos de Cecilia se erizaron…” por “A Cecilia se le erizaron los cabellos…”. [6]
e.- La pérdida del muy español y bello recurso del dativo de interés: “¡Muerte, te ME la llevaste!”[7]
f.- La pérdida de la doble negación: “Hago nada”.
Llegará gradualmente y cada vez los anglos e hispanoparlantes nos serán más difícil entenderlos.
¡Quizás no entienda el idioma de mis bisnietos!

Spanglish 2

Spanglish 3

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[1] El calentador se me rompió en las Navidades
[2] Tanto está aquí que la Real Academia ya ha incorporado algunos de sus vocablos: escanear. (De escáner). 1. tr. Pasar por el escáner.
[3] ¡He escuchado dillardo por dillards!
[4] “No hay toilete”, cartel que encontré en una tienda de productos mexicanos.
[5] Revista Mujer.
[6] La isla de los amores infinitos, Daína Chaviano, Grijalbo: Barcelona, 2006, p. 359. La novela está llena de ejemplos como este. No lo pongo como un error, solo que hasta en los creadores el spanglish ha empezado a entrar sutilmente.
[7] La Celestina.

Blanca Acosta
 

 

 
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About the Author

Blanca Acosta. Profesora y editora cubana. Fue editora en la Editorial José Martí, en La Habana, Cuba. Traductora literaria con dos premios, uno de la UNEAC y otro de la American Literary Translators Association; y también se ha dedicado siempre a la crítica literaria y teatral. En Estados Unidos trabajó como editora de prensa en la Universidad de Arkansas. En esa misma universidad, en Fayetteville, enseñó español y asimismo trabajó en los laboratorios de escritura de ese alto centro docente (1996 – 2000). A partir de ese año 2000, y hasta 2004, fue profesora en Tougallo College, en Jackson, Missouri. Desde el 2011, y hasta el presente, trabaja como profesora en la Lincoln University of Missouri, en Jefferson City.

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