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Por Palabra Abierta Ediciones…
La escritura, o sencillamente: la palabra, es una de las funciones más importantes del ser humano. Todo el mundo está fuertemente relacionado con sus memorias, y en esa relación la palabra desempeña un papel crucial porque es la que sirve para comunicar a la familia, a los amigos, a las demás personas en el mundo los aciertos o errores que uno pudo haber cometido en la vida. La palabra escrita es la herramienta —junto a la palabra oral, claro— para dejar plasmadas nuestras experiencias en este mundo.
Pero, además, la palabra escrita perdura, y es la manera en que mejor despertamos nuestros recuerdos a la hora de concentrarnos en los tiempos pasados, e incluso hasta para hablar de nuestro presente. Si usted es una persona que desea dejar sus ideas a los demás, y aun si es alguien que se siente capaz de escribir, pues hágalo; no espere más. Escribir no es fácil, pero es una disciplina que se consigue, mucho más cuando usted descubre que posee un talento para ello.
Querer escribir es querer vivir eternamente
El acto de escribir, es —casi siempre— un acto reflejo de nuestra necesidad no solo de ser reconocido por el prójimo, sino además de aspirar —consciente o inconscientemente— a quedar en la memoria colectiva de su generación, o de su época. Al menos, es algo que le da a uno la esperanza de ser perdurable en el recuerdo y visión de los otros, de las demás personas, a nuestro alrededor y en el mundo.
Publicar es dar una parte de sí al mundo
La única manera, quizás, en que la paternidad de un hombre podría acercarse a la maternidad de las mujeres es cuando el hombre sufre el proceso de escribir y publicar su libro, o de pintar un cuadro, digamos, de crear una obra artística o literaria. Para todo escritor, y para todo ser humano, sea mujer u hombre, escritor profesional o no, publicar un libro es un gesto de creación, cuasi comparable metafóricamente, claro, al parto de una madre. Muchos escritores han llegado a decir que sus libros han sido considerados por ellos como hijos, aun cuando se reconozca que hay algunos buenos y otros malos, pero en definitiva todos son sus hijos.
Si quiere saber sobre qué escribir, a quién persuadir de sus ideas y cuáles son las razones de por qué publicar un libro, piense siempre que escribir y publicar es un acto libre pero también de voluntad, de persistencia, de audacia, de prueba de uno mismo; es un acto noble que puede darle a usted la convicción de que no ha pasado en vano por esta vida; de que ha encontrado las cosas que decir, a quién decírselas y por el hecho de saber que usted ha extraído de adentro suyo lo bueno y lo malo que ha vivido en este planeta, como un granito de arena más que ha dado para que la humanidad pueda ser un poco mejor.