El periódico montréales, “Le Devoir”, recuerda hechos

Written by on 14/07/2022 in Critica, Cronica, Literatura - 1 Comment
Literatura. Crónica. Crítica.
Por Mario Blanco.

Cortesía del autor.

Leo ayer en esta prensa un interesante artículo sobre la visita de Fidel Castro a la ciudad de Montréal en abril de 1959, y reconozco que no tenía noción de ello. El título es: “Cuando René Lévesque se entusiasmaba con Fidel Castro”, preciso aquí que entonces Lévesque era un periodista destacado, y más tarde un político nacionalista que fundó el partido quebequense con carácter independentista, y que llegó a ser primer ministro de esta provincia entre 1976 y 1985, impulsó un referéndum para la separación de Quebec de Canadá, en 1980, que no logró sus objetivos, pero fue un hombre que luchó con éxitos para la normalización de la lengua francesa en Quebec.

La generosidad de Lévesque, como la de muchos políticos de la época, le impidió discernir con claridad las verdades ocultas del entonces jefe de una joven revolución, que planteaba la solidificación de las bases legendarias de la democracia para su país, y así las promulgaba, en cambio tenía cartas marcadas bajo su manga que más tarde las puso sobre la mesa. En aquella estancia en Canadá y en entrevista con la prensa, Fidel expresaba: “nosotros vemos a Canadá como un ejemplo de lo que un país puede hacer cuando un pueblo trabaja fuerte”. Otro reportero lo increpó sobre su flirteo con el comunismo y Fidel le contestó: “Yo no sé a qué Ud. le llama flirteo con los comunistas, si Ud. le llama flirteo a no asesinarlos o perseguirlos, Ud. tiene razón porque nosotros somos verdaderos demócratas, nosotros creemos en las libertades civiles y políticas y en todas las libertades. Nosotros tenemos la intención de instalar una democracia. Nosotros no queremos pan sin libertad ni una libertad sin pan”. Más adelante, Lévesque como periodista escribió: “Fidel es para nuestro mundo amargado y apático la reencarnación de los héroes antiguos, Aquiles o Alejandro Magno”, y aún más exaltado y fanático, Lévesque expresa sobre, “el gallardo líder: él es joven y puro como una espada implacable y sin manchas”, y agrega, “Fidel es el idealista que nos falta”. En la entrevista también está un aguzado periodista, llamado Gerard Pelletier, representando a Radio Canadá, que le increpa: Y ¿por qué no ha habido elecciones en Cuba?, a lo que el líder de la revolución le contesta: “Es que nuestro movimiento es mayoritario, si tuviésemos ahora elecciones, sería como un plebiscito, y nos acusarían de malograr la democracia. Hay que darle tiempo a que la oposición se organice para que no nos encontremos en la habitual situación de golpes de estado como abundan en la América latina”.

No solo René Lévesque queriendo en su afán de independizar a Quebec de Canadá a través de una revolución, buscó el símil de la revolución cubana y sobre todo a su entonces líder, sino que más tarde el también reconocido político canadiense nacido en nuestra ciudad de Montréal, Pierre Trudeau, trabó una firme amistad con Fidel Castro e incluso en 1976 como primer ministro de Canadá visitó la isla de Cuba, siendo el primer dirigente de la OTAN en visitar el país. Desde luego que Trudeau le debía una a Fidel, por éste haberle sacado una gruesa espina del pie al haber acogido seis años antes a los miembros de la célula Liberación, del Frente de Liberación de Quebec (FLQ), que tenía como rehén a James Richard Cros, embajador británico en Canadá, en un intercambio por la libertad de este último. A las exequias de Trudeau asistió Fidel castro aquí en Montréal en el año 2000, encontrándome ya con mi familia en esta ciudad.

Conclusión amigos, que Fidel Castro tuvo la capacidad de engañar a políticos foráneos y a otros de experiencia de nuestro propio país, además de a muchos cubanos que lucharon junto a él por una patria libre y la promesa de elecciones libres en seis meses, así como  también la reincorporación de la Constitución de 1940, aspectos que no cumplió, y ocultó  al principio del proceso revolucionario sus verdaderas intenciones de llevar al comunismo a aquel proceso, y no como algunos plantean de que se vio obligado a hacerlo ante la actitud de Estados Unidos una vez que nacionalizara y expropiara decenas de propiedades norteamericanas, su verdadero plan había sido trazado mucho antes, y las consecuencias nefastas aún las sufre el pueblo cubano con 63 años de un sistema, que no funciona.

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

One Comment on "El periódico montréales, “Le Devoir”, recuerda hechos"

  1. carlos penelas 17/07/2022 at 3:29 pm · Responder

    Muy bueno el artículo, claro, sin vueltas. Una tragedia de nuestro tiempo.

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