Periodismo. Entrevista.
Por Mercedes Eleine Gonzalez…
Ya expresé en el prólogo a uno de sus libros que me resultaba asombroso y admirable que un escritor guatemalteco radicado en Montreal, Canada, que nunca visitó Cuba y que no viviera en la Isla, pudiera haber escrito una obra realista y detallada sobre la verdadera vida del cubano de a pie en nuestros días, pero además que estuviese tan bien documentada y escrita, obra en la que se refleja la mano sabia del escritor que domina su oficio, como sucede con Tan cerca del cielo, tan lejos del paraíso.
En otro prólogo, que también escribí a otro libro memorable suyo: Del American Dream, expreso que es una: “…Historia fabulosamente trazada, diseñada, concebida y contada con un estilo minucioso, como fina y exquisita obra esculpida al detalle —donde nada falta y nada sobra— en la que el escritor relata las peculiaridades de la sociedad y de una clase social acomodada en su país natal”.
Con un aval de 11 libros publicados, amplio diapasón temático en un estilo narrativo claro, preciso, personal y directo, todos bajo la rúbrica promocional de https://www.amazon.com/author/ronyfer, no me queda otro remedio que presentarle al publico lector hispano de quien se trata realmente y para ello voy a tener la oportunidad de entrevistar a RonyFer Gonzalez, escritor nacido en Guatemala e indiscutible protagonista de mis iniciales palabras introductorias.
Mercedes Eleine (M E).— Me gustaría saber ¿de qué manera te inicias en el complicado mundo de las letras como autor?
RonyFer (RF).─ Antes que todo, te agradezco esta entrevista que me brinda la oportunidad de darme a conocer entre el público latinoamericano en cualquier lugar del mundo donde se encuentren, en esta oportunidad, en Miami. Creo que el escritor nace, no se hace. Se moldea en las facultades universitarias, pero el corazón y el sentimiento nacen con uno y con uno se mueren, aunque después de muerto el escritor, sus pensamientos plasmados en letras queden imperecederos, estancados en el tiempo y en la distancia, prueba indeleble de que alguna vez, en algún lugar, existió un escritor.
En cuanto a mis orígenes como escritor, siempre estuvo remanente en mí. Recuerdo que, cuando niño, cierta vez que estaba con mis camaradas de escapadas de la escuela, yo tenía para ese entonces, unos 8-9 años a lo sumo, nos interrogábamos qué queríamos ser de grandes. Uno decía: “Yo seré presidente de la república”; otro soñaba con ser un militar de alto rango; otro, médico; este otro: un músico de renombre mundial, etc. Cuando a mí se me preguntó, no sé por qué, solo se me ocurrió decir que yo simplemente quería ser escritor. Ver mi foto en ─al menos─, una novela y decirle al mundo: “Ese libro, esa historia, yo la escribí, es mi creación”. Por supuesto que eso despertó la risa y la burla de todos mis compañeros. Decían que yo no tenía la capacidad para eso. Aún sigo creyendo que tenían razón.
ME.—Teniendo en cuenta lo escabroso que es el camino al exito tratándose del arte, ¿cuál es el objetivo que persigues en darte a conocer como escritor independientemente de un probable exito comercial?
RonyFer: Si el destino me tiene deparado un posible reconocimiento, sabré entonces que esa era la misión que desde mi nacimiento se me encomendó y podré solo entonces sentirme satisfecho del deber cumplido y que mi mensaje a todos los inquilinos de este planeta, les llegará tarde o temprano. Entonces, mi objetivo es muy claro. Habré pasado mi mensaje de solidaridad y mi deseo por un mundo mejor, para todos.
ME.— ¿Cuales son los temas más recurrentes en tu obra y por qué?
RonyFer: La soledad, la entrega, la solidaridad y el amor a todo ser viviente en todos los rincones del mundo.
Pienso que la soledad es lo que, tristemente por cierto, es la eterna compañera de nuestra sociedad actual, hace tanta falta la solidaridad al más vulnerable, al abandonado, al que no tiene voz, al débil; es desafortudamente lo más recurrente en estos tiempos, donde aún nos queda mucho amor para dar, y más hechos y menos palabras para transformar este mundo en un mundo mejor, para todos.
ME.— ¿Qué tiempo aproximado te lleva la redacción de una obra desde sus inicios hasta darla por terminada?
RonyFer: Depende de muchos factores. Escribir no es una cuestión de tiempo, sino de voluntad y de pasión. También depende de otros factores. El estado de ánimo del autor, momentos de inspiración, el motivo por el cuál queremos escribir esto o lo otro y sobre todo, y más que todo, encontrar la calma y la paz del espíritu, estar bien con uno mismo en su interior, en fin, son muchos los factores que influyen, por lo que no se puede decir en cuánto tiempo se termina un trabajo, aunque uno nunca termina de escribir, porque aunque el libro ya esté publicado y llevado al lector, uno sigue buscando fallas y errores.
ME.— Si no vives del “oficio más solitario del mundo”, ¿cómo concilias tiempo para escribir y trabajo para ganarte el sustento?
RonyFer: Cuando se lleva algo en las venas se debe renunciar a las cosas superfluas o banales y entregarse de lleno a lo que a uno verdaderamente le apasiona. Yo tuve que dejar de lado otras actividades para dedicarme de lleno a escribir. Cuando ya no puedo conciliar el sueño, o por muy cansado que esté después del trabajo, o porque simplemente, la cama ya me parece insoportable, me preparo un café, enciendo un cigarrillo, y… ¡ a trabajar (escribir) se ha dicho!
ME.— Eres lo que se dice un autor independiente, porque te autopublicas tus libros, creo imprescindible deberías dar al menos una somera explicación al respecto.
RonyFer: Eso implica que, considerando que soy un escritor independiente, con la autopublicación, especialmente con las plataformas que se nos ofrecen ahora (yo trabajo con Create Space, plataforma de Amazon), te evitas el enfrentarte a casas editoriales, indiferentes al escritor sin sello comercial, ignoto, para que, al menos, le den una hojeada a tus trabajos, suplicarles casi a Agentes Literarios para que te representen, esperar vanamente que alguien se acuerde, al menos, de que existes.
Con la autopublicación y como escritor independiente ─ vuelvo a tu pregunta anterior sobre el tiempo dispensado a cada trabajo─ te tomas el tiempo que consideres necesario o del que necesites para llevar a bien la conclusión de tus trabajos. Puedes escribir lo que te venga en gana sin impedimentos inquisitorios sobre lo que se debe o no escribir. Eres entonces, un escritor, porque eres libre, no el producto de la imposición foránea. Quien solo escribe lo que se le dictamina, no es un escritor nato. Solo es un escribano y nada más.
Platón dijo cierta vez que “el ser humano nació libre, en espíritu y en esencia”. Yo le adjuntaría a eso, “Pero el escritor es ─ y debe ser─, esencialmente libre”.
ME.— No se si esto les pasa a otros autores, pero mis personajes viven en mi, cobran vida en mi mente y muchas veces no me dejan quieta hasta obligarme a sentarme a escribir, ¿suele suceder contigo de este modo o hay maneras distintas de avisarte que están ahí?
RonyFer: Para mí, mis personajes son lo esencial en mis trabajos. Son ellos los que, en un momento dado, harán sentir al lector que esa obra fue escrita por y para ellos. Son mis personajes los que harán ─a quien tenga la osadía de leerme─, sentirse identificados en cada personaje, que refleja su propia felicidad o su propio sufrimiento.
Mis personajes, bien escogidos por cierto, son los que dan vida a lo irreal y convierten la fantasía en realidad. Yo los considero mis hijos. Son mi creación y les conozco muy bien. Con sus atributos y sus defectos de todo ser humano.
Los factores espacio-tiempo los van a pautar esas creaciones propias, con nombres, con ideas, con actos propios de cualquier humano. Ellos se me presentan exigiendo ser la parte más importante de la obra, sin lugar a dudas, y lo son ya que la posición geográfica y el tiempo, son la comparsa o complemento para reflejar en una dimensión ficticia, o real si se quiere el verdadero ser humano que ellos representan en su momento.
Los lugares, circunstancias, estados anímicos, paisajes y todas esas cosas que bailan en la mente del autor, son lo que le van a llenar de vida y de color la obra, su complemento, pero no es lo esencial, como lo son los personajes que están comprometidos a representar en forma magistral, a quienes por azar les corresponde imitar en la vida real.
De tal suerte que, aunque en casi todos mis trabajos, se manifiestan mis orígenes guatemaltecos, de hombre de maíz, como nos describe nuestro Miguel Àngel Asturias (amo por sobre todas las cosas, a la tierra en la que me tocó nacer) y mis raíces de hombre nacido en la sencillez y vivir en ella, toman un lugar primordial, son los personajes creados, con nombres, con caracteres y con sus defectos y perfecciones los que me identifican plenamente con el lector quien, tarde o temprano, siente que esa historia es la suya, que ese personaje bien pudo haber sido él o ella y que refleja de forma singular sus propias desaveniencias, fracasos, dolores y éxitos, logros y alegrías. El personaje es circunstancial, remanente, realidad arrancada de la ficción o ficción hecha realidad.
ME.— Inquietudes intelectuales, influencias, quimeras, sueños aún no cumplidos?
RonyFer: En cuanto a mis inquietudes, las de todo autor, supongo. Darme a conocer y expandir ese mensaje que debo transmitir. Que más gente, en todo el mundo sepa que existí, que mi paso por este mundo no fue en vano y que, sobretodo, que… hubo una vez un escritor de historias variadas que le escribió a la vida, de la misma forma como le escribió a la muerte.
Y, sí. Todo escritor, aunque no quiera admitirlo, ha sido influenciado por otro autor. En mi caso, creo que esa influencia viene de varias direcciones. En el plano literario, el escritor y sociólogo uruguayo don Eduardo Galeano, por su forma tan clara y sin ambajes de decir las cosas, le pese a quién le pese.
En el plano familiar, mi madre que siempre inculcó en mí ese mandato inerte de no abandonar nunca lo que se quiere, de perseguir mis sueños y luchar con toda la entrega para convertirlos en realidad. De no abandonar nunca lo que ansiamos, por difícil que se nos presente hasta conquistar nuestras metas.
Muchos dicen que yo vivo una eterna quimera, como escritor. Que jamás lograremos ese mundo perfecto que reflejan mis anhelos. Que el mundo está tan jodido que ya nada lo cambia. Yo creo que sí, que aún se puede, si todos ponemos de nuestra parte con el afán de crear un futuro mejor para nuestras generaciones.
¿Y los sueños aún no cumplidos? Aún me queda tiempo (supongo) y espacio para conducir a puerto seguro, el barco de mi vida.
ME.— ¿Proyectos inmediatos?
RonyFer: Seguir escribiendo. Hacer reír o llorar. Crear mundos, imaginar espacios y un día (espero no muy lejano) tomarme un retiro suficientemente largo, suficientemente íntimo, suficientemente solitario, a la orilla de algún mar, en alguna playa guatemalteca que me inspire, que me absorba, que me aclare las ideas, que me llene de energía y que dé a mi vida, un nuevo soplo de vida.
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