Literatura. Narrativa. Promoción.
Por Andrés Casanova.
Andrés Casanova
Cuatro libros (tres novelas y un manual sobre narrativa para autores principiantes) del escritor cubano Andrés Casanova, en Amazon.com. Interesante propuesta para todo aquel pendiente de la literatura cubana actual, en las que se puede husmear los vasos comunicantes entre lo politico y la sociedad, entre la tristeza y la impotencia, entre el juego del sexo y los incapacitados para las vivencias físicas, el amor y el placer.
1.- Cazamujeres
Cazamujeres, también llamado Don Jaroshi, viaja desde la Pasaridad (una metáfora del pasado y a la vez del presente) acompañado de tres sirvientes enanos como él a la Futuridad (metáfora de un falso futuro pregonado por algunas doctrinas filosóficas). En este espacio fabular se desarrolla la trama principal de la novela, que consiste en la búsqueda de la mujer supuestamente más hermosa existente, Mercy la Japonesa, por parte de Cazamujeres, quien se nos revela como un ser incompleto de sus extremidades y otras partes externas del cuerpo y además, vicioso en cuanto voyeurista.
Existen dos fuerzas opuestas a Cazamujeres, aunque en diferente grado. Por una parte El Jefe y Scrable Perotti, en realidad dos individuos también procedentes de la Pasaridad que convertidos fingidamente en originarios de la Futuridad, pretenden llegar a La Montaña Mágica donde se supone pueda encontrarse Mercy la Japonesa. Por otra parte el coronel Buttock Skinmag, la cara visible del poder totalitario de la Futuridad, tenebroso personaje quien pretende también llegar a La Montaña Mágica valiéndose de trampas y traiciones, con el objetivo de adueñarse de una gran cantidad de joyas existentes en el lugar. En el colmo de la corrupción imperante en el espacio fabular presentado, este coronel es jefe de la sección de moralidad del organismo denominado Comisariado general de la defensa, a la vez que mantiene negocios en la llamada mansión de las mujeres libertinas, un prostíbulo de la ultrapostmodernidad.
Con estos elementos generales, se va tejiendo una historia de sexo, vicios, mentiras, crímenes, intrigas y traiciones, a la vez que los personajes reflexionan sobre el mundo que les rodea y se enfrentan cada vez más a la lucha entre ellos, lo cual los llevará hasta la destrucción. Novela marcadamente erótica, de un erotismo en algunas zonas más crudo que el habitual, es además relato filosófico que se propone advertir los peligros de un presente que va haciéndose futuro en algunas partes del mundo, cuyo desarrollo tecnológico no se pone en función de los seres humanos, sino de un poder totalitario que pretende eternizarse.
Un fragmento de muestra:
“La cabeza de Cazamujeres no llegaba al vano de las ventanas de normal altura, y cuando le atacaban las ganas indomables de fisgonear, tenía que pedirle a algún sirviente que buscase casas con alguna rendija cuya altura le permitiera descubrir interioridades ocultas normalmente a los habitantes del lugar. Sus ojillos de ratón se adentraban en las desnudeces tibias de aquellas hembras que entrevistas con ropas a él no le llamaban para nada la atención, es más, las aborrecía diciéndoles a sus criados que eso de colocar ropas encima de la piel iba contra las reglas de los mirones como él, que se complacen observando a las mujeres ajenas.
Siempre iba acompañado de sus sirvientes, enanos recolectados por los caminos del mundo, porque eso sí, no se trataba de un vulgar fisgador, sino de uno de los más refinados ojeadores de hermosuras. Y como supo por un aviso especial recibido que viajando hacia la Futuridad hallaría lo que andaba buscando, la belleza suprema, puso al cuidado de un buen administrador los bienes heredados del padre que apenas conoció, escogió de entre los enanos a su servicio los tres que consideraba más leales y prudentes, y reservó boleto de ida y retorno a tiempos mejores donde le prometían retornarlo a la Pasaridad dueño de la hermosura absoluta.
(…)
A Cazamujeres le faltaban la diestra, la pierna del lado derecho a partir de la rodilla, la oreja de igual lado y parte de la nariz; carecía de los dientes que debían encontrarse en los maxilares derechos inferior y superior; y hasta la mitad derecha de la lengua se la habían cercenado. La guerra me ha dejado así, confesaba donde la gente lo oyese, pues a pesar de tantas falencias, se le entendía perfectamente lo que hablaba.
Como soldado mercenario, (…)”.
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2.-
Libros Café Criollo ya tiene publicado, del autor Andrés Casanova, su novela Tormenta tropical de verano, del género policíaco. En esta oportunidad con la publicación del relato El andén del destino, inaugura una nueva serie con el inquietante título FICCIONES REALISTAS DE CUBA. Inquietante por tres razones: una, porque serán obras narrativas con las mismas características de una novela, aunque de menor extensión, con el propósito de buscar lectores no acostumbrados a obras de gran extensión de manera que puedan disfrutarlas no solo en sus hogares, sino incluso cuando estén a la espera del vuelo de un avión, mientras viajen en el Metro o cuando estén de descanso; la otra razón, porque en la brevedad de la historia se podrá indagar con profundidad en tramas que llevarán a los personajes hacia estados límites. Y la tercera porque siempre el espacio fabular será una mítica isla de Cuba muy parecida a la de la realidad en algunas aristas del texto.
En el caso de El andén del destino, relata en su trama la historia de un escritor que viaja a La Habana desde el interior del país para entrevistarse con su agente literario, con el propósito de negociar su última novela con una editorial cubana y planear un viaje promocional a Barcelona. Cuando se encuentra en la habitación del hotel donde se hospeda, el escritor se dedica a espiar a sus vecinos de habitación y cree descubrir en ellos a un proxeneta y su jinetera (como se les llama a las prostitutas cubanas en la actualidad).
El escritor, como narrador y personaje principal, va convirtiendo su historia en trama a tal punto que ambas llegan a confundirse. Dice permanecer alojado en un hotel dedicado al llamado turismo internacional en Cuba, aunque el lector podrá descubrir otra realidad mientras va avanzando en la lectura.
Constituye una narración que, sujetándose a los patrones de la realidad existente, logra trascenderla, convirtiéndola en literatura ubicada entre el erotismo y la metarrealidad.
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3.-
Cienfuegos, una especie de lugar mítico creado por el autor de esta novela y a la vez el nombre de una de las ciudades cubanas más hermosas, se convierte en el espacio fabular de una serie de aventuras que impactan la vida de Felipe, hombre apocado por las circunstancias que le corresponden vivir.
Por otra parte, la novela también se ocupa de una conspiración que tiene como objetivo el sabotaje contra una importante instalación cubana. Esta operación será llevada a cabo por dos agentes encubiertos, espías profesionales con más de 40 años de experiencia, obligados por su oficio a desinformar a la contrainteligencia de la isla. Operación denominada “Tormenta tropical de verano”, que a su vez da título a la novela.
Entre las fuerzas contendientes, espías siempre presentes en el contexto fabular y miembros de la Seguridad del Estado cubano al parecer inexistentes, se encuentran santeros, jineteras (prostitutas en realidad, falsas y reales), homosexuales, obreros, cristianos, militares, vendedores clandestinos y otros personajes inmersos en sus conflictos. Todos ellos conforman el paisaje humano propio del país.
Novela que a la vez de entretener por mediación de la intriga, ayuda a conocer rincones turísticos y paisajes poco transitados por la literatura cubana actual.
Esta obra es la primera de una trilogía ya escrita, que el autor ha denominado de forma genérica CUBA, TAN ALEGRE COMO SU SOL. Tres novelas policíacas y a la vez de espionaje, que sin tener personajes comunes, en cambio estos juegan con la ficción literaria hasta límites extremos.
En el caso de Tormenta tropical de verano, esta novela tiene tres ediciones anteriores: una por Sanlope, de Las Tunas; la otra por Coyoacán, de México; y la tercera por Emooby, de Portugal. Ediciones todas agotadas, aspecto que por una parte evidencia el interés de los lectores por la misma y, por otra parte, justifica la presencia de esta cuarta edición en Amazon.
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4.-
Sería pretencioso de mi parte asegurar que con el presente ensayo tengo la intención de enseñar a escribir cuentos y novelas, puesto que si comenzamos por echar una mirada a las diferentes carreras técnicas y profesionales de las que salen graduadas las personas en el mundo, en universidades y otros centros de enseñanza, podríamos establecer un amplio catálogo entre las ingenierías, las ciencias y las de carácter humanístico, pero ninguna se refiere por ejemplo a Licenciado en Escritura de Obras Literarias, Doctor en Literatura, Ingeniero Novelístico, Mecánico de Cuentos y Novelas o Técnico en Redacción de Ficciones.
Los ejemplos de carreras universitarias y actividades profesionales, imposibles de mencionar todas en el párrafo anterior, que pudieran parecer una broma, no lo son tanto. Y no se trata ya de que las artes no puedan ser enseñadas, puesto que existen academias de música, pintura, escultura y otras cuantas más. Tampoco tiene que ver con que se trata de actividades que involucran en general el idioma y sus reglas gramaticales, pues existen carreras como el periodismo y la filología que se estudian en varias universidades. De lo que se trata, a mi entender, no es ya que el acto de escribir ficciones literarias sea un arte; ni siquiera de que como todo arte, se nace para él o no se nace para él.
De lo que se trata, a mi juicio, es de que ni académicos ni escritores quieren admitir que existen en toda actividad humana, y la literatura lo es, dos momentos: el primero y el más importante, los dones que nacen con el individuo, aquellas habilidades innatas con las que viene diseñada toda persona con nacimiento normal; el segundo y secundario pero también importante, la voluntad de esa persona para asumir sus dones y antes de practicarlos a la ligera, adquirir las reglas del oficio.
Entonces, a falta de enseñanza profesional generalizada cuando la persona que nace para escritor descubre que ese es su don más natural, al intentar practicarlo comprende que desconoce sus normas de práctica, por lo que se ve obligado a tomar una de estas dos decisiones: o bien ignorar la existencia de normas y lanzarse a escribir sin conocimiento alguno y por lo tanto a fabricar bodrios carentes de calidad literaria; o bien admitir que para escribir literatura de ficción resulta necesario ir a las fuentes bibliográficas donde se aprenden una serie de disciplinas imprescindibles para ejercer el oficio (gramática, ortografía, reglas de redacción, etcétera) y se convierte en un autodidacta. Luego, si la fama le llega y publica decenas de libros o triunfa con uno solo, generalmente con el mayor de los desenfados niega haber estudiado las técnicas literarias, no admite haber creado su propio sistema lectivo de estudios, y los principiantes ingenuos afirman que no es necesario estudiar todo eso para ser escritor, pues Fulano y Mengano aseguran que no hace falta y, sin embargo, son los escritores más vendidos.
Pues bien, como en cierta etapa de mi práctica literaria llegué a la conclusión de que era un mito aquello de que no hace falta estudiar técnicas narrativas para escribir narrativa, lo que equivale, en sentido mondo y lirondo, a afirmar que no sería necesario estudiar mecánica de automóviles para reparar un motor de combustión interna, dediqué unos cuantos años al aprendizaje de diversas disciplinas que se enseñan en talleres literarios institucionales, aunque a veces a un costo elevado, o bien lo destinan solo a unos cuantos elegidos, o en el peor de los casos, se convierten en escuelas literarias dogmáticas y sectarias de las que se sale creyendo que es obligatorio seguir los cánones de la escuela en la cual se aprendieron las técnicas narrativas, porque de lo contrario no se es escritor.
Fueron todos estos motivos los que me llevaron desde hace años a preparar el presente ensayo, pero es ahora cuando cuento con las condiciones para socializarlo a través de su publicación.
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