Chinolope, un olvidado genio de la fotografía

Written by on 29/10/2021 in Critica, Literatura, Periodismo - No comments

 

Literatura. Periodismo.
Crítica. Por Luis Cino.
El gran fotógrafo Fernando López Junqué, “Chinolope”, pasó
sus últimos años enfermo y en la pobreza,
en un pequeño y deteriorado
apartamento de
Marianao

Fernando López Junqué, Chinolope (Fototeca de Cuba).

Chinolope, que procedía de una familia muy pobre, nunca fue a la escuela. Fue autodidacta. La primera cámara fotográfica que tuvo, muy usada, se la regaló un amigo, durante su estancia en New York, adonde se fue en 1956 en busca de mejores oportunidades económicas. Con aquella cámara hizo sus primeras fotos como profesional, el 25 de octubre de 1957.

Ese día, cuando caminaba por las calles neoyorquinas, al pasar por la barbería del Hotel Park Sheraton, escuchó disparos. Al entrar en la barbería, vio que habían acabado de acribillar a balazos a un hombre.  Chinolope, sin perder tiempo, empezó a apretar el obturador de la cámara sin parar y tomó varias fotos.

El hombre que fue asesinado por un pistolero mientras lo afeitaban era Albert Anastasia, jefe de una de las cinco bandas que controlaban la mafia neoyorquina.

La revista Life le pagó 2 000 dólares por las fotos a Chinolope y las publicó al día siguiente.

Sobre la foto de Albert Anastasia muerto en la barbería comentaría, años después, el escritor uruguayo Eduardo Galeano en El libro de los abrazos: “Esa foto era una hazaña. El Chinolope había logrado fotografiar a la muerte. La muerte estaba allí. No en el muerto ni en el matador. La muerte estaba en la cara del barbero que la vio”.

Una de las fotos tomadas por Chinolope tras el asesinato de Albert Anastasia (Life).

Luego de su regreso a La Habana en 1958, Life siguió utilizando fotos de Chinolope, como la del mafioso Santo Trafficante, que se publicó a página completa.

Por esa época, además de Life, Chinolope colaboraba con Time Paris Match.

Con su amigo el fotógrafo estadounidense Andrew Saint George, Chinolope estuvo en la Sierra Maestra, donde retrataron a Fidel y Raúl Castro y, posteriormente, en los últimos días de diciembre de 1958, en la batalla de Santa Clara, donde, tomando fotos desde la azotea de un hotel, estuvieron a punto de ser baleados.

En Santa Clara conoció al Che Guevara. Desde entonces, Chinolope presumió de ser amigo de Guevara, a pesar de que reconocía que tenía un carácter muy difícil.

Luego del triunfo de los rebeldes en enero de 1959, Chinolope trabajó en los Estudios Revolución. De allí se fue disgustado, porque además de las fotos, tenía que entregar también los negativos, y perdía el derecho sobre las fotos que, según le argumentaron, ya no serían suyas sino de “la Revolución y la Patria”. Así, muchas fotos de aquella época se perdieron y otras no se las pagaron ni las acreditaron a su nombre.

Cuando salió de Estudios Revolución, el Che Guevara le encargó hacer una serie de fotos sobre los centrales azucareros y sus trabajadores. Con ellas, Chinolope haría el libro de fotos Temporada en el ingenio, que terminó en 1970 pero no fue publicado hasta 1987.

El prólogo de aquel libro lo hizo José Lezama Lima, con quien Chinolope tuvo una gran amistad (hasta su muerte, el fotógrafo tuvo en la sala de su casa, junto a un enorme cartel de Che Guevara, una foto de Lezama).

El autor de Paradiso no fue el único escritor con quien intimó Chinolope. De hecho, tenía predilección por los escritores. Fue amigo de Guillermo Cabrera Infante, Julio Cortázar, Virgilio Piñera y Severo Sarduy.

Cortázar (izquierda) y Lezama fotografiados por Chinolope.

Otros escritores a los que fotografió fueron: Tennesee Williams, Allen Gingsberg, Jack Kerouac, Carlos Fuentes, Roque Dalton y Eduardo Galeano.

También fotografió a los pintores Víctor Manuel, Wifredo Lam y René Portocarrero. Y retrató además a Alicia Alonso, Celia Sánchez, Haydée Santamaría, Sindo Garay, César Portillo de la Luz, René Portocarrero, el Caballero de París y el Chori, entre otros.

Chinolope trabajó en la Casa de las Américas y en la revista Cuba, donde sus fotos competían con las de otro grande, Iván Cañas.

Durante el Decenio Gris, Chinolope, por ser considerado “conflictivo” y “contestón”, tuvo encontronazos y fue vapuleado por comisarios y burócratas. Desde entonces, lo relegaron. Pese a sus muchos méritos, nunca volvieron a concederle el reconocimiento que merecía.

Refiere el periodista Mario Luis Reyes ―que en el año 2016 le hizo al fotógrafo una muy interesante entrevista para El Estornudo― que

tituló Retratos de Chinolope: “La última exposición de Chinolope fue en la galería Wifredo Lam, que es la galería de Marianao. Chino expuso las imágenes que conformaron el álbum Temporada en el ingenio, pero como no hubo presupuesto, tuvo que recortar las fotos de uno de sus libros para colocarlas en los marcos”.

Chinolope, retratado por Mario Luis Reyes, en 2016 (El Estornudo)

Según Reyes, después de aquella exposición, Chinolope “se sintió derrotado y no le interesó volver a exponer”.

Chinolope, que afortunadamente contó con el cariño y los cuidados de su esposa Esperanza Rodríguez, pasó sus últimos años enfermo y en la pobreza, en un pequeño y deteriorado apartamento de Marianao.

[Jueves, 28 de octubre de 2021 ] [Luis Cino. Tomado de CubaNet] [Fernando López Junqué, Chinolope (Fototeca de Cuba)]

 

 

 

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About the Author

Luis Cino Álvarez (La Habana, 1956). Trabajó como profesor de inglés, en la construcción y la agricultura. Se inició en la prensa independiente en 1998. Entre 2002 y la primavera de 2003 perteneció al consejo de redacción de la revista "De Cuba". Fue subdirector de "Primavera Digital." Colaborador habitual de CubaNet desde 2003. Reside en Arroyo Naranjo. Sueña con poder dedicarse por entero y libre a escribir narrativa. Le apasionan los buenos libros, el mar, el jazz y los "blues".

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