Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.
Generalmente hay múltiples etapas en la vida de los hombres, pero también hay momentos o puntos de inflexión que determinan sus principales trayectorias. En mi vida considero tres. El primero, cuando decidí ir a estudiar al extranjero, en este caso a Polonia, que no fue mi elección sino la del Ministerio de Educación, pero de lo cual me alegro mucho. Con 20 años dejé mi ciudad, mi familia, para adentrarme por primera vez solo en otro mundo por un período largo, y que reconfiguró totalmente mi vida y le dio un sello distintivo por siempre. Es la etapa más importante en un ser humano, la de su formación como profesional, y que esto haya sido en un país como Polonia, tuvo en mi vida un simbolismo único y del cual me siento altamente orgulloso.
El segundo momento fue cuando una vez terminados mis estudios se me asignara a trabajar en Ciudad de La Habana. Si bien pudiera parecer un hecho de menor trascendencia respecto al primero, tuvo una significación trascendental, pues no regresé a mi mundo de adolescente y a mi ciudad amada de Santiago de Cuba, sino que me envolvió la vida capitalina con otros enfoques y expectativas, y donde realicé toda mi vida laboral e incluso donde formé mi nueva familia. Entre otros trabajos realizados, tuve la enorme dicha de fungir durante dos años y medio como presidente de un gobierno municipal, que si bien esta función se realiza bajo la pesada bota del partido y donde este fiscaliza y sanciona casi todas las actividades gubernamentales y a el se subordina, atender las preocupaciones, calamidades e inquietudes de la población, me dieron un gran sentido de responsabilidad social que jamás olvidaré.
El tercer momento importante de mi paso por este mundo fue nuestra decisión de buscar otros caminos y futuro para nuestros hijos, en tierras tan lejanas como el Canadá. Este país nos dio cobijo y felicidad, y es aún donde permanecemos y hemos encontrado dentro de nuestro mundo de ilusiones, libertad, paz y progreso, y una buena plataforma para que la nueva generación que hemos creado se desarrolle con la fuerza que cada uno de sus miembros quiera emplear.
Hoy miro al futuro con sosiego y trato de plasmar con esta página y otras algunas de mis experiencias en la vida, para el quizás disfrute o aprendizaje de los demás que quieran leerlas. Ni siquiera miro el posible traslado a Miami como un punto más de inflexión, aunque pudiera serlo, pero creo que lo fundamental ya está hecho, ahora quizás solo darles forma escrita a los eventos pasados. Ya la audacia vistió sus galas y los sueños venideros los trazo con armonía y quietud, la pasión de la vida mengua, y es sensato marchar a la par de las realidades que cada circunstancia dicta en la vida, pero sin caer en la monotonía, no importa la etapa y el momento, siempre la creación debe ser la fuente de nuestra existencia.
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