Telemundo se vistió de lujo

Literatura. Crítica. Promoción. Telenovela.
Por Tenchy Caimares.

Foto de promoción, tomada de Wikipedia.org.

Acaba de finalizar en las pantallas de Telemundo la teleserie “Velvet: El nuevo imperio” bajo la triple dirección de Gavidia, Ricardo Schwarz y el experimentado Miguel Varoni, y que no dejó duda de ser una superproducción, y de las buenas.

Primero “Velvet” fue una serie televisiva española creada por Ramón Campos y Gema Neira y estrenada en Antena-3, con Paula Echevarría y Miguel Ángel Silvestre en los papeles protagónicos, y que fue una sensación que generó una secuela llamada “Velvet Collection”,  ambientada en la Gran Vía de Madrid de los años 50.

Telemundo Estudios decidió entonces hacer una adaptación. Trasladó el escenario al New York de la época actual y triunfó en el intento, en el que la ambientación fue su punto fuerte. Grabada enteramente en Telemundo Center (Miami) logró recrear en estudios una tienda completa de modas que logró transmitir todo el glamour neoyorquino.

Pero toda superproducción puede tener sus costuritas por ahí, a veces invisibles para el espectador promedio, pero nunca para el crítico. Y aunque las actuaciones en general fueron su punto fuerte, Samantha Siqueiros en el papel de Ana Velázquez demandaba más gestualidad, sobre todo en la expresión facial, un tanto fría. En momentos en que la emoción desbordaba la escena, ella solo lograba una discreta actuación si tenemos en cuenta la pasión interior que debe exteriorizar una diseñadora apasionada como lo requería su personaje. Pero también fue ese su primer protagónico, y todo es perdonable a esta bellísima actriz que tiene un camino inmenso ante sí.

Su pareja, Yon González  (El internado), en el papel de Alberto Márquez, es convincente y apasionado, salvo el “seseo” muy marcado y susurrante en su pronunciación, que a veces era ininteligible en algunas escenas.

Grandes aplausos merece Carolina Miranda como Cristina Otegui, una mujer que se mueve entre su obsesión amorosa y un desequilibrio síquico que intenta disimular. A mi juicio es la estrella indiscutible de la serie. Magníficas las actuaciones de Danilo Carrera (Carlos Aristizábal), Luciano D’Alessandro (Raúl de La Riva) Itatí Cantoral (Isabel Juárez), Chantal Andere (Blanca), Sonia Smith (Pilar Márquez) y Aylin Mujica (Gloria Márquez), quien ya es la reina de las villanas.

Mención aparte merece Josh Gutiérrez como el desalmado Enrique Otegui, quien logra un desempeño excelente,  y Gaby Borges como Valeria, quien mantiene un suspenso altamente logrado en su personaje, donde el sufrimiento, la culpa y su propia ambición se debaten y logran un alto registro actoral.

Considero que para dar mayor realismo a la producción, personajes como Blanca, Raúl de la Riva y Ana requerían mostrarse más aguja en mano, ajustando patrones o dando algunas puntadas en una máquina de coser para evidenciar más su condición de maestros de la costura.

Como punto final, Velvet: El nuevo imperio sabe salir airoso de estas pequeñas costuras, alzándose como una producción seria, profesional, pletórica de glamour, intriga y situaciones bien manejadas que obligan a la sintonía cada noche y brindando un plato altamente disfrutable para el espectador.

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About the Author

Tenchy Caymares (Cuba), autora de este artículo, es escritora y productora de televisión, también con una amplia experiencia en cine. Ha publicado en revistas y periódicos. Radica en el sur de California. Asimismo fue experta en publicidad, en Cuba.

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