Otra vez Barcelona

Literatura. Periodismo. Crónica.
Por Mario Blanco.

Cortesía del autor

Para mí por tercera vez, y en este caso de ida y regreso por un día en cada ocasión, ciudad a la que habría que dedicársele un par de semanas para conocerla toda, pero nosotros como en el dicho popular, lo hacemos buchito a buchito.  Pues bien, con nuestra amiga Adela que nos esperó en el hotelito que reservamos, pensión Alberdi, que resultó poco agradable así que no se la recomendamos a nadie, caminamos luego como cuatro chivos haciendo anécdotas de todo tipo en el trayecto y admirando una vez más la hermosa ciudad. Almorzamos cerca de la estación Barcelona Norte, que es enorme, adonde fuimos para saber cómo trasladarnos al otro día rumbo a Toulouse. Probé el Gazpacho Andaluz, exquisito, ellas eligen huevos estrellados con jamón y todos como segundo plato, bistec de pierna con ají, muy rico. Otro paseíto más por la famosa Rambla siempre bella. Adela le compró a Eduardito un libro de cuentos en la librería Le Livre, que ya antes en dos ocasiones habíamos visitado y conocíamos. En general salimos en la noche del día 3 de octubre desde Montreal y llegamos al aeropuerto del Prats al mediodía del 4, y volamos con Air Canadá en un Boeing 767-300. Conociendo ya el metro de Barcelona tomamos la línea L9 y cambiamos a la L3 bajándonos en la estación Gracia, aunque debimos hacerlo en Fontana, a pesar de ello, nos deleitamos caminando por el paseo de Gracia hasta Torrent de la O’lla 95 para llegar a la dichosa pensión. Otra vez los famosos y bellos balcones de Barcelona se robaron mi atención. Nos despedimos de Adela algo tarde, mañana, rumbo a Toulouse.

De regreso del viaje, el día 21 de octubre, nuevamente llegamos a Barcelona procedente de Valencia, esta vez en el tren que bordea todo el mediterráneo con vistas espectaculares de pueblos y playas. Nos alojamos en el Hostal Nou Raval, en la calle hospital 107, muy buenas condiciones, antes habíamos tomado el metro desde la estación ferroviaria bajándonos en el Liceum. Notamos en el trayecto por la calle hospital como ha cambiado el panorama étnico, Barcelona está más cosmopolita que nunca, e incluso Alina tuvo la oportunidad de intercambiar unas palabras con una anciana de unos 75 años, que le dijo había nacido en esta ciudad, y que ahora no la conocía por lo mucho que había cambiado étnicamente. Al rato llego Adelilla, nuestra fiel amiga y guía, y nos fuimos a tomar unas cañas a un lindo bar cercano. Luego dimos un paseo y nos topamos en un parque con una efigie de gato enorme, nos tomamos unas fotos que enseguida se enviaron a nuestras nietas Roselie y Kalía, a las cuales siempre les maúllo, y dijeron: écoute, ése, el gato Elo loco.

Cortesía del autor

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Atravesamos por una de las tantas callejuelas y percibí que había más de 30 establecimientos de venta de celulares, y así bauticé la calle, como la de los celulares, no sé cómo pueden sobrevivir a la competencia, y casi todos los dependientes eran indios o pakistaníes. Una vez más la despedida con Adelilla, con la que hicimos el compromiso para el año entrante visitar Portugal y Andalucía, ella al menos por tres días. Al otro día temprano alaeropuerto que estaba lleno a mas no poder, y significar aquí que no vimos en ningún momento alteraciones del orden, gracias al divino, los disturbios habían sucedido antes con la problemática de las protestas por la independencia de Cataluña. En el aeropuerto vimos al hombre más alto que haya conocido, un medio árabe con espendrum (peinado rizado a lo alto) media aproximadamente 2 metros con 30. El aeropuerto a todo rebozar, y como se sabe es enorme, aun en estas fechas el tráfico humano en la ciudad condal es abrumador. En la fila, conocimos a una cubana casada con un español que iban para Cuba, ella es de Florida y viven en Cambrils, cerca de Tarragona, bellas ciudades del mediterráneo. Hasta la próxima, seductora Barcelona.

 

 

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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