Memorias de un combatiente: Nino Díaz

Literatura. Política. Crónica.
Por Mario Blanco.

Higinio Diaz Ané, habitualmente llamado Nino Diaz, escribió un libro interesante que creo vale la pena analizarlo. El libro se puede comprar por Amazon, pero esta versión que se puede adquirir por internet gratis dice que fue robado de los archivos del Dr. Rafael de la Cova. Parece ser que el libro iba a ser publicado basado en estos testimonios de Nino hechos al bien conocido historiador de la Cova, que por algunas razones no se hizo así, quizás por el mismo robo, pero entonces es el propio Nino quien lo edita en Amazon. Sea cual fueren las circunstancias y la veracidad total o parcial de los hechos narrados vale la pena un análisis. Lamentablemente, al parecer, Nino murió hace unos pocos años, y digo pocos, porque hay otro libro firmado por él que lo dedica a alguien en el 2016.

Del comandante Nino Díaz, como siempre se le llamó, escuché hablar desde chico. Mi madre lo mencionó en más de una ocasión, ya que Nino mantuvo por largo tiempo una relación con una de sus primas hermanas, Esperanza Ibis Fonseca, mujer muy bella, él la menciona en su libro, y con la que tuvo una hija que se fue de Cuba, estuvo en España un tiempo y luego se instaló en New York donde muere en raras circunstancias  el mismo día de su cuarenta cumpleaños y a raíz de su divorcio. En casa se  mencionaba  a Nino  por la aureola que reinaba sobre su figura que llegó a obtener los grados de comandante en la Sierra, y que luego Raúl Castro lo destituye, le hace un consejo de guerra inesperado por sus indisciplinas y supuesta conspiración. Él rebate y niega las acusaciones, pero [siempre] le condenan a muerte por el Estado Mayor del Segundo Frente que dirigía Raúl.  En ese juicio estuvieron  presentes también, Huber Matos, el fiscal  Jorge Serguera,É Belarmino Castilla el comandante Aníbal, y Efigenio Amejeiras, entre otros. Según relata Nino en el libro, no lo fusilaron porque los campesinos de la zona de Guantánamo donde sucedieron los hechos lo conocían bien, pues él les compraba café todos los años y los avituallaba con lo necesario, incluida nuestra finca familiar productora de café en el Socorro cerca de la Maya, en esa época Nino poseía y administraba un tostadero de café en Santiago de Cuba, lugar de su nacimiento y crianza.

Nuestro objetivo no es relatar o hacer un extracto del libro que cualquiera con deseos puede leerlo gratis por internet, sino precisar varios aspectos para mi fundamentales.

Lo primero es la seria acusación que hace Nino en el libro de las ideas comunistas que escondió y que representó Fidel Castro, y de la traición de este a los objetivos principales por los que lucharon  los demás combatientes: una Cuba democrática, elecciones libres en seis meses  y donde se respetaría la Constitución de 1940. Paralelamente acusa a los USA y sus representantes de haberlos engañado con promesas de apoyo y que por el contrario subrepticiamente apoyaron a Castro. Esto creo es la médula del libro, aparte de la relación de todos los encuentros combativos a favor del triunfo revolucionario, y luego en contra, creándose más tarde por Nino y otros la famosa organización MRR (Movimiento de Recuperación Revolucionaria). En el libro se detallan acciones y hechos, y se nombra a tantas personas que parece impresionante que alguien los recordase de memoria a no ser que llevase un diario de campaña.

Para nuestra honra familiar, menciona en dos ocasiones a nuestro primo Argimiro Fonseca, sobre el cual ya antes escribí, pero Nino aquí patentiza solamente el enrolamiento de éste en contra de la revolución, aunque no da muchos detalles, y soslaya su lucha contra Batista.  Por último también es de señalar la valentía de Nino en el libro, al enjuiciar a un hombre reconocido y respetado como Huber Matos, por su rol de apoyo a Raúl Castro en el enjuiciamiento que se le hizo, y además por no creer en él a tiempo cuando le decía de las ideas comunistas de Fidel y del derrotero comunista del proceso, conversación sostenida por Nino con Huber a mediados de 1959, cuando ya este último era el jefe  de Camagüey, aspecto también a señalar a favor de Huber, pues Nino ya era un  proscripto,  conceptos que luego Matos  expone más tarde en su carta de renuncia a Fidel y por lo cual sufrió 20 años de cárcel. A su vez sus palabras de aprecio en el libro sobre Enrique Lusson Batle, mi antiguo ministro del Transporte, que siempre fueron de respeto y de elogios en sus actuaciones en combate.

Y nada amigos, para aquellos amantes de la historia de nuestro país, esta es una arista más de aquel complejo y difícil proceso que aunó a miles de cubanos para derrotar a Batista, pero que luego también sumó a cientos de aquellos bravos hombres, y quizás hasta miles, que se rebelaron contra el  máximo líder de aquella revolución sin lograr el objetivo de revertirla, muriendo muchos, otros cientos y miles hechos prisioneros, y otros tantos que abandonaron el país en busca de un futuro mejor, y que desde el exterior aun siguieron luchando sin obtener en su empeño el objetivo ansiado. Así de compleja ha sido nuestra historia en estos más de 62 años, y todavía lo sigue siendo.

 

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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