Literatura. Crónica.
Por José Luis Borja…
Miles de fanáticos de los equipos de fútbol más prestigiosos están consternados por su próxima eliminación en este Mundial 2014 que se desarrolla en Brasil. Están estupefactos porque los jugadores más famosos parecen no dar pie con bola. Sus pases y sus tiros al arco son imprecisos. Muchas veces parece que quieren poner la pelota en órbita más que colocarla en la red. Los entrenadores se arrancan los pelos; si pudiesen fumar, quemarían cigarrillo tras cigarrillo. Pareciera que los campeones españoles se durmieron sobre sus laureles, y esa es la impresión que invade a sus fanáticos. Sin embargo, esta sarta de partidos perdidos sólo es una manifestación más del caos.
Un sistema caótico se caracteriza, ente otras cosas, por una gran variación de sus variables de salida debida a una pequeña variación de sus variables de entrada. De ahí viene el efecto mariposa, según el cual, el aleteo de una mariposa en Pekín puede afectar el clima en Nueva York. Sí, señores, lo que vemos es obra del caos. Pero no solo influye el clima de Brasil con sus copiosas lluvias en Manaus, el calor de la zona tropical en Río de Janeiro y el invierno de Porto Alegre. Además de este factor y de la inevitable gravedad, un enemigo invisible pero sumamente eficiente acecha nuestros ídolos del fútbol: la fuerza de Coriolis que afecta todo objeto en movimiento sobre una esfera, la Tierra, modificando su trayectoria. Esta fuerza es más notable cuando la trayectoria del proyectil, el balón en este caso, sigue un meridiano.
En este Mundial, los estadios donde se desarrollan los partidos se encuentran todos en el hemisferio sur. Por lo tanto, cualquier tiro efectuado de sur a norte será desviado hacia la derecha, e inversamente, cualquier tiro efectuado de norte a sur será desviado hacia la izquierda, siempre cuando la pelota no esté en movimiento de rotación sobre sí misma, la única forma de anular el efecto de la fuerza de Coriolis. Los jugadores acostumbrados a jugar en el hemisferio norte instintivamente aplican una corrección cuando disparan de una forma directa hacia el arco; lo mismo ocurre con sus colegas que operan en el hemisferio sur.
Es por esa razón que los países suramericanos de este hemisferio, Brasil, Argentina, Chile y Uruguay tienen una pequeña ventaja en este Mundial 2014. Al parecer los jugadores españoles no se percataron de que tenían que aplicar una corrección diferente para compensar el efecto de la fuerza de Coriolis en el hemisferio sur, al contrario de los franceses; después de todo, Coriolis era francés. Ahora, los fanáticos del fútbol podrán encontrar consuelo con la explicación de las derrotas pasadas de sus equipos respectivos. Pero si Francia, a pesar de este discreto aliado, llegara a perder, afirmaría, tal como lo hacía un famoso comentarista galo, que si el arco hubiera sido apenas un metro más ancho y un metro más alto, nuestros jugadores hubieran metido más goles.
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