Cuando Shakespeare fue abolido del programa educacional cubano

Written by on 13/07/2021 in Cronica, Literatura - No comments
Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.

Romeo y Julieta. Cortesía del autor.

Uno de mis mejores amigos me da el pie forzado para relatar una anécdota sucedida durante el curso de literatura en el preuniversitario Cuqui Bosch en Santiago de Cuba 1968- 1969. La profesora de literatura en el preuniversitario Cuqui Bosch, Zaida Martínez, es conocida y recordada por todos sus alumnos en los largos años de magisterio durante los cuales impartió su cátedra. A pesar de ser una persona calmada, mesurada y muy bien educada, su comportamiento a veces nos dejaba atónitos por lo original y poco inusual, en aquella ciudad donde comenzaba a implantarse por el Gobierno revolucionario las normas socialistas importadas, y sépase, de la cual ella, al menos en esa etapa era partidaria, no sé si de corazón o por supuesta antonomasia. En general ella luchaba por educar a la población y no solo a su alumnado. Ejemplo de ello era descargar todas las tazas del baño cuando asistía a algún cine, y luego nos explicaba en detalles en el aula la necesidad de la higiene y sus consecuencias. Era revolucionaria, pero muy rebelde y crítica con lo mal hecho.

Tuve en ese tercer año de estudios del preuniversitario, creo que el año más maravilloso de toda mi carrera estudiantil, la dicha, fortuna  y beneplácito, de que ella me escogiera como el Monitor de su asignatura, aspecto que contribuyó sobremanera en lo personal para dedicarme más a la lectura, y quizás y no lo dudo, resultado de aquella elección y amadrinamiento suyo, sea la inducción que hoy practico de materializar en estas escrituras que ahora en la tercera edad realizo, como una extensión más del amor que ella nos enseñó por las letras. A su lado, me indujo al análisis literario en muchas de las obras que en aquel año desempeñó con nosotros, y su tutoría me sigue hoy iluminando en mis constantes meditaciones.

Pero un día llegó nuestra Zaida al aula muy geniosa, de mal carácter, pues en el nuevo programa educacional recibido y que debía utilizar como guía para la literatura que nos impartía, enviado rectoramente por el Ministerio de Educación, se había sustraído al insigne escritor William Shakespeare. Aquello era inaceptable para ella y lo discutiría al máximo nivel dentro del organismo. Rebelde como siempre era, ese mismo día nos dijo, mis alumnos no se quedarán sin conocer quién fue ese escritor extraordinario, no importa que haya nacido en un país capitalista como Inglaterra, la literatura está por encima de cualquier ideología.

Inmediatamente organizó a un grupo de alumnos, donde cada uno de nosotros estudió, memorizó y tuvo un personaje e interpretamos la obra, Romeo y Julieta, teniendo que conocer y declamar los maravillosos versos de esa obra clásica, que lleva intrínseco la pasión desbordante de sus dos amantes. Esa etapa de nuestras vidas cuando empezamos a conocer el amor por una mujer, era un sentimiento que nuestra profesora dentro de su romanticismo vehemente no podía permitir fuera desapercibido por su alumnado, donde ya algunas parejas reflejaban en sus ojos y comportamiento juvenil, la pasión real que el gran Shakespeare nos hizo llegar en su obra a través de las escenas únicas de Romeo y Julieta, y gracias a la decisión valiente e intrépida de nuestra doctora Martínez.

Por esta y por muchas muestras más de su elegante magisterio, la disidente literaria, profesora Zaida, será siempre recordada con amor y respeto por todos aquellos que tuvimos la suerte y el honor de tenerla como guía de literatura.

 

 

 

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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