Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.
El puente La Cigarrosa, Petín, España. Cortesía del autor.
Sí abuelo, estoy caminando sobre el puente de La Cigarrosa por donde tantas veces cruzaste yendo a Petín desde tu aldea de Sampaio, una hora de camino, casi 5 km, el mismo que une a Petín con el pueblo de A Rúa en tu añorada Galicia. Ya sé que allí tenías una novia con la que querías casarte y que lamentablemente el servicio al rey te llamó a principios del año 1895 y tuviste que marchar a Cuba con las fuerzas españolas, y ella se quedó llorando y te prometió esperarte, no importa los años que fuesen, pero nunca volviste.
Según me contaste todo fue muy rápido, tuviste que empacar unas pocas cosas y marcharte con la pareja militar que vino a buscarte y partieron a la Coruña y de ahí a Cuba. No pudiste despedirte de la novia e incluso nunca más regresaste, por eso me encargaste viajar un día a tu aldea y buscar a la familia de tu Carmiña adorada, para pedirles disculpas en tu nombre ya que no pudiste hacerlo personalmente. Sí, aquí estoy ahora sobre el puente adonde tantas veces fuiste a pescar. Me recuerdo que habías oído de tus abuelos que fue construido por el imperio romano a principios de esta era durante el imperio de Trajano, era la ruta de la Vía Nova, y que muchas veces te habías preguntado como entonces lo habían podido construir. Sí, es realmente bello, así como hermoso también es el río Sil sobre el cual fue erigido y en el que me dijiste diste tus primeras brazadas aprendiendo a nadar allá en su remanso, donde hace una represa llamada de San Martiño.
Después de mucho preguntar he encontrado a unos nietos de tu amada Carmiña, por la belleza de las hembras me imagino la de tu novia, te adelanto que tuviste un buen gusto. Viven no muy lejos del puente y ayer una de ellas me invitó a sentarme en el mismo y observar las aguas del río, y mantuvimos una conversación tan linda, y me sentí tan identificado con ella que creo que la llama del amor que sentiste por tu novia ha llegado hasta mi corazón también, a ella también le dicen Carmiña como a su abuela, de nombre Carmen, que coincide con el nombre de tu mamá y de tu primera hija, nada que las Carmen abundan en la familia. Por eso el tío abuelo Majín, el más chico de tus hermanos, le puso por nombre a su hija Carmiña, en honor a aquel gran amor de ustedes. Que ojos tan bellos tiene esta chica abuelo y que ternura hay en su mirada.
Otro ángulo del puente La Cigarrosa. Cortesía del autor.
Al parecer la vida da sus vueltas, y tal como la noche y el día se encuentran cada 12 horas, pues aparece el amor sobre este puente donde le diste el primer beso a tu novia, creo ha servido más que de un puente peatonal, ha sido el umbral del enlace entre mi alma y la nieta de tu amada, como para darle continuidad a la historia, pero una cosa te digo abuelo, yo no me iré, me quedaré aquí y la haré feliz. Solo te pido nos des tus bendiciones desde el olimpo en que te encuentras.
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