Valencia

Written by on 16/12/2020 in Cronica, Literatura - No comments
Literatura. Crónica.
Por Mario Blanco.

Cortesía del autor.

Partimos de Santiago de Compostela en el Renfe. Lamentablemente los billetes estaban escasos, nos dieron asientos cómodos pero en diferentes coches, ya nos la arreglaremos para ir juntos. Me despido de Galicia, la que tantos emigrantes aportó a Cuba, de tal manera que a todo español en Cuba le decíamos gallego. Me quedé con los deseos de ir a La Coruña y a Pontevedra, pero quedan entre los planes futuros. Avanza el tren y el disfrute de los paisajes es una adicción.

Nos sentamos juntos y cuando llega el conductor, le explico, pero dos de los pasajeros que van delante le dicen no hay problemas, el otro asiento asígneselo a uno de los de nuestro grupo. Resultó que cientos de policías viajaban en el tren para protestar en Madrid por la igualdad de sus derechos  sobre las diferencias entre los policías, regionales y los autonómicos, estos últimos reciben un salario mayor y en general todos hacen lo mismo. Les pregunto y me solidarizo con sus exigencias.

Llegamos a Madrid donde estaremos dos horas con cambio de estación de, Madrid- Chamartín a Atocha, y así lo hacemos, pero allá mi aventurera no quiere ya salir, teme no nos dé tiempo de andar la ciudad arriesgando perder el AVE a Valencia, y preferimos quedarnos en la estación y descansar, pues tuvimos que madrugar, el tren salió a las 5: 30 a.m. Allí converso con una linda haitianita que se graduó en medicina y venia de un congreso en Bilbao. La misma me dice que en España también hay seguridad social y centros de entrega de comidas a los más pobres, así que los que piden, tienen cierta ayuda, y si lo hacen ellos sabrán por qué. Tomamos el AVE supersónico que llega a rebasar los 300 km por hora, una maravilla. Admiramos en el trayecto sus famosos naranjales.

Cortesía del autor.

Llegamos puntual a Valencia a las 16 horas (4:00 de la tarde). Tuvimos dificultad para encontrar el hospedaje, pues me confié que estaba solo a 5 minutos de la estación, pero tomamos por otro camino, y luego al llegar resultó que no observé un aviso en el cellphone que las llaves estaban en otro lugar, así que vuelta a buscar la llave para regresar al mismo lugar, y de paso lo digo, no está bueno el hospedaje, aunque muy céntrico. Nos bañamos, dimos un corto recorrido admirando primero la hermosa plaza de toros, la propia estación ferroviaria y parte del magnífico centro. Antes había llamado a Fabio Cisneros, mi amigo del PP de Plaza entonces, que tiene una discoteca llamada Micuba, y me dijo abría el local a las 11:00 p.m., mi Dios, le dije, Fabio, a esa hora casi siempre ya llevo una hora de sueño. Pero bueno, a las 10:00 p.m. salimos para allá, antes contacté a Orlando Miguel Rivadeneira, otro amigo que estudió en Polonia y terminó varios años antes que yo y lleva como 30 en España. Llegamos a la discoteca y allí encontramos al Fabio con su bella esposa Claudia, de Ecuador, también estaba Oscar, un amigo de Fabio, y luego llegó Orlando Miguel. A Fabio no lo veía desde 1989 y a Orlando desde 1980, cuando él ya en Cuba, trabajaba como ingeniero en construcciones marítimas. Pasamos un rato agradable y placentero recordando los bellos tiempos y probando los sabrosos mojitos que Fabio sabe preparar. A las 12:00, y agotados, nos despedimos de Fabio, y Orlando Miguel nos llevó al hospedaje de regreso. Dormimos como lirones, y temprano fuimos a comprar el pasaje de regreso a Barcelona para el siguiente día, y el próximo 22 ya rumbo a casita, hechos picadillo, pero muy satisfechos. Luego a patear una vez más la bella Valencia, su ayuntamiento, catedral, unas torres preciosas, es bella Valencia, otra medalla de oro para ella. En Valencia prevalecen los edificios ni antiguos ni modernos, sino de media época, y son una maravilla arquitectónica. Almorzamos la paella valenciana que estuvo muy buena. Toda la tarde seguimos disfrutando del ambiente valenciano, y a dormir temprano. Adiós Valencia querida.

 

 

 

 

 

 

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About the Author

Mario L. Blanco Blanco, Santiago de Cuba, 1949. Ingeniero naval. Estudió en la Politécnica de Gdansk, Polonia. Trabajó durante algunos años en el Mitrans, organismo central en la dirección de inversiones. Durante el período del 1986 al 1989 se desempeñó como Presidente del Poder Popular del municipio Plaza de la revolución en Ciudad de la Habana. Trabajó luego en el sector marítimo de la Pesca. Fue director de la empresa de Tintorerías y Lavanderías de Ciudad de la Habana. Reside en Montreal, Canadá, desde 1997.

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