La batalla por la Casa Blanca: Hillary Clinton y Jeb Bush

Written by on 16/06/2015 in Política - No comments
Política. Crítica.
Por Jesús Hernández Cuéllar…

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Ambos tienen un número notable de simpatizantes… Ninguno de los dos escapa al tradicional bombardeo de los críticos.

Dos figuras muy conocidas de la política norteamericana, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton y el ex gobernador de Florida Jeb Bush, se perfilan como los aspirantes a la candidatura presidencial de sus respectivos partidos con mayores posibilidades. Ambos han anunciado oficialmente sus intenciones de ser los próximos inquilinos de la Casa Blanca y han comenzado a explicar a los votantes cómo serían sus gestiones al frente del Gobierno. Ambos tienen una enorme cantidad de simpatizantes y de críticos, y ambos son parte de las dos dinastías políticas más influyentes del país más próspero y poderoso del planeta, en la era moderna.

El ex gobernador de Florida, Jeb Bush, hijo y hermano de ex presidentes de Estados Unidos, presentó oficialmente el 15 de junio de 2015 su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano, en un evento que se llevó a cabo en Miami. Bush, de 62 años, hizo el anuncio poco después de haber realizado un viaje a Europa durante el cual fustigó duramente al líder ruso Vladimir Putin.

La ex secretaria de estado, ex senadora federal y ex primera dama Hillary Clinton, de 67 años, anunció su nominación a la candidatura demócrata a la presidencia el 12 de abril de 2015, logrando una posición privilegiada dentro de las filas liberales. A estas alturas, muy pocos dudan de que la esposa de Bill Clinton enfrente alguna resistencia importante por parte de algún otro aspirante dentro de su propio partido, con excepción posiblemente del vicepresidente Joe Biden.

Jeb Bush y Hillary Clinton...

Con su esperada decisión, el menor de los Bush se une a un grupo notable de políticos republicanos con el mismo propósito entre los que se encuentran los senadores Rand Paul, Ted Cruz y Marco Rubio, el neurocirujano afroamericano Ben Carson y el ex gobernador Mike Huckabee, y otros menos conocidos. Por el lado demócrata, están Clinton y Biden por ahora. El vicepresidente anunciaría su candidatura hacia el verano de 2015. Las elecciones se llevarán a cabo en noviembre de 2016.

Bush, nacido en febrero de 1953, fue gobernador de Florida dos períodos consecutivos entre 1999 y 2007, durante los cuales redujo los impuestos en mil 900 millones de dólares y el tamaño del gobierno estatal en 6.6%. También vetó gastos públicos por dos mil millones de dólares. Con su política fiscal aumentó las reservas de Florida de mil 300 millones a nueve mil 800 millones de dólares. En materia del medio ambiente, firmó una ley para la restauración de los Everglades, mediante un programa que Florida llevó a cabo junto al gobierno federal, por ocho mil millones de dólares. En octubre de 2007, la tasa de desempleo de Florida, al final del mandato de Bush, era de 4.2%, mientras que la desocupación a nivel nacional era de 4.7%. Estos datos, sin dudas, serán parte de la campaña de este hombre, que habla español con absoluta fluidez y está casado con la mexicana Columba Garnica Gallo, de 61 años, a quien conoció en León, Guanajuato, y con la cual contrajo matrimonio en 1974 cuando ambos tenían 21 años de edad. Al igual que su hermano y su padre, Bush respalda una reforma migratoria integral. En 2004, apoyó un proyecto de ley para entregar licencias de conducir a inmigrantes indocumentados, que fue finalmente derrotado en la Legislatura floridana. Dato curioso, su primer nombre no es Jeb, esas son solamente las iniciales de su nombre completo, John Ellis Bush.

Clinton nació en octubre de 1947 y fue primera dama de la nación durante los dos mandatos de Bill Clinton, entre 1993 y 2000. De 2001 a 2009 representó al estado de Nueva York como senadora federal, y entre 2009 y 2013 fue secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama. Es la única primera dama que ha ocupado otros cargos públicos. En 1993, trató de lograr la aprobación de una primera reforma al sistema de salud pública de Estados Unidos, pero el proyecto no recibió el apoyo necesario en el Congreso. Inmediatamente después de los ataques terroristas de septiembre de 2001, como senadora, Clinton apoyó las intervenciones militares en Afganistán e Irak, pero posteriormente criticó la manera en que se conducía la guerra en territorio iraquí. En 2001, votó a favor de la llamada Ley Patriota, que reformó la seguridad interna del país. Pero aun así, se opuso a la mayoría de los planes de política nacional del presidente George W. Bush. Durante ese período, junto a otros senadores, consiguió un total de 21 mil millones de dólares para financiar la reconstrucción del World Trade Center, destruído por los ataques del 911. Sus planes de llegar a presidenta de la nación en las elecciones de 2008 quedaron en el camino al ser derrotada en las primarias demócratas de ese año, por el actual presidente Obama. Como secretaria de Estado a cargo de la política exterior del país, utilizó la fórmula de combinar el poder militar con la gestión diplomática. En los sectores liberales, es considerada una campeona de causas sociales. Al igual que la mayoría de los demócratas, Clinton favorece la aprobación de una reforma migratoria.

Ambos, Bush y Clinton son blanco de fuertes críticas, tanto dentro de las filas adversarias como de expertos y periodistas, así como de figuras que habitualmente se oponen al sistema desde la izquierda y desde la derecha. Y, sin duda alguna, se criticarán duramente el uno al otro durante esta campaña electoral.

Los enemigos de Bush, lo acusan de ser parte de una dinastía amante de la militarización, la guerra y los recortes de fondos para los más necesitados, dinastía que presuntamente es parte del mundo corporativo norteamericano cuya negligencia provocó el estallido de la Gran Recesión en 2008. Para estos ataques, Bush se ha creado una frase: “I’m my own man”. Algo que se puede traducir como “yo soy yo”. Pero aun los conservadores, especialmente dentro del controversial Tea Party, han caído sobre el ex gobernador por no ser lo suficientemente conservador. Por cierto, la fortaleza real del Tea Party sufrirá una prueba de fuego en estas elecciones, especialmente si Bush gana las primarias republicanas. Por otra parte, los defensores de los derechos de los homosexuales, pondrán el dedo sobre Bush por haberse opuesto al matrimonio entre personas del mismo sexo. Los críticos de la pena de muerte harán lo mismo, ya que no conmutó ninguna de las 21 condenas a la pena capital que pasaron al nivel de ejecuciones durante sus dos mandatos como gobernador. Sin embargo, suspendió las mismas en diciembre de 2006. Y desde los sectores sindicales vendrán sobre él fuertes condenas por su decisión de eliminar protecciones raciales para 16 mil puestos de servicio público del estado de Florida.

Clinton tampoco escapará a la metralla política. El debate acerca de los correos electrónicos con presunta información clasificada sobre Libia, que habría recibido en su dirección privada cuando era secretaria de Estado, está sobre la mesa. Clinton ha negado haber recibido mensajes secretos en su email personal, pero se calcula que la suma de todos los correos en cuestión es equivalente a 55 mil páginas. En relación con las declaraciones de Clinton al respecto, el diarioThe New York Times señaló el 21 de mayo de 2015 que si bien los correos parecen respaldar la afirmación de Clinton, el gobierno sí definió muchos de esos mensajes como “SBU”, es decir, sensibles pero no secretos. Su supuesta incapacidad a la hora de otorgar seguridad a la embajada norteamericana en la ciudad libia de Bengazi, en medio de disturbios y ataques que costaron la vida al embajador Chris Stevens y a varios de sus colaboradores, y el nacimiento del grupo terrorista Estado Islámico, por la presunta debilidad histórica de los demócratas en materia de política exterior, y de la propia Clinton, son argumentos muy visibles en la aguerrida campaña por la Casa Blanca, junto al de una notable caída en la influencia tradicional de Estados Unidos en la arena internacional.

Al igual que Bush hereda las acciones políticas de su padre George H. W. Bush y de su hermano George W. Bush, a pesar de no haber tenido nada que ver con tales acciones, Clinton hereda también los lados oscuros de la gestión de Barack Obama, como la lenta y confusa recuperación económica, la deuda pública, y el debilitamiento de las fuerzas armadas.

Bush tiene a su favor que en Estados Unidos, comúnmente, ocho años de gobierno de un partido rompen el encanto de la luna de miel del electorado con el oficialismo. Por lo general en estos casos, se crean las condiciones para una nueva luna de miel con la oposición. Clinton aun cultiva el sueño de muchos de que el electorado vote por la primera mujer presidenta del país. Por supuesto, ni tal luna de miel con la oposición ni el sueño de tener a una mujer en la Casa Blanca son créditos suficientes para ganar la presidencia de la nación. A sabiendas de que no hay nada más parecido a una guerra que una campaña electoral, las maquinarias políticas de los dos partidos mayoritarios engrasan sus aparatos propagandísticos para facilitar el triunfo de sus respectivos candidatos. No es para menos, en 2012, el costo de la campaña presidencial superó los dos mil millones de dólares, todo un récord en la historia política de Estados Unidos.

[Este trabajo ha sido tomado de ContactoMagazine.com, 06/16/2015]

Jesús Hernández Cuéllar

Jesús Hernández Cuéllar

 

 

 

 

 

 

 

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About the Author

Jesús Hernández Cuéllar es director y editor de Contacto Magazine. Desde 1981 ha trabajado en todo tipo de medios: agencias de prensa, diarios, radio, televisión, semanarios, internet, revistas y redes sociales. Fue redactor de la agencia EFE en Cuba, Costa Rica y Estados Unidos, así como editor metropolitano del diario La Opinión de Los Angeles, California, e instructor de periodismo de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA). Ha trabajado como periodista en las elecciones presidenciales de Estados Unidos desde la elección de Ronald Reagan en 1984.

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