Literatura. Sociedad. Crítica. Por Gustavo Catalán… Se apunta, desde mucho tiempo atrás, que la utopía “ya no se estila”. Es argumento para la disuasión y así, cínicos, bien instalados o estetas posmodernos, arrojan la concepción utópica a las sentinas de lo inconfesable por vergonzante y pueril, utilizando el pragmatismo de lo posible como frontera de actitudes y comportamientos.
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