Literatura. Crónica. Por Marcelo Morán… Sentí satisfacción al llegar al sitio por el que había emprendido ese sorpresivo y fascinante viaje. Transcurrió pocos minutos para que el relámpago empezara a hacer su función y en seguida el panorama pareció adquirir el aspecto del más reluciente oro. Era la primera vez que presenciaba cómo la noche era desollada cuántas veces fuera posible por la aparición de ese portento luminoso.
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