Literatura. Crítica. Por Roberto Álvarez Quiñones… La cúpula castrista importa pequeñas cantidades de carne de res de Chile y Brasil, pero para la industria turística, hospitales, y el pantagruélico consumo doméstico de la “nomenklatura” dictatorial. Si algo sobra, va a las “shopping”. Nada, o casi nada, va a las carnicerías y las “libretas”.
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