Misterio en Cuba: el PIB “crece” y hay más escasez

Política. Economía. Crítica.
Por Roberto Álvarez Quiñones

Foto tomada de MiamiDiario.com

Imaginemos que Juan y su familia nada más pueden hacer una sola comida al día, muy precaria, con lo poquito que consiguen en el mercado negro; sus problemas de diabetes, alta presión arterial y afecciones cardiovasculares han empeorado porque no hallan los  medicamentos en las farmacias;  la casa se les está cayendo a pedazos por falta de mantenimiento; no tienen agua potable (deben buscarla lejos y cargarla en cubos). Encima,  se asfixian de calor porque no tienen ni un ventilador, y están angustiados porque amistades bien informadas les dicen que todo se va a poner peor en los próximos meses,  pues el país está quebrado financieramente.

De pronto, llega Pedro y felicita efusivamente a Juan y su familia por lo bien que les va a todos, por lo confortablemente que viven, bien alimentados, saludables y felices. Y les anuncia que en los próximos meses van a vivir aún mejor. ¿Es Pedro un paciente escapado de un manicomio? ¿Se burla de ellos brutalmente?

Es lo segundo y es eso lo que hace el régimen de Raúl Castro, que en medio de la mayor escasez de alimentos, medicamentos, materias primas, equipos, combustibles y de todo,  desde que desapareció la Unión Soviética, anuncia que la economía cubana va bien y va a crecer más en 2019.

Alejandro Gil, ministro de Economía,  informó que el Producto Interno Bruto (PIB) en 2018 creció un 1.1%, que aumentará un 1.5% en 2019.  Y Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera,  dice que en 2018  el intercambio comercial de Cuba con el mundo aumentó en un 5%.

O sea, a las familias cubanas,  angustiadas porque ven cómo se les viene encima otra crisis devastadora,  el Gobierno les dice que no se quejen, pues la economía no está en signo negativo y  crecerá más en 2019, y también el comercio exterior. Les miente, ante todo, porque sabe que esta nueva crisis económica va a ser política y socialmente más difícil de manejar que la de los años 90. En la sociedad cubana se han producido cambios importantes, y ellos lo saben.

Cifras de la CEPAL destacan que en 2018 en Cuba disminuyeron los ingresos por las exportaciones, el turismo y por los servicios prestados por más de 30 mil médicos en 64 países, a los que les confisca el 75% de sus salarios en divisas. Pero el Gobierno insiste en que todo va bien.

Miguel Díaz-Canel en el centro que produce langostinos para exportación en Cuba. | Foto © Twitter/Leticia Martínez Hernández.

Unico país que exporta cada vez menos, en vez de más

En 2018 las exportaciones de bienes de Cuba fueron de $2,406 millones, menos de la mitad de los $5,399 millones que vendió en 1989, tres décadas atrás. ¿Qué otro país del mundo exporta hoy menos que hace 30 años?

En 2017, Costa Rica, con cinco millones de habitantes, menos de la mitad de la población de Cuba, exportó bienes por valor de $11,312 millones, cinco veces más. República Dominicana  exportó $11,020 millones, o sea, $8,614 millones más que Cuba, que hace 60 años quintuplicaba las exportaciones dominicanas.

Sí, en 1958, Cuba exportó $732 millones y República Dominicana $136 millones, según la CEPAL.  Un país pobre como Bolivia, que en 1958 exportó solo $65 millones (11 veces menos que Cuba capitalista), en 2018 exportó $8,965 millones, casi cuatro veces más que la Cuba “liberada del imperialismo”.

Es más, en 1958, las exportaciones cubanas superaron al conjunto de todas las exportaciones combinadas de cinco países: Perú ($291 millones), Uruguay ($139 millones), Ecuador ($95 millones), y las dominicanas y bolivianas ya mencionadas. Ahora, en 2018, esas cinco naciones exportaron bienes por valor de $91,993 millones,

Normalmente, solo hay dos vías para obtener divisas: exportaciones y préstamos. En el caso cubano hay una tercera que es recibir divisas gratuitamente desde el extranjero (desde Venezuela y desde la “gusanera” en el exterior). Esa tercera fuente ha declinado dramáticamente con la crisis en Venezuela, y  nadie le presta dinero a Cuba porque  no paga ni las cartas de créditos vencidas.

Al exportar menos, tiene menos divisas para importar, en un país que lo importa casi todo porque no produce casi nada. Antes del castrismo, Cuba exportaba más de lo que importaba y registraba uno de los más altos ingresos per cápita en Latinoamérica, junto a Argentina y Uruguay. ¡Gracias Fidel y Raúl! 

El  comercio con Venezuela, su principal socio comercial, se desplomó de  $8,562 millones en 2012 a  $2,213 millones en 2017. Ya Caracas, prácticamente, no tiene productos que exportar a Cuba. De 115 mil barriles diarios de petróleo que Venezuela estuvo enviando a Cuba durante 15 años, la cifra ahora es de 30,000 barriles.

Taza de Inmortalidad Infantil. Tomado de Verdades de Cuba.

Manipular las estadísticas está en el ADN castrista

La falsificación de estadísticas está en el ADN castrista, porque no hay cómo verificar nada de lo que el Gobierno reporta, y porque los organismos  internacionales lejos de quejarse a La Habana de las mentiras, la felicitan por los “éxitos” económicos.

De entrada, el método que aplica el régimen para medir el PIB  es fraudulento. Es fake news desde que en diciembre de 1959  el Che Guevara, entonces presidente del Banco Nacional, se disgustó porque le informaron que el crecimiento del PIB ese año había sido de solo un 1%, y ordenó a sus economistas que lo inflaran con otro método de cálculo para no dañar la imagen de la “revolución”.

Durante 60 años, Cuba ha carecido de un sistema confiable de cuentas nacionales para medir el PIB. Emplea un sistema “original que permite inflar cifras. La ONU, la CEPAL, la FAO, digieren a gusto las mentiras de Cuba, lo cual tiene cierto tufo ideológico.

Una trampa para inflar el PIB es contabilizar gastos sociales estatales de salud pública y educación como si hubiesen sido cobrados a precios de un país capitalista desarrollado. Se cuentan como ingresos generados por entidades privadas capitalistas virtuales. Increíble, pero cierto.

Pantallazo. Gstos sociales como porciento del PIB. Tomado de Verdades de Cuba.

Se contabilizan gastos como si fueran ingresos

Burócratas suman intervenciones quirúrgicas y exámenes y tratamientos a pacientes realizados en un año y averiguan cuánto cobran por esos servicios entidades privadas de un país del Primer Mundo. Se lo aplican a Cuba y los millones de dólares resultantes pasan a ser ingresos del Estado. En educación calculan lo que cuesta cursar estudios en universidades de países capitalistas y hacen lo mismo.

O sea, el régimen inventa nuevos valores e infla el PIB. Cuenta gastos sociales como ingresos, y pasivos como activos. Si todos los gobiernos hiciesen lo mismo el PIB global del mundo no sería de 76 billones de dólares (en 2018), sino de 200 billones. Teóricamente no habría pobreza alguna sobre la Tierra.

A ello se une que el PIB se calcula con una paridad artificial del dólar con la moneda cubana. Se oficializa así el globo estadístico. El Che, Fidel Castro y hoy su hermano Raúl han prohibido a la burocracia estatal que admita una recesión económica, porque eso suena a “contrarrevolución”. Desde que desapareció la URSS, nunca el régimen ha admitido una recesión. Lo hizo por “descuido en 2016,  al admitir inicialmente un -0.9%, pero luego dijo que el PIB había crecido un 0.5%.

Conversaciones entre Cuba y Rusia. Foto tomada de http://en.kremlin.ru/events/president/news/59028/photos.

Díaz-Canel: con más ‘control’, habrá abundancia

Actualmente hay inequívocos síntomas de una fuerte recesión económica. Escasea la harina, aceite vegetal, huevos, pollo, leche, carne de cerdo,  sal,  el  combustible y las materias primas de todo tipo. No hay ni amalgama para hacer empastes dentales.

Y  eso que Cuba, todavía hasta abril, ha estado recibiendo lo pactado en los contratos de importación de 2018. Esos contratos incluyen precio, flete,  seguro, la transportación, y la fecha de entrega de la mercancía, que el proveedor se asegura con un plazo de varios meses por delante para poder cumplir. Todo va a empeorar cuando ya en mayo no haya más entregas pactadas en 2018.

La escasez por primera vez golpea por igual las bodegas de barrio en pesos cubanos y las shopping en divisas. Hoy ni con dólares se puede adquirir alimentos. Los pollos importados que se vendían a $1.80 el kilogramo ya no existen. Ahora hay muslitos de pollos cubanos flaquísimos, a los que le agregan pegotes de grasa para inflar su peso. Proliferan de nuevo las insólitas recetas de los años 90, cuando se hacían “bistec de toronja”. Y la gente comienza a bajar de peso corporal como entre 1992 y 1995.

El colmo es que el administrador del régimen, Díaz-Canel, dice tener una fórmula mágica para que haya abundancia de todo en el país: aumentar el control y la vigilancia estatales.

La falta de respeto del castrismo a los cubanos debiera estar en el Libro de Récords Guinness.

 

 

 

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About the Author

Roberto Álvarez Quiñones (Cuba). Periodista, economista, profesor e historiador. Escribe para medios hispanos de Estados Unidos, España y Latinoamérica. Autor de siete libros de temas económicos, históricos y sociales, editados en Cuba, México, Venezuela y EE.UU (“Estampas Medievales Cubanas”, 2010). Fue durante 12 años editor y columnista del diario “La Opinión” de Los Angeles. Analista económico de Telemundo (TV) de 2002 a 2009. Fue profesor de Periodismo en la Universidad de La Habana, y de Historia de las Doctrinas Económicas en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Ha impartido cursos y conferencias en países de Europa y de Latinoamérica. Trabajó en el diario “Granma” como columnista económico y cronista histórico. Fue comentarista económico en la TV Cubana. En los años 60 trabajó en el Banco Central de Cuba y el Ministerio del Comercio Exterior. Ha obtenido 11 premios de Periodismo. Reside en Los Angeles, California.

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