“Y tú, ¿cómo escapaste de Cuba?” Concurso de narrativa

No importa las muchas formas en que los cubanos hayan huido de su patria, siempre hay una nueva.

Han cruzado el Estrecho de la Florida en botes de vela, motor y remos; en balsa, jet ski y tablas de surf; autos y camiones. Han nadado hacia la Base Naval de Guantánamo sin importarles las minas explosivas ni los tiburones. Han ingresado en embajadas de otros países en La Habana escondidos en maleteros de autos diplomáticos, disfrazados, chocando automóviles contra las verjas y saltándolas con pértigas. Se han ido en avión hacia Estados Unidos pagando con varios años de trabajo agrícola, entregando todas sus propiedades al estado y recibiendo humillaciones de última hora en el aeropuerto, donde le registraban desnudos todas sus oquedades. Han pagado pequeñas fortunas a autoridades cubanas y funcionarios corruptos de embajadas en Cuba de países como México, Jamaica y Panamá para comprar permisos de salida y visas; se han quedado en cualquier país a los que han tenido la suerte de llegar, no importa si Ghana, Canadá o China. Han cruzado de mil maneras las fronteras con Estados Unidos por México y Canadá, presentándose a las autoridades o entrando ilegalmente. Han cruzado el Atlántico escondidos en trenes de aterrizaje y de polizón en barcos mercantes de visita en Cuba. Han engañado a las autoridades cubanas haciéndose pasar por extranjeros para salir por el aeropuerto, como sucedió con la propia hija del comandante. Damas hubo que pagaron la libertad con su honra a policías de la seguridad del estado para poder abordar un barco en Camarioca. Familias enteras cuyos miembros tuvieron que hacerse pasar por proxenetas y prostitutas para salir por el puerto del Mariel en un éxodo gigante de 120,000 almas. 32,000 cubanos prefirieron ir cautivos a la Base Naval de Guantánamo en 1994 antes que quedarse en Cuba. Se han robado aviones para volar a Estados Unidos, incluyendo al menos un militar de alto rango que voló en avioneta hasta Cayo Hueso. Deportistas y bailarines sobresalientes han puesto en crisis con sus fugas, a veces en grupos, a las organizaciones de donde provenían. Escritores, médicos, artistas y científicos han hecho méritos hasta ser invitados a eventos internacionales que aprovechan para pedir asilo en el extranjero. Y hay hasta internacionalistas que terminaron internacionalizados en Miami.

Así los exiliados cubanos han llegado a sumar más de dos millones, el 20% de la población. Tristemente, decenas de miles han perecido en el intento. Ahora ese éxodo se incrementa proporcionalmente a las “mejoras” que se producen en la isla.

Cada historia que se escriba y se conozca servirá para incriminar a los asesinos de 41 personas, entre ellos 10 niños, ahogados intencionalmente en el remolcador 13 de Marzo, en un intento fallido de escapar de la isla en 1994.
No le niegues al mundo conocer tu pequeña o gran proeza.