Un sueño de consumo

Written by on 06/11/2014 in Literatura, Relato - No comments
Literatura. Relato.
Por H. James Kutscka…
El tiempo

A todos los lectores de Palabra Abierta:

Me gustaría expresar mi alegría y orgullo en tener mi cuento, “Un sueño de consumo” (originalmente escrito en portugués para el libro Cuentos de la frontera de la realidad ), traducido a todos los lectores de Palabra Abierta por mi querido amigo Manuel Gayol Mecías, que  de esa manera abre para  mí una puerta a las mentes latinas en Estados Unidos, que cada día se ​​vuelven más importantesen la difusión de nuestros autores en el mundo.

Espero que les guste,

 H. James Kustcka

 ¿Por qué deja que su mente decida al azar lo que usted va a soñar. Si después de todo el cerebro es tan confiable como se cree, usted no estaría hoy en día en la situación que se encuentra, ¿no?

Así  era el anuncio que recibí a través de internet y que despertó mi curiosidad

— Por favor, quiero un sueño

— ¿Y cuánto tiene para gastar en ese sueño, señor?

— Realmente no sé. Tal vez usted podría darme una idea.  Desde que recibí el mensaje por e-mail, advertí que usted no cobra a sus clientes con plata y sí con tiempo de vida, y no acepta ningún otro tipo de pago.

— Bueno, eso depende únicamente del sueño que usted desee adquirir…, señor…

— Kurt, como el escritor

— Lo sé… Como usted dijo, Kurt, mucho depende del tipo de datos, un sueño muy vívido tiene en cuenta no solo al soñador, sino que también necesita de un buen trabajo de dirección artística, indistinguible de extras que participen con especial cuidado, con trajes, con el idioma y la banda sonora de la época.

Si se introduce alguna actividad sexual, ello aumenta el precio considerablemente, pero hay maneras de reducir costos. Si se trata de un sueño nebuloso, como si se viera a través de una lente borrosa donde sólo podemos ver imágenes centrales, todavía sin mucha claridad, esto ahorraría una gran cantidad de escenarios y extras, y el sonido podría mantenerse en su mejor parte.

Otra cosa que reduce un poco los costos, pero desafortunadamente no mucho, es el hecho de que el sueño sea en blanco y negro.

Para que se haga una idea, un sueño en blanco y negro, y con solo dos personajes, puede costar un mes de su vida nada más; y si se añade sexo, según el contrato, podría costarle un año de su vida, y con pago anticipado.

— Disculpe mi curiosidad, pero es la primera vez que negocio con algo tan raro como el “tiempo”, y no tengo idea de si esto es caro o barato, y por otro lado, ¿cómo usted va a poder realizar su cobro por medio de algo como el tiempo?

— Mi querido señor… Kurt, ¿no es así?

— Sí, claro.

— ¿No le parece obvio que alguien que pueda ofrecer los servicios por los cuales usted me procura, sepa cómo extraer, almacenar y comercializar el tiempo como pago por parte de sus clientes?

— Desde esta perspectiva, parece difícil de imaginar a alguien que perdiese su tiempo, además de los créditos necesarios para montar un proyecto de tal magnitud, sin saber cómo podría recuperar su inversión. Disculpe los inconvenientes, pero antes de decidir, me gustaría hacerle otras pocas preguntas.

— En realidad no existe una gran inversión, solo un poco de ciencia aplicada, que en algunos casos puede confundirse con magia, para mentes menos privilegiadas, claro, pero no dude, señor Kurt, al negociar con el tiempo aprendí que a veces es preciso desperdiciar un poco de él para obtener más. Esto puede parecer una contradicción pero es una verdad que pocos conocen.

— Gracias, me gustaría saber si muchas personas buscan sus servicios después de pagar por sus sueños con esta moneda.

— Usted se sorprenderá de la cantidad, y yo no puedo darle cabida a todos, por lo que mi anuncio busca gente especial.

— ¿Cuán especial yo soy por haber recibido su mensaje?

— No sabría qué responderle en este instante, porque los contactos son hechos por un programa de computadora que toma en consideración una infinidad de datos en cada persona seleccionada para recibir la invitación, lo que sí sé es que entre esos datos está el “desencanto por la vida”.

— ¡Bueno! Si es así, me pregunto, ¿a quién le vende el tiempo recibido de sus clientes?

— También os sorprendería de la cantidad de personas que apuestan experimentar algo digno de ser vivido como sucede con mis clientes más habituales.

— ¿Cómo es eso, dígame, por favor?

— La gran mayoría de los que compran mis servicios quieren volver a vivir un momento feliz y están dispuestos a pagar por ello con lo que es lo más precioso de su vida: el tiempo. Pero por eso ellos quieren la oportunidad de vivir el tiempo suficiente para un día poder  tener ese sueño.

— Es decir, uno debe de sentirse feliz, al menos, por tener algo real con ese sueño.

— Así es, señor.

— Tenga en cuenta ahora la petición que le hago: quiero soñar con una noche de mis dieciocho años, la música de fondo podría ser The Mamas and the Papas cantando California Dream, con todos los extras necesarios para lograr que el resultado sea lo más realista posible, en el que los personajes vistan trajes de los años 60 y la mejor dirección artística. Y lo más importante, todo el erotismo y la sensualidad posible que se pueda lograr con un solo beso a su primera novia… ¡Ah!, en colores, claro.

♣♣♣

Fue la primera vez que otro ser humano traspasó la barrera exterior de mi cuerpo, y lo hizo lamiendo mi boca con húmedas e insospechadas pasadas de una lengua suave y ágil; una lengua que envolvía los movimientos que dieron lugar a una explosión de serotonina tal que ni siquiera una de las mejores cajas de chocolate suizo podría suplantar. De esta manera se marcaron así mis pensamientos para siempre.

Esta analogía (aun cuando extraña) le puedo asegurar que es absolutamente válida, para quien como yo se atreve a comparar a una mujer con una caja de chocolates suizos. Y si tuviera que elegir entre una u otra, lo más probable sería la segunda.

— Si me permite opinar, usted hizo una excelente elección, señor Kurt;  y le aseguro que usted puede confiar en nuestra profesionalidad. Pero me temo que un sueño de esta manera le costará el tiempo restante de su vida.

— ¿Sería posible ponerle al sueño un suave aroma de jazmín en una noche de verano?

— Podríamos intentar organizar la forma externa del sueño. Lamentablemente, todavía no podemos introducir los olores dentro del sueño mismo, por lo que no garantizamos ese resultado. Así que la esencia no se le cobrará.

— ¿Pero lo intentará de todos modos?

— Sin duda.

— No temo a la muerte, señor, sí temo al proceso degradante que a veces lleva a ella. Su precio me parece honesto. ¿Por favor, dónde firmo el contrato?

Carnaval de 2011

[Traducido del portugués por Manuel Gayol Mecías]

Um sonho de consumo

Porque deixar o seu cérebro decidir  ao acaso com o que você vai sonhar, afinal se ele  fosse tão confiável como imagina , o prezado não estaria na situação em que se encontra, não é mesmo?

Assim começava o anuncio que recebi pela  internet  e atiçou minha  curiosidade, o resto foi conseqüência.

— Por favor, eu queria um sonho

— E de quanto dispõe para gastar nele?

— Realmente não sei. Talvez o senhor pudesse me dar uma idéia uma vez que no e- mail que recebi alertava que o senhor cobra em tempo de seus clientes e não aceita nenhum outro tipo de pagamento.

Bem, isto vai depender exclusivamente do sonho que pretende adquirir senhor ….

— Kurt, como o escritor

— Sei… como dizia senhor Kurt, depende muito do tipo de detalhes, um sonho muito vívido leva em consideração não somente o sonhador como também necessita um belo trabalho de direção de arte, figurantes participativos indistinguíveis dos reais, cuidados especiais com figurino de época,  linguagem e trilha sonora  apropriadas ao período.

Se envolver qualquer atividade sexual o preço aumenta consideravelmente, mas existem maneiras de baratear os custos. Se for um sonho meio nebuloso como visto através de uma lente embaçada onde  somente podemos ver as imagens centrais,  ainda assim sem muita nitidez, economiza-se uma enormidade em cenários e figurantes podendo manter a parte sonora no seu melhor.

Outra coisa que diminui os custos, mas infelizmente não muito é o fato de ser a cores ou branco e preto.
Para lhe dar uma idéia um branco e preto com apenas dois personagens pode custar um mês de sua vida, se envolver sexo, dependendo da locação pode chegar a um ano em tempo pago antecipado.

— Desculpe minha curiosidade, mas é a primeira vez que negocio com algo que não seja credito e não tenho idéia se isto é caro ou barato, por outro lado como vai poder me cobrar em algo como tempo?

— Meu caro senhor… Kurt, não é mesmo?

— É.

— Não lhe parece óbvio que alguém que possa oferecer os serviços pelos quais o senhor me procurou saiba como extrair, armazenar e comercializar o tempo pago por seus clientes?

— Visto por este prisma, fica difícil de imaginar alguém que perdesse tempo e os créditos que devem ter sido necessários para montar um projeto de tal magnitude sem saber como iria recuperar seu investimento. Perdoe minha inconveniência, mas antes de decidir-me gostaria de fazer-lhe mais umas poucas perguntas.

— Na verdade não existiu um grande investimento, somente um pouco de ciência aplicada, que em alguns caso pode ser confundida com magia por mentes menos privilegiadas, mas fique a vontade senhor Kurt, embora negocie com tempo apreendi que às vezes é preciso desperdiçar um pouco dele para conseguir mais, pode parecer uma contradição, mas é uma verdade que poucos conhecem.

Obrigado, eu gostaria de saber se muitas pessoas buscam seus serviços dispostas a pagar com essa moeda por seus sonhos?

— O senhor ficaria surpreendido com o número, eu simplesmente não poderia atender a todas, por isso meus anúncios buscam pessoas especiais.

— Quão especial eu sou para ter recebido sua mensagem?

— Não saberia lhe responder neste instante, os contatos são feitos por um programa de computador que leva em consideração uma infinidade de dados sobre cada pessoa escolhida para receber o convite, entre eles o desencanto pela vida.

— OK!  Se for assim, fico imaginando para quem vende o tempo recebido de seus clientes.

— Também ficaria surpreendido com o número de pessoas que apostam que ainda vão viver algo que valha a pena ser vivido como meus clientes mais costumeiros.

— Como assim?

— A grande maioria dos compradores de meus serviços quer reviver um momento feliz de suas vidas e está disposto a pagar por isso com o que tem de mais precioso, tempo de vida. Já os que compram o tempo de mim querem a oportunidade de viver o suficiente para um dia poderem ter com que sonhar.

— Ou seja, deveria me sentir feliz por pelo menos ter algo real com o que sonhar.

— Precisamente

— Por favor, então anote meu pedido:

— Vou querer sonhar com uma noite dos meus dezoito anos, o fundo musical pode ser Mamas and Papas cantando California Dreamim, ponha todos os figurantes necessários para conseguir o resultado mais realista possível, figurino dos anos sessenta,  a melhor direção de arte disponível  e o mais importante,  todo erotismo e sensualidade possíveis de se extrair de um único beijo com a primeira namorada…, ah! Em cores é claro.

Foi a primeira vez que outro ser humano ultrapassou a barreira exterior de meu corpo invadindo minha boca com carícias úmidas  e insuspeitas executadas por uma língua macia e ágil em movimentos envolventes que resultaram  numa explosão de seratonina  que nem mesmo uma caixa do melhor  chocolate suíço poderia suplantar  e marcaram em fogo no meu cérebro para sempre aquele momento.

Esta analogia, (embora estranha) posso lhe assegurar ser absolutamente válida,  para quem até aquele momento da vida podia comparar uma mulher  a uma caixa de chocolates  suíços e se tivesse de escolher  entre uma ou outra.  muito provavelmente ficaria com  a segunda .

— Se me permite opinar, fez uma excelente escolha senhor Kurt, e pode contar com nosso profissionalismo, asseguro-lhe  que ficara encantado com o resultado, mas receio que um sonho nestes moldes vá lhe custar o tempo que resta de sua vida.

— Seria possível colocar no sonho um perfume suave de jasmim em uma noite de verão?

— Poderíamos providenciar de forma externa. Infelizmente ainda não conseguimos colocar odores dentro do próprio sonho e não teríamos como garantir o resultado. Portanto pela essência não lhe cobraremos nada.

— Mas a terei mesmo assim?

— Com toda certeza.

— Não temo a morte meu senhor, mas o processo degradante que na maioria das vezes leva a ela, seu preço me parece honesto. Onde assino.

Carnaval de 2011

[Cuento original de H. James Kutscka enviado especialmente para Palabra Abierta]

Hilton James Kutscka 3

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About the Author

H. James Kutscka nació en 1947 en la ciudad de Marcelino Ramos en el interior de Río Grande do Sul, Brasil. Fue director creativo internacional de J. Walter Thompson Company (Agencia de publicidad) en varios países, lo que le permitió viajar mucho y explorar el conocimiento obtenido de estos viajes en sus libros de una literatura de ficción, a la que él llama "realidad alternativa". Hoy se dedica principalmente a la literatura. Entre sus obras se encuentran los siguientes títulos: "Lail-Ah. El divorcio de Dios" (Geracao Editora); "Vidas.Entretenimiento mortal" (Editora Quattrucci); "Casa de los muertos. Cuentos del día 33" (Editora Scandar). "Dios juega a los dados" (Editora Lacos), entre numerosas obras más. Cuenta con varios libros inéditos, tales como: "Historias flotantes", "Mi vida con las barbies", "Dios está fuera, pero regresa pronto", "Cuentos de la frontera de la realidad" y "La ruta para el infierno es de mano doble".

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