¿Sorpresas en la visita del Papa?

Written by on 15/09/2015 in Critica, Política - No comments
Política. Crítica.
Por Roberto Álvarez Quiñones…
Papa Francisco

El papa Francisco en su visita pastoral a Corea del Sur, el 17 de agosto de 2014, durante su misa de despedida. Foto tomada del Servicio Coreano de Cultura e Información (Korea.net).

Cuando el próximo día 19 de septiembre el papa Francisco  pise suelo cubano no tendrá mucho margen de maniobra  para complacer a quienes esperan grandes  sorpresas suyas en defensa del derecho de los cubanos a una vida mejor, o que consiga concesiones  importantes del régimen militar castrista.

Su visita al único país de Occidente con una dictadura comunista ha sido negociada en detalle por sus principales actores: el Gobierno y el Partido Comunista de  Cuba (PCC), el Vaticano y la alta jerarquía de la Iglesia Católica de la Isla.

A Cuba no la visita nadie, así sea el Papa,  sin que la cúpula gobernante  apruebe antes la  agenda  de las actividades que va a desarrollar, con quiénes se va a reunir, etc. Probablemente el propio Raúl Castro llamó al cardenal Jaime Ortega y le leyó la cartilla, para que le “sugiriese”  al Vaticano qué teclas no podrá tocar el Papa en la isla caribeña. Tal vez le recordó lo que dijo su hermano en 1961 al modificar una frase  de Mussolini: “Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada”.

No obstante, también es cierto que el papa Francisco se caracteriza por ser muy franco y por improvisar y no andar con rodeos para expresarse. El argentino Jorge Mario Bergoglio, con su estilo nada ortodoxo de trabajo como pontífice, está haciendo historia en el Vaticano.

Por eso alguna sorpresa puede que haya, “inconveniente” para la dictadura, como sucedió en 1998 cuando Juan Pablo II en una multitudinaria misa le dijo a los jóvenes camagüeyanos: “No tengan miedo”. El papa polaco había dicho esa frase en Roma al inaugurar su pontificado, en 1978, y agregó entonces: “abran de par en par las puertas a Cristo”. Pero, pronunciada en una nación comunista, el significado político era obvio. Juan Pablo II en Cuba también afirmó que era el deber de los padres y no del Estado el educar a sus hijos.

Pero Juan Pablo II vivió durante 33 años bajo un régimen marxista-leninista en su natal Polonia y era un antisocialista convencido. Ese no es el caso del papa Francisco, quien no tiene las vivencias del  totalitarismo que padeció  Karol  Wojtyła, y se mueve más a gusto en la izquierda anticapitalista del espectro político actual. El diario británico The Guardianconsidera que el papa Francisco es el nuevo rostro de la izquierda a nivel mundial.

El papa Francisco ha dicho que en su visita a la Isla quiere contribuir a la reconciliación y la paz entre los cubanos. La tragedia de Cuba no tiene su origen en una “división” entre los cubanos, sino en la tiranía comunista que sufre la nación hace casi seis décadas. ¿De qué reconciliación  habla el Papa? ¿Deben los cubanos desistir de ser libres y reconciliarse con el régimen militar?

El factor Ortega

Hay un factor importante que contribuye a desinformar al Papa con respecto a la realidad cubana y que apunta a contenerlo —en vez de alentarlo— para que no sea muy “atrevido” en Cuba: el cardenal Jaime Ortega.

El prelado de más alto rango en la Iglesia Católica cubana ha mostrado falta de liderazgo, de independencia y de firmeza en su relación con la dictadura cubana. Es más, podría decirse que hay una actitud complaciente con el régimen castrista por parte del Cardenal.

Lo más lamentable es que si hay alguien en la Isla que podría decirle al Gobierno cuatro verdades y reclamarle que respete los derechos básicos de los ciudadanos ese es el cardenal Ortega, a quien cuesta trabajo imaginarse siendo torturado en Villa Marista, o como preso político en el Combinado del Este de La Habana.

Ya no estamos a mediados del siglo XX, cuando otro cardenal de un país comunista, Hungría, el valeroso cardenal Mindszenty, se enfrentó a la tiranía en su país y sufrió prisión y torturas. Ya no existe la Unión Soviética ni el “campo socialista” europeo. El precio político internacional que tendría que pagar el régimen castrista por tener al cardenal cubano en la cárcel sería realmente alto.

Ortega y el Vaticano insisten en el carácter estrictamente pastoral de la visita. ¿Pero debe tener asepsia social y política la visita de un Papa a un país comunista? ¿Es eso cristiano?

El Papa sí hace política

No es cierto que un Papa no debe involucrarse en materia política o social. Gaudium et spes, la constitución pastoral aprobada en 1965 por el Concilio Vaticano II sobre “la Iglesia en el mundo contemporáneo”, expresa: “Hay que superar, como contraria al plan de Dios, toda forma de discriminación en los derechos fundamentales de la persona…”

Y no hay que remontarse a la milenaria historia del papado, en la que hay casos extremos de protagonismo político como el del papa Alejandro VI (Borgia), quien gobernó buena parte de la península italiana y se involucró en guerras e intrigas de todo tipo, o el del papa Urbano II, el iniciador de las Cruzadas, sino que basta con echarle un vistazo al  papado de Juan Pablo II.

Lech Walesa eligió el nombre de Solidaridad para el movimiento anticomunista en Polonia luego de leer la encíclica papal Redemptor Hominis, de Juan Pablo II, en la que hizo un llamamiento a la “acción conjunta”. El Papa llamaba por teléfono a Walesa constantemente y  quería que el Gobierno de Varsovia supiera que Solidaridad contaba con un poderoso aliado.

En 1981, cuando Moscú estaba a punto de enviar el ejército soviético a Polonia, Juan Pablo II le envió una carta al líder soviético Leonid Brézhnev y le dijo que si Polonia era invadida él renunciaría a su condición de papa e iría a combatir a los invasores en territorio polaco.

En tanto el papa Benedicto XVI, en el avión que lo llevó a México —para luego ir a Cuba—, en marzo de 2012, cuando los periodistas le preguntaron sobre su visita a la isla caribeña dijo: “Es evidente que hoy día la ideología marxista como era concebida ya no responde a la realidad y así no se puede construir una sociedad”. Pero ya en Cuba no habló del asunto y, lejos de encontrarse con figuras de la oposición política, se reunió con Fidel Castro.

Severos controles del régimen

Con respecto a la posibilidad de actos callejeros durante la estancia del Santo Padre no hay que hacerse demasiadas  ilusiones. Debido a que con el  “deshielo” con Estados Unidos la gente tiene menos miedo a expresar ciertas cosas, la dictadura va a aplicar muy severos controles. Y amenazará o confinará en sus casas a muchos opositores políticos.

Una buena parte de los asistentes a las masivas actividades del Papa serán miembros de las Brigadas de Respuesta Rápida, militantes del PCC, agentes de la Seguridad del Estado y tropas antimotines, todos disfrazados de devotos feligreses.

Acerca de concesiones al Papa tampoco se puede esperar mucho, salvo que devuelvan a la Iglesia Católica algunas propiedades confiscadas en los años 60 u otros gestos desvinculados totalmente de la falta de libertades y la represión política.

En cambio, en cuanto termine su estancia en la Isla y viaje a Estados Unidos, Su Santidad probablemente abogará allí porque se levante el embargo  y que se tengan en cuenta otras demandas de Cuba (devolución de la base naval de Guantánamo, la supresión de Radio y TV Martí, compensación megamillonaria  por los daños causados por el “bloqueo”, etc).

O sea,  al evaluar un posible saldo de la visita papal a priori se vislumbra que el régimen castrista será un ganador neto. La visita por sí sola constituirá un espaldarazo político de alcance mundial —por su despliegue mediático— y le permitirá a los Castro y su Junta Militar darse un “baño” de pragmatismo y lavar su fea imagen de intolerancia.

Ojalá esté equivocado y el papa Francisco posibilite acontecimientos no previstos. Es lo que todos deseamos.

[Este trabajo ha sido publicado originalmente en Diario de Cuba]

[La imagen destacada del papa Francisco fue tomada durante su reunión con la presidente de Brasil Dilma Rousseff, y pertenece a Presidência da Republica/Roberto Stuckert Filho]

Roberto Alvarez Quiñones

 

 

 

 

 

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About the Author

Roberto Álvarez Quiñones (Cuba). Periodista, economista, profesor e historiador. Escribe para medios hispanos de Estados Unidos, España y Latinoamérica. Autor de siete libros de temas económicos, históricos y sociales, editados en Cuba, México, Venezuela y EE.UU (“Estampas Medievales Cubanas”, 2010). Fue durante 12 años editor y columnista del diario “La Opinión” de Los Angeles. Analista económico de Telemundo (TV) de 2002 a 2009. Fue profesor de Periodismo en la Universidad de La Habana, y de Historia de las Doctrinas Económicas en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI). Ha impartido cursos y conferencias en países de Europa y de Latinoamérica. Trabajó en el diario “Granma” como columnista económico y cronista histórico. Fue comentarista económico en la TV Cubana. En los años 60 trabajó en el Banco Central de Cuba y el Ministerio del Comercio Exterior. Ha obtenido 11 premios de Periodismo. Reside en Los Angeles, California.

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